En el gobierno esperan que negociaciones clave puedan destrabarse una vez que el PN elija su nuevo presidente

El próximo 28 de junio los blancos definirán la composición de su nuevo directorio, y a partir de esa fecha el clima para dialogar con el oficialismo será otro, según entienden en la Torre Ejecutiva y en filas de la propia oposición.

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Torre Ejecutiva con nuevo logo
Fachada de Torre Ejecutiva.
Foto: Estefanía Leal.

El inicio del período legislativo no ha sido el mejor para el gobierno de Yamandú Orsi, que en los principales temas que se discuten y se siguen debatiendo por estas horas en el Parlamento no ha alcanzado los acuerdos necesarios, en un escenario en que el Frente Amplio solo cuenta con mayoría en el Senado pero no en la Cámara de Representantes, una complejidad que se sabía de antemano cuando las elecciones del 27 de octubre determinaron que el oficialismo tendría 17 votos en la cámara alta, y 48 en Diputados.

En la Rendición de Cuentas, discutida esta semana en la cámara baja, blancos y colorados no dieron apoyo a puntos clave como el aumento del tope de deuda para afrontar gastos importante, aunque en la madrugada de este miércoles el oficialismo logró sacar adelante el proyecto con los dos votos de Cabildo Abierto. La oposición por el momento tampoco acepta la fórmula del Poder Ejecutivo para salvar la situación financiera de la Caja de Profesionales —que entre otras cosas implicaba subir el aporte de activos y pasivos— y el asunto está en stand by —la coalición republicana negocia esta semana una contrapropuesta—, cuando la institución no está en condiciones de afrontar sus pagos en tiempo y forma en julio próximo; tampoco hubo acuerdo hasta el momento con el proyecto de ley que propone instaurar los sorteos y concursos para el ingreso y ascenso de los funcionarios de las intendencias, así como otro que proponía la creación de municipios nuevos en el interior.

Esto en cuanto a temas de agenda parlamentaria. Porque luego están otros objetivos de gestión, más a mediano plazo, igualmente importantes para el gobierno de Orsi y que por el momento las señales recibidas por parte de la oposición son de rechazo liso y llano.

El ejemplo más reciente de esto último, conocido esta semana, es la iniciativa del Ejecutivo de crear un Ministerio de Justicia y Derechos Humanos —una propuesta que está en los programas de la coalición republicana y el partido de gobierno—, y que blancos y colorados ya avisaron que, en el actual escenario, están en contra. Entre otras cosas, porque entienden que un organismo así no daría "garantías", y en más de un caso hubo legisladores —como los senadores Javier García (Partido Nacional) y Andrés Ojeda (Partido Colorado)— que ya se distanciaron por el solo hecho de que sea posible que el prosecretario Jorge Díaz —quien declaró no tener intenciones de ser ministro— dirija esa Secretaria de Estado.

Pero también encuadra en este tipo de metas la designación de un nuevo fiscal de Corte, para lo cual hacen falta mayorías especiales en el Senado —21 votos— hoy lejanas, ya que varios legisladores blancos —sobre todo del sector Alianza País, de García— y colorados —de Ojeda— han cerrado filas con la gestión de Mónica Ferrero —fiscal de Corte subrogante—, y rechazan cualquier nombre que baje del gobierno porque asumen que sería una propuesta de Díaz, subrayaron a El País fuentes de la oposición.

Escenario próximo y lo que puede cambiar

Así las cosas, la percepción que tiene el gobierno, en particular en la Torre Ejecutiva, es que al momento no están dadas las condiciones ideales como para abrir caminos de negociación, más allá de diálogos con algunos legisladores que no se muestran tan beligerantes —como lo han sido por ahora el senador blanco Álvaro Delgado y el senador colorado Pedro Bordaberry, a ojos del gobierno.

Precisamente lo anterior refleja dos estilos de oposición en la interna de los partidos tradicionales —Alianza País y Unir para Crecer aparecen como más confrontativos, y Aire Fresco y Vamos Uruguay algo más conciliadores o dialoguistas— que el oficialismo ya ha advertido. Y que, al menos en el caso de los nacionalistas, es algo que puede cambiar en función de los resultados de la elección de su directorio el próximo 28 de junio, que se disputan García y Delgado.

"Después de esta elección interna la espuma va a bajar" y el clima para establecer negociaciones va a ser distinto, sintentizó a El País una fuente de Presidencia.

La misma impresión tienen incluso algunos referentes de la oposición, que ven un quiebre a partir de esa fecha, porque la puja interna del principal partido opositor debería tener un final, y a partir de entonces un claro interlocutor para retomar las negociaciones más relevantes, como por ejemplo la del presupuesto quinquenal, o los nuevos capítulos de la Caja de Profesionales.

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