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Mundial 2030: Uruguay comienza a aferrarse a un plan B ante un sueño con muchas dudas y casi ninguna certeza

Informe de la Secretaría Nacional de Deportes planteó un panorama sombrío ante la posibilidad de cumplir las exigencias requeridas por FIFA y superar a los rivales por la postulación.

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Estadio Centenario
Ni siquiera el Estadio Centenario estaría apto hoy para albergar un Mundial según los requerimientos FIFA.
Foto: Archivo El Pais

En octubre de 2005 llegaba a Uruguay el entonces presidente de FIFA, Joseph Blatter. El objetivo era celebrar el 75 aniversario de la primera Copa del Mundo. Allí el entonces presidente, Tabaré Vázquez, le hizo una sugerencia formal: que para conmemorar los cien años de ese primer torneo, el pais volviera en 2030 a albergar nuevamente el Mundial, el máximo torneo global a nivel de selecciones.

Los años fueron pasando. Argentina se sumó al desafío y luego lo hicieron Paraguay y Chile, todos detrás de un sueño que, a siete escasos años de su eventual concreción, ofrece hoy más dudas que certezas. Así se desprende del informe que el secretario nacional de Deportes, Sebastián Bauzá, presentó en los últimos días ante la Comisión de Deportes y Juventud del Senado.

El primer escollo que enfrentan las intenciones uruguayas es la competencia de dos países del primer mundo. España y Portugal también aspiran a organizar la Copa del Mundo en 2030. Inicialmente esos países dijeron que lo irían a organizar también con Ucrania, una idea que -con esa nación inmersa en una guerra cuyo fin no se avizora - se terminó desechando. Españoles y portugueses terminaron entonces sumandoa Marruecos, lo que para Bauzá representa un problema extra para Uruguay.

Por un lado, ese país había presentado su candidatura para organizar el Mundial 2026 y perdió a manos de la postulación conjunta de Canadá, Estados Unidos y México. El otro gran desafío: españoles, portugueses y marroquíes tendrían detrás el apoyo de las asociaciones integrantes de dos federaciones, UEFA y Confederación Africana de Fútbol, que reúnen entre las dos a 109 países. Son poco más de la mitad del total de afiliados al fútbol mundial.

Del otro lado, Uruguay y sus socios tienen seguros solo los diez votos de la Confederación Sudamericana de Fútbol(Conmebol) y, a través de una alianza estratégica, los 41 de Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf). "Tenemos que salir a buscar más", reconoció Bauzá.

De allí que la próxima Copa América tenga como lugar de disputa previsto Estados Unidos. "Ellos quieren hacer una prueba de lo que puede ser el Mundial 2026, y nosotros podemos conocer un poco más cómo están trabajando en infraestructura", expresó el secretario.

Bauzá señaló que los estatutos de FIFA no permiten por ahora la celebración de un mundial en dos continentes, por lo que la candidatura ibérico-marroquí debería ser avalada especialmente por la federación. "Por supuesto que tenemos que tratar de que esto no se cumpla", indicó.

En paralelo se suma otro desafío: cumplir las exigencias que impone FIFA para ser sede de un mundial. El período para presentar nuevas postulaciones cierra el mes que viene y el organismo rector del fútbol sigue sin divulgar esas condiciones. Así, según Bauzá, se sigue pensando en las que les fueron establecidas a Canadá, Estados Unidos y México para 2026. Se trata, dijo, el secretario, de "tener una idea de a qué podemos llegar a enfrentarnos".

Un mundial sustentable

Según contó, para esa instancia se presentaron muchos estadios y fue FIFA la que decidió. Serán entre 14 y 16 sedes aunque, a tres años del próximo mundial, algunos aspectos siguen sin definirse.

FIFA exige estadios con aforo de 40 mil personas para los partidos de la fase de grupos, de 60 mil para las semifinales y de 80 mil para los partidos de apertura y la final. Ningún estadio de Uruguay, reconoció Bauzá, cumple hoy esos requisitos. La idea, hasta por historia, es que el partido definitorio por el título se juegue en el Estadio Centenario. Para que llegue a la capacidad requerida, el plan que existe es "bajar" el campo de juego 3,63 metros. La idea, dijo Bauzá, es que quede más empinado" y así aprovechar taludes y plateas, que hoy carecen de visibilidad.

El secretario de Deportes agregó que además se proyecta construir un nuevo anillo sobre la Tribuna América, respetando la Torre de los Homenajes. Por otra parte, sería colocado un "alero" techando las cuatro tribunas y dejando un "agujero" por el que pasaría la torre.

La capacidad de los estadios no es el único escollo a despejar. El Estadio Campeón del Siglo supera los 40 mil espectadores, pero su flanco debil es otra de las exigencias de FIFA: el estacionamiento y los accesos. En el interior, no hay ningún escenario que supere ese aforo.

El mes pasado el gobierno convocó a las intendencias a ser parte de la organización lo que, según Bauzá, no solo implica ser sede. Se trata, dijo, de cómo los diferentes departamentos podrían "vivir" el mundial. El listado de posibilidades incluye albergar a las selecciones que vengan a disputar el campeonato, con hotelería, campos de juego y gimnasios de primer nivel que, pasado el campeonato, puedan quedar para el futuro.

"Tenemos que hacer un mundial sustentable" pidió Bauzá, que recordó el caso de varios estadios del interior que fueron sede de la Copa América de 1995 que, luego, no fueron usados de la manera en que podrían haberse utilizado.

Según el secretario, Uruguay sigue interesado en contar con el Estadio 974 que, hecho con contenedores, fue montado y luego desarmado por Qatar después del campeonato mundial del año pasado. El problema, apuntó, es que el país que lo quisiera tenía que pagar el barco para transportar los contedores. "Imagínense que traer acá tres barcos de contenedores sin saber si vamos a ser o no candidatos al mundial, es complicado", dijo. Otra de las exigencias de FIFA es que los estadios estén cerca de un aeropuerto y de un hospital.

Esa "sustentabilidad" apuntó, debería cumplirse también en lo referente al alojamiento. "El tema de la hotelería está bárbaro pero después que termina el mundial ¿qué hacemos?'", preguntó. Bauzá habló allí de una "muy buena solución": buscar las camas necesarias para un mundial en los cruceros turísticos. "Nuestro país tiene una costa muy linda y puede recibir hotelería", dijo.

El plan B de Uruguay

Bauzá habló de la candidatura al mundial como un "proyecto país" y pidió la conformación de comisiones interministeriales que resuelvan determinados asuntos. Por ejemplo, en lo relativo a la "lista negra" de personas impedidas de ingresar a espectáculos deportivos por haber protagonizado hechos de violencia. La intención del secretario que esa lista sea común a los diez países de América del Sur y pueda operar, por ejemplo, en la Copa Libertadores y Sudamericana ante hinchas señalados en otros países y que pretendan ingresar a un partido en Uruguay. A nivel local, esa lista está integrada por unas 1.200 personas.

El jerarca planteó además el problema de las demoras en las fronteras. "No puede ser que en los mundiales estén esperando dos horas para el ingreso a un país", señaló.

Bauzá estimó que, después de Qatar, será imposible que un solo país pueda organizar un mundial para 48 equipos. En su visión, la FIFA "no le puede dar la espalda" a Uruguay en el año en que se celebrará el centenario del primer Mundial de Fútbol, pero también comprende las dificultades que existen. Como opción ante la posibilidad de que la postulación no prospere, el secretario apeló a una alternativa que se había discutido en 2009 con la federación y que terminó quedando en el olvido.

Todo pasa porque se reflote la idea que había planteado el presidente del organismo, Gianni Infantino: un mundial cada tres años. Eso posibilitaría, remarcó Bauzá, poder organizar más de un campeonato a corto plazo. La posibilidad de acortar el lapso entre mundiales ya había sido rechazada por Conmebol y por UEFA, pero para Bauzá permitiría que la FIFA "reconociera a la región" ante el aniversario del primer campeonato del mundo.

"La FIFA existe y los mundiales existen gracias a que se realizó el primer mundial en 1930", dijo. "Esto lo venimos repitiendo desde hace muchos años, y la FIFA tiene que saberlo", concluyó.

Habrá que pedir préstamos

A través de la Corporación Juntos 2030, conformada el año pasado por los cuatro países que aspiran a la postulación común, serán contratadas una serie de consultores - entre ellos varios que asesoraron a Estados Unidos, México y Canadá - con el objetivo de lograr la mejor presentación posible, hacia una definición que FIFA prevé tomar entre setiembre y octubre del año que viene, mediante el voto de sus 211 afiliados.

Por ahora esa corporación no tiene dotación presupuestal. La idea es que a corto plazo se abra una cuenta bancaria con el aporte de US$ 30 mil por país. Según Bauzá, existen muchos bancos internacionales interesados en apoyar esta candidatura. Ya hubo reuniones por ejemplo con la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La definición, indicó, deberá pasar con todo por los ministerios de Economía de cada país.

Argentina, relató, tiene un problema de crédito importante. Chile ya está trabajando con la CAF de cara a los Juegos Panamericanos que organizará este año. Uruguay sí tiene crédito y así le fue ofrecido. "Si llegamos a hacer el mundial, vamos a necesitar por supuesto crédito para llevar adelante todas las obras que necesitamos".

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