Redacción El País
La últimaencuesta de la consultora Equipos sobre la evaluación de la gestión del presidente Luis Lacalle Pou, refleja que el 45% de los uruguayos aprueba su desempeño y 36% lo desaprueba, mientras que el 18% tiene "opiniones intermedias" y el 1% no opina.

De esta manera, el presidente obtuvo al terminar el año un saldo neto positivo de 9 puntos.

En el informe, presentado este martes en Subrayado (Canal 10), Equipos Consultores señala que si se comparan estos datos con los de la medición anterior (octubre), se registran algunas variaciones. La aprobación cae 3 puntos (de 48% a 45%), y la desaprobación crece 4 (de 32% a 36%). Producto de estos movimientos el saldo neto, que era de +16 en octubre y pasó a +9 en noviembre.

“La explicación más plausible para estas variaciones está vinculada a los episodios del denominado ´caso Marset´, que derivaron en las renuncias de dos ministros y otros jerarcas del gobiernoa principios de noviembre”, dice el estudio.

Además, “cuando se analizan los datos en una perspectiva temporal más larga, los datos de noviembre son menos llamativos”. De hecho, “los datos actuales son muy similares a los que el presidente tuvo durante todo el primer semestre del año (con un leve mayor nivel de desaprobación)”, explica Equipos Consultores.

Foto: Juan Manuel Ramos.

En el balance, “la caída en la evaluación presidencial en este episodio fue menor a la registrada hace exactamente un año durante el ´caso Astesiano´. En aquel entonces, en diciembre de 2022, la aprobación presidencial había caído a un registro de 39% y la desaprobación había crecido a 38%, es decir, el presidente terminó el año 2022 con un saldo neto apenas positivo de +1, que representó el punto más bajo de la evaluación presidencial a lo largo de todo este período”, dice el informe.

Con esta encuesta de noviembre, Lacalle Pou cierra el año previo a las elecciones con una promedio de aprobación anual de 46% y con 34% de desaprobación, es decir, un saldo neto de +12.

En comparación histórica, Equipos señala que “el registro de Lacalle Pou es muy bueno”. “Todos los presidentes previos a 2005 tuvieron saldos netos negativos en el promedio de su penúltimo año. Estos saldos netos iban desde -8 (Julio María Sanguinetti en 1998) hasta -69 (Jorge Batlle en la post-crisis)”, agrega el estudio.

Además, el informe reporta que los niveles actuales de aprobación de Lacalle Pou “son comparables a los que tuvo José Mujica en promedio en 2013 (Mujica tenía algo menos de aprobación, y la misma desaprobación), aunque se encuentran por debajo de los que recibía Tabaré Vázquez en 2008”. En 2008 Vázquez promedió en el año el mismo nivel de aprobación que Lacalle Pou en 2023 (46%), pero el dos veces presidente tenía “una desaprobación significativamente menor (24%), por lo cual su saldo neto (+23) es el mejor de que se tiene registro hasta ahora a la misma altura del período”.

En 2018, en cambio, Vázquez terminaba su penúltimo año –de su segundo mandato- “con un saldo neto claramente negativo (-22) muy similar, curiosamente, al que recibía Julio María Sanguinetti 30 años antes, en 1998”, también en su segunda presidencia.

Las visiones de los uruguayos sobre el desempeño del presidente no son homogéneas en toda la población. Por ejemplo, están cortadas fuertemente por las posiciones ideológicas de los uruguayos. Entre quienes se definen a sí mismos como de “izquierda” o “centro-izquierda” la enorme mayoría (70%) desaprueba el desempeño de Lacalle Pou, y solo un 12% o aprueba (saldo neto de -58). Lo mismo ocurre, pero a la inversa, entre quienes se definen a sí mismos como de “derecha” o “centro-derecha”: 78% lo aprueban, y 10% lo desaprueban (saldo neto de +66). Por último, entre quienes se definen de “centro”, 49% aprueban el desempeño del presidente contra 24% que desaprueban (saldo neto +25).

Equipos realizó la encuesta de forma presencial y telefónica entre el 16 y el 29 de noviembre a 1.204 mayores de 18 años, residentes en localidades de más de 2.000 habitantes. Ante esta cantidad de casos, el margen de error máximo esperado es de un aproximado de 2,8 %, dentro de un intervalo de confianza del 95%.