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El caso Cardoso confirma la grieta en el Partido Colorado

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Conferencia de prensa de Germán Cardoso y Julio María Sanguinetti. Foto: Marcelo Bonjour
MARCELO BONJOUR

DIFERENCIAS POLÍTICAS

El sucesor del ministro saliente sería Tabaré Viera, pero si la Lista 15 quiere quedarse con su banca, el exintendente de Rivera Marne Osorio iría en su lugar.

La salida de Germán Cardoso del Ministerio de Turismo es un golpe más para un Partido Colorado, que viene acumulando machucones si se quiere desde la crisis de 2002, pero que además en lo que va de gobierno ha sido la fuerza política que más complicaciones internas ha tenido. De cinco ministros que dejaron su cargo en 2020, tres fueron propuesto por los colorados: Ernesto Talvi (de Relaciones Exteriores y además exlíder de Ciudadanos), Carlos María Uriarte (de Ganadería) y ahora Cardoso. Después estuvo la salida de Pablo Bartol y la otra modificación se dio por la muerte de Jorge Larrañaga.

La última semana dentro del Partido Colorado fue la representación misma de la crisis interna de la que la fuerza política no logra salir. Tras la destitución del exdirector de Turismo, Martín Pérez Banchero, y las denuncias de este de irregularidades en la cartera en la compra de cartelería y publicidad digital, dentro del partido se vive una verdadera guerra, en la que cada uno de los sectores (Ciudadanos, Batllistas y la 15) batallan a empujón limpio para no verse salpicados, ni perjudicados, por la polémica.

Cuando los primeras denuncias contra Cardoso salieron a la luz, desde la Torre Ejecutiva, según contaron fuentes políticas a El País, al primero que llamaron fue al ministro de Ambiente, Adrián Peña, quien quedó como coordinador de Ciudadanos luego de la salida de Talvi. Desde Presidencia le señalaron que como líder del sector mayoritario esperaban que tomara una decisión, pero la respuesta de él fue que como Cardoso era parte de Batllistas, la pelota en realidad estaba del lado del expresidente y secretario general del partido, Julio María Sanguinetti.

La decisión de Peña fue amparada por varios legisladores de Ciudadanos que, aunque no tuvieron una reunión formal en estos días, no dejaron de comunicarse por celular al tiempo de que las noticias sobre el diferendo entre Cardoso y Pérez Banchero iban saliendo a la luz. El sector que perteneció a Talvi decidió, así, que salvo que las denuncias contra el exministro de Turismo fueran “irrefutables”, iban a dejar que Sanguinetti resuelva.

En tanto, desde la 15, sector al que pertenece Pérez Banchero, no se dejaba de presionar a la interna del partido para que Cardoso fuera relevado. “Es un impresentable”, es lo mínimo que decían esta semana desde las filas del hoy presidente del BSE, José Amorín Batlle, sobre el exministro.

Conferencia del renunciante ministro Germán Cardoso y el expresidente Julio María Sanguinetti
Conferencia del renunciante ministro Germán Cardoso y el expresidente Julio María Sanguinetti

Desde la vieja lista del expresidente Jorge Batlle, también, se pedía a Ciudadanos que tomara una determinación en cuanto al asunto, no para que pidiera la renuncia de Cardoso públicamente o en Presidencia, sino para que en caso de que el tema se tuviera que definir a internas del Partido Colorado, saber si iban a contar con su apoyo.

Peña y sus hombres más cercanos decidieron no dar opiniones, sobre todo para evitar un conflicto con el sanguinettismo. Es que las aguas entre las partes están prácticamente calmas desde la salida de Talvi, y en Ciudadanos pretenden que esto siga así durante todo el tiempo que se pueda.

El jueves El País informó, en el marco de una nota con testimonios de Cardoso, que una de las polémicas con Pérez Banchero se había dado por un pago por parte del Ministerio de Turismo a la firma Kirma, el cual había sido bloqueado por el Banco República porque el número de cuenta que se le dio era de una entidad bancaria de Panamá que estaba en la lista GAFI, el organismo que combate el lavado de activos y el financiamiento al terrorismo. Ese mismo día Búsqueda informó sobre compras de publicidad callejera con valores bastante superiores a los que estaba acostumbrada la cartera, y que estos no habían sido aprobados por Pérez Banchero.

En la tarde del jueves Peña fue al Parlamento para mediar en algunas diferencias que se estaban dando a la interna de la coalición en cuanto a la votación de la Rendición de Cuentas. Allí varios legisladores se le abalanzaron para preguntarle qué estaba pasando con Cardoso y si Presidencia estaba dispuesta a sacarlo. Él repitió lo mismo: el asunto estaba en manos de Sanguinetti.

El viernes en la mañana Sanguinetti y Peña hablaron por teléfono. El exmandatario, según supo El País, le dijo que respaldaría a Cardoso y que aceptaría que renunciara solo si Luis Lacalle Pou le expresaba que había perdido la confianza en él. En tanto, otros actores de Batllistas preguntaban por WhatsApp a dirigentes de Ciudadanos sobre si, en caso de que el tema se dirimiera a la interna del partido, contarían con su apoyo para respaldar a Cardoso, puesto que la fuerza coordinada por Peña tiene mayoría (8 de los 15 votos necesarios).

Poco después de que Sanguinetti hablara con Cardoso, a su casa llegó Lacalle Pou. No había vuelta atrás: el presidente le manifestó que el ministro debería renunciar.

Sucesor

Luego de esto, empezó la carrera por la sucesión. La primera opción que se manejó fue la del actual director de Telecomunicaciones del Ministerio de Industria, Guzmán Acosta y Lara, pero este fue descartado desde el Poder Ejecutivo, y también a la interna del Partido Colorado, por presuntos vínculos laborales con empresas contratadas por el Ministerio de Turismo. Acosta y Lara es amigo muy cercano de Julio Luis Sanguinetti.

La segunda alternativa era clara: el senador Tabaré Viera. El problema está en qué pasa con su banca.

Tabaré Viera. Foto: Leonardo Mainé
Tabaré Viera. Foto: Leonardo Mainé

Hoy el Partido Colorado tiene cuatro lugares en el Senado: dos de Ciudadanos, uno de Batllistas y uno de la 15. El de Batllistas era de Sanguinetti, que renunció y en su lugar quedó Viera. El problema está en que ahora, en caso de que este pase a ser ministro de Turismo, el lugar sería para Raúl Batlle, que es de la 15.

Sanguinetti antes de confirmar a Viera como ministro quiere que la 15 se comprometa a que Batlle también presente su renuncia a la banca, para que el lugar en el senado permanezca en Batllistas. Si esto fuera así, quien asumiría sería Elena Grauert, secretaria general de Antel, quien, además, tiene una muy buena relación personal con Peña.

Pero “el temor” que tienen en la 15 -y así lo definen-, es que Grauert renuncie y que asuma quien sigue en la fila: Cardoso (quien de todos modos se convertirá en diputado).

Además, en la 15 entienden que tienen derecho a ostentar el cargo por el que perdieron y estaba en manos de Pérez Banchero. “Si le toca al Mono, el que tiene que decidir es el Mono”, advierten. Mono es el apodo de Raúl Batlle.

Entonces, desde la cúpula de la 15 le pidieron a Batlle, que “está descansando en el interior”, que apague el teléfono durante todo el fin de semana, y que medite a ver qué quiere hacer, porque “su actividad privada también es muy intensa”, señalaron fuentes coloradas a El País. Antes de irse a descansar, Batlle también habló con Sanguinetti y le dijo que iba a pensar qué hacía.

En un grupo de WhatsApp de la 15, según capturas de pantalla a las que accedió El País, un dirigente señalaba: “La 15 queda con dos senadores, mismo número que Ciudadanos votando mucho menos. Renace el sector”.

Raúl Batlle vuelve a Montevideo hoy y se reunirá con el líder de la 15, Amorín Batlle, y le comunicará su decisión. Luego hablará con el expresidente.

Sin embargo, la llave del asunto la seguirá teniendo Sanguinetti, pues en caso de que desde la 15 le digan: “El Mono no renuncia”, es muy probable que Viera continúe en su banca y que se busque otra opción. La persona que más consensos logra en este caso, es el exintendente de Rivera, Marne Osorio.

Una fuerza obligada a buscar nuevos liderazgos
Pedro Bordaberry. Foto: Leonardo Mainé

Más allá de lo coyuntural, hacia el futuro la colectividad fundada por Fructuoso Rivera no tiene más que incertidumbres. Sin Ernesto Talvi, Ciudadanos se mueve bajo el liderazgo del Ministro de Ambiente, Adrián Peña, que no tiene aspiraciones presidenciales. A la interna del grupo saben que hay un desafío a resolver, en lo posible ya el año próximo, que es quién será su próximo candidato. “Sabemos que es algo que tenemos que hacer, buscar nuevos liderazgos, pero no es algo de lo que nos podamos ocupar ahora”, dicen fuentes del sector. Uno de los nombres que suenan es el de Robert Silva, presidente de la ANEP.

En Batllistas, Julio María Sanguinetti ni piensa en la próxima elección, y parecido a lo que pasa con Peña es lo que sucede con el senador Tabaré Viera. Es decir, saben que para las elecciones próximas necesitan una nueva figura que pueda aspirar por la banda presidencial.

Queda la lista 15, que continúa bajo el liderazgo de José Amorín Batlle, que en los últimos comicios ha acumulado una serie de derrotas a la interna del partido.

“Estamos esperando a Pedro”, advierten varios en referencia a Bordaberry, pero quienes lo hacen no se lo imaginan como líder de ninguna de las agrupaciones existentes hoy. Aunque en Ciudadanos hay varios exdirigentes de Vamos Uruguay, la gran mayoría de los que pertenecen al grupo advierten: “Él no pega con el perfil que hemos construido”. Bordaberry prefiere no hablar del tema. Muchos de los que estaban cerca de él, sin embargo, dicen que su regreso es un hecho.

Con la ñata contra el vidrio la miran algunos como Luis Almagro, el excanciller frenteamplista y actual líder de la OEA, que logra ciertas adhesiones en algunos jóvenes colorados.

Un juego de estrategia.

Julio María Sanguinetti, secretario gral. de los colorados
Sanguinetti
Defensa

El expresidente defendió a Cardoso hasta último momento y aceptó el relevo solo cuando Lacalle Pou se lo pidió. Ahora negocia con la 15 para que la banca que podría dejar libre Viera, si fuera ministro de Turismo, quede para Batllistas.

Adrián Peña, Ministro de Ambiente
Adrián Peña
Repliegue

El coordinador de Ciudadanos (la fuerza que antes era liderada por Talvi) prefirió no intervenir en el caso Cardoso. Optó por no pronunciarse. Como el exministro era parte de Batllistas, dejó todo en manos de Sanguinetti. Todo Ciudadanos amparó la decisión.

José Amorín Batlle, Presidente del BSE
José Amorín Batlle
Ataque

La 15, liderada por Amorín Batlle, fue quien pidió a la interna del partido la renuncia de Cardoso. Pérez Banchero es de la 15, y advertían que fue injustamente echado y que el exministro se movía con cierta desprolijidad. Aspirarían a quedarse con la banca de Viera.

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