Fue una noticia que cayó mal y se hizo sentir: al enterarse este lunes que había ministros e integrantes del Poder Ejecutivo que reprochaban la falta de iniciativa de los diputados del Partido Nacional para responder a los cuestionamientos del Frente Amplio, varios legisladores nacionalistas reaccionaron molestos. Algunos, de hecho, hicieron llegar su disgusto hasta la Torre Ejecutiva, porque básicamente el sentir de la mayoría era que habían recibido una crítica injusta.

La disconformidad con el reproche, incluso, trascendió a los diputados, pues se involucró también activamente la vicepresidenta Beatriz Argimón, que se encargó de hacer llegar su propia disconformidad a Presidencia -según informaron a El País fuentes parlamentarias-, ya que entiende que la bancada nacionalista ha defendido con creces al gobierno -y actuado con una lealtad inusual- desde el hemiciclo de la Cámara de Diputados.

De modo que, en paralelo a los asuntos legislativos, este fue un recurrente tema de conversación entre los blancos esta semana, y eso terminó produciendo una visita inesperada del secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, a la reunión de bancada de los representantes nacionalistas de este miércoles a la tarde.

A la salida de ese encuentro el jerarca fue consultado, precisamente, por esos cuestionamientos que han surgido desde el gabinete del presidente Luis Lacalle Pou, aunque no solo, porque también hay otros dirigentes, como el senador Sebastián Da Silva, que entienden que los diputados tienen que tener un rol más proactivo en el debate con sus pares de la oposición. “Es verdad que hay una molestia. Ministros, senadores, que somos muy pocos, estamos dejando el alma. Esa es la verdad”, había señalado el senador del Espacio 40 en declaraciones a El País este lunes.

Pero Delgado envió entonces un mensaje en otro sentido, con el objetivo evidente de calmar las aguas.

“Yo personalmente no solo soy amigo de los diputados del Partido Nacional: convivo con ellos, nos conocemos desde hace muchos años y hablamos personalmente”, dijo el jerarca ante la consulta de los medios, y se limitó a agregar que solo tenía, con los legisladores, “agradecimiento por el compromiso y por el debate y por el sostén del gobierno que hacen en la Cámara de Diputados y en el Parlamento”.

Puertas adentro, no obstante, algunos de los representantes nacionalistas hicieron saber al dirigente de Aire Fresco -y hoy por hoy amplio favorito en la interna blanca de cara a 2024- el malestar que les produjo el reproche en cuestión, al tiempo que también destacaron “el gesto” de decidir ir a conversar, entre otras cosas, de esto mismo.

“Para nosotros fue muy importante porque entendemos que defendemos al gobierno en lo que podemos y no habíamos sentido que tuvieran ese reclamo”, señaló a El País, por ejemplo, el diputado Rodrigo Goñi.

No lo habían sentido pero estaba: es un reclamo concreto de algunos jerarcas del gobierno que razonan que mientras los diputados no respondan -siempre a su criterio- con igual vehemencia las críticas que recibe el gobierno del Frente Amplio, deben salir en su lugar los propios ministros o integrantes de gabinete, y así se genera una consecuencia indeseada: que se expongan a un “desgaste” innecesario en la palestra pública teniendo en cuenta el rol de gestión que tienen que cumplir -y eso es lo que, plantean algunos, ha ocurrido en los últimos días.

De todos modos, y más allá de este cortocircuito, tanto Delgado como los legisladores reconocieron en la reunión que la comunicación entre el Parlamento y los principales actores del gobierno no ha sido la ideal este año.

Ese es en realidad un diagnóstico que el Ejecutivo ya había hecho hace meses, pero no solo en relación a los dirigentes blancos sino a nivel de la coalición. Y es algo que se ha intentado subsanar con una mesa de articulación entre Presidencia y el Parlamento que ha sesionado algunas veces pero que luego terminó diluyéndose.

El propio Lacalle Pou ha hecho mención a la importancia de mejorar esa comunicación en una reunión que se hizo en la residencia de Suárez y Reyes en junio de este año, en la que se refirió a la necesidad, justamente, de generar más encuentros entre legisladores y ministros de todo el espectro de la coalición, de modo que ambos poderes tengan un diálogo lo más “fluido” posible y cuidar así la unidad de toda la alianza oficialista.

Para el caso del partido de gobierno, Delgado se comprometió específicamente a “mejorar la coordinación” entre ambos poderes como meta para 2023, un año que en el oficialismo prevén como especialmente “intenso”.

“La idea es que podamos tener mayor información y evitar los ruidos en la prensa”, señaló otro de los representantes que participaron de la reunión.

Como idea que expuso el propio secretario de Presidencia, se propuso la creación de grupos de WhatsApp correspondientes a cada comisión de las cámara baja, incluyendo obviamente a los ministros del área temática de referencia.

“El diálogo siempre es necesario y más entre dos poderes”, dijo por su parte el diputado Juan Martín Rodríguez, que añadió: “El Poder Ejecutivo como el Poder Legislativo son socios y el éxito de uno sin el del otro no sirve a nadie”.