Por Maite Beer y Rocío González
Todavía se desconoce qué causó el trágico accidente del ómnibus de Copsa en la ruta Interbalnearia, que dejó a 20 personas heridas -cuatro en estado grave- y una fallecida de 15 años. Sin embargo, hay teorías sobre qué fue lo que generó que el ómnibus se descarrilara, cruzara la senda contraria y rodara por un barranco hasta volcar. Algunos pasajeros que habían viajado en este vehículo dijeron que “se movía horrores” y Felipe Donagaray, un joven de 19 años que sobrevivió al siniestro, contó a El País que durante el viaje, previo al accidente, notó que el ómnibus “iba demasiado rápido”, que estaba inestable y que sintió un “zarandeo”.

Andrés Martínez, integrante de la Asociación de Trabajadores de Copsa (ATC), dijo ayer en rueda de prensa que el sindicato ya le había solicitado a la empresa que la flota estuviera “en condiciones”, dado que en la temporada iban a aumentar la cantidad de viajes.

“Lo que denunciamos mayormente era el mantenimiento general, que esté en condiciones para preparar la temporada. En setiembre cuando tuvimos el problema importante de la huelga, uno de los temas que se planteó al Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) es que la flota en la temporada funcionara de la mejor manera”, señaló Martínez en rueda de prensa.

Al ser consultado sobre la situación de este coche en particular, dijo: “Había compañeros que ya habían denunciado esta situación”. Aun así, puntualizó que “supuestamente” el coche había ido a un taller especializado. Y, efectivamente, esto es lo que aseguró a El País el gerente de la empresa de transporte, Javier Cardoso.

Desde Copsa dijeron que el ómnibus había tenido un chequeo general en un taller especializado en carrocería a mediados de diciembre de 2022. Los mantenimientos son de forma periódica, dijo Cardoso, y cuando el coche pasó por el taller tuvo una inspección de suspensión, de la barra estabilizadora y amortiguadores, y la conclusión de los mecánicos fue que “estaba en perfecto estado”. Además, cuando un ómnibus llega del taller la empresa también hace los debidos controles, según dijo el gerente.

Por su parte, el director de Transporte por Carretera del MTOP, Carlos Flores, indicó ayer -también en rueda de prensa- que la unidad estaba habilitada para circular, aunque “naturalmente” están a la espera del peritaje para que se determine cuáles fueron las causas “de este grave accidente”.

“El ómnibus inclusive tenía la habilitación técnica para circular, desde el punto de vista de la revisión y de los mantenimientos estaba en perfecto estado de circulación”, dijo en conversación con Radio Universal.

Pero los pasajeros insisten en que el ómnibus no funcionaba bien. Mónica, quien viajó en el coche 540, pero en un trayecto previo al vuelco, dijo que el ómnibus “se movía horrores”. “Se iba a la banquina, de la mitad del bus para atrás era como que se movía en forma permanente y brusca. Venía rápido, la gente se estaba quejando con el conductor”, dijo a Subrayado (Canal 10).

Además, un usuario de Instagram, Ivansilchenkoo, expresó en la red social que él viajó en el mismo ómnibus días antes del siniestro, y que el vehículo “se balanceaba de lado a lado”. “Nos quejamos varios antes y luego del viaje”, aseguró.

Foto: Maite Beer

Frente a estas acusaciones, el gerente de Copsa detalló que nunca recibieron ninguna denuncia formal hacia la agencia y que “es imposible” que el vehículo se moviera como un péndulo. “En caso de producirse ese bamboleo, al perder el equilibrio el vehículo se movería en zig zag y entonces de esa forma volcaría. Pero eso no sucedió, sino que el ómnibus siguió recto”, explicó.

En la escena del siniestro, la pareja del padre de la adolescente de 15 años que falleció en el siniestro, contó a El País que sus cuatro hijos, que sobrevivieron al accidente, dijeron que el chofer estaba usando el celular en el momento de la tragedia.

Cardoso, al ser consultado al respecto por El País, dijo: “No lo puedo afirmar ni negar”. De todas formas, expresó que no cree que esa haya sido la causa del siniestro porque las marcas por la frenada del coche están en la senda que va hacia la capital, no hay frenada en el cantero del medio, por lo que el chofer tendría que haber estado “muy desatento para no darse cuenta”. “No adhiero a esa tesis de que pudiera ir hablando por teléfono”, enfatizó.

Lo que cree el gerente de Copsa es que “lo más probable” es que el chofer haya sufrido alguna cuestión de salud en ese momento que produjo que perdiera el control del vehículo. Aclaró, sin embargo, que el conductor no tenía ninguna enfermedad crónica ni había tenido ningún problema de salud reciente.

El hombre, de 55 años, empezó a trabajar en la empresa en noviembre de 2022.

Al conductor lo operaron ayer alrededor de las 17:00 horas y estuvo siempre lúcido. Si bien está fuera de riesgo de muerte, tuvo fractura en su muñeca y en la columna. La empresa no se comunicó con el chofer sobre posibles causas del accidente porque “primero opera la Justicia”, dijo Cardoso.

Los pasajeros que continúan internados, según detalló la Policía, son seis mujeres y dos hombres. Una mujer de 27 años sufrió un politraumatismo y fracturas varias, pero se encuentra estable y está internada en la Médica Uruguaya. Otra mujer, de 31 años, tuvo traumatismo de tórax y columna, y se encuentra en el CTI del Sanatorio Mautone. Una argentina sufrió un politraumatismo, con fractura de pelvis y hombro, aunque está estable y está también en el Mautone.

Entre los hombres, uno de 21 años tiene fracturas varias y está internado en el SMI de Montevideo y el otro, de 74 años, tuvo un corte en la frente y fracturas varias en su columna y está en el Mautone.

Foto: Maite Beer

Felipe Donagaray, de 19 años, subió al coche 540 de Copsa que estaba programado para salir este jueves a las 15:15 horas desde la terminal de Tres Cruces. El joven, que es oriundo de Tacuarembó y estudia en Montevideo, iba a pasar unos días con familiares en Punta del Este.

“El ómnibus se empezó a desviar, nos pasamos al carril de al lado, caímos en la banquina, salimos de la banquina y pasamos para el carril de la otra ruta, después pasamos al otro carril y después nos fuimos para abajo en el barranco”, contó Felipe a El País.

“Yo volé para todos lados, tengo la imagen de reventarme la cabeza contra el lugar donde guardás los bolsos, darme la cabeza contra los asientos de adelante. Volaba todo para todos lados: mochilas, computadoras. Era todo el mundo volando para todos lados”, relató.

Felipe quedó arriba de los asientos e intentó que su cuerpo quedara contra la ventana contraria a la que quedó sobre el suelo.

El joven no sabe si al final del siniestro, cuando el ómnibus se estabilizó en un costado, perdió el conocimiento unos segundos o si por el shock no recuerda esos momentos. “(Cuando me desperté) lo primero que pensé fue que estaba bien. Inmediatamente después pensé ‘ta, esto va a explotar’”, relató. Felipe comenzó a arrastrarse sobre los asientos hacia la ventana de atrás del ómnibus, que se había roto. Por allí ya habían comenzado a salir varios pasajeros.

“(Al salir) lo que recuerdo es ver una película de terror. Gente ensangrentada, llorando en el piso. Había una pareja de ancianos, ella estaba toda ensangrentada y no soltaba a su esposo”, contó.