Conmoción por crimen de niño de dos años en ráfaga de 30 disparos; balacera reabre debate sobre narcotráfico

En la noche del jueves se dio un episodio de terror que reavivó el debate por el narcotráfico. Un niño de dos años y su padre fueron asesinados a balazos, mientras que otros dos niños debieron ser internados.

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Buscan determinar responsabilidades e investigan si una boca de venta de drogas cerrada volvió a ponerse en funcionamiento.
Buscan determinar responsabilidades e investigan si una boca de venta de drogas cerrada volvió a ponerse en funcionamiento.
Foto: Francisco Flores

En las últimas horas del jueves fue asesinado un niño de dos años junto con su padre de 22 en Pinar Norte. También recibieron impactos de bala otros dos niños, uno de seis y otro de ocho años. El caso generó conmoción, y reavivó el debate sobre seguridad a nivel político.

“Hemos hecho un combate frontal al narcotráfico y las cifras están ahí”, dijo el presidente Luis Lacalle Pou y luego afirmó que “las cifras hoy no corren”.

Además, aseguró sentir “una enorme bronca, frustración e impotencia” por la situación. “Una sociedad no puede naturalizar que los niños se críen en esos ambientes”, agregó desde Salto, donde asistió a la inauguración del nuevo aeropuerto internacional.

El impacto de la noticia tuvo eco en otras figuras del oficialismo. El senador y líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, dijo que “no hay palabras” para describir su “sentimiento de impotencia”, y calificó a los asesinos de “anormales”.

Laura Raffo, precandidata por el Partido Nacional, sostuvo en rueda de prensa que “es un horror despertarse con esa noticia” y aseguró que “los índices no valen si muere un niño”. También señaló que “es importante estar presente en todos los barrios (...) con una visión integral de la seguridad”.

Desde la oposición también se lamentó el hecho. Yamandú Orsi, intendente de Canelones y precandidato por el Frente Amplio, afirmó que “es difícil encontrar un adjetivo” para definir la situación. “El tema narcotráfico queda un poco en segundo plano”, aseguró y sostuvo que “lo preocupante es la violencia que está instalada”.

Otra frenteamplista, la senadora Liliam Kechichian, publicó en su cuenta de X -antes Twitter- que “la infancia en este país está desprotegida”. Hay un “25% de pobreza infantil y récord de niños baleados”, finaliza el posteo de la senadora.

Ataque

Sobre las 23:00 horas del jueves llegaron en un auto cuatro niños -de dos, tres, seis y ocho años- y dos mayores de edad -de 22 y 40- a una casa ubicada en las calles Ciudad de Canelones y Francisco Acuña de Figueroa, Pinar Norte.

La información primaria que indicaron fuentes policiales a El País apunta a que el auto que los trasladó partió de un lugar en el que presume que funciona una de una boca de venta de drogas en la ciudad de Canelones.

Las fuentes policiales agregaron que en la vivienda ubicada en Pinar Norte funcionaba anteriormente otra boca de venta de drogas, aunque una persona ya fue condenada y en su momento “se había cerrado. A partir de este caso está siendo investigada su posible reapertura.

Al llegar al lugar, el hombre de 40 años bajó del vehículo y entró a la casa.

Cuando salió, llegaron un auto y una moto, desde los cuales efectuaron más de 30 disparos, según relataron a El País vecinos y fuentes policiales.

El joven de 22 años falleció en el lugar por recibir varios disparos, mientras que el de 40 resultó ileso.

En la parte de atrás del auto viajaban los niños, de los cuales el pequeño de dos años recibió un balazo en la cabeza. Luego del ataque fue trasladado a un centro de Casmu en Montevideo, donde finalmente falleció mientras era intervenido.

De los tres niños restantes, dos fueron baleados, recibiendo uno de ellos disparos en el tórax y parte lateral, y el otro en el tórax.

El niño de tres años resultó ileso y fue trasladado por el hombre de 40 años a una pizzería donde lo dejó antes de irse a pedir ayuda a una seccional.

Los residentes de zona prefirieron mantener el anonimato por miedo a represalias, pero todos coincidieron en la alarma que generó este trágico hecho.

El País dialogó con varios de ellos durante la tarde de ayer. Ninguno de los vecinos podía creer lo que ocurrió la noche anterior. “Parecía sacado de una película de narcotraficantes”, dijo uno de ellos.

“Pensé que eran fuegos artificiales hasta que escuché a los niños gritando de dolor y que habían matado a su padre”, dijo otra.

“Hace años se ven consumidores de droga por la zona, pero nunca escuché un disparo hasta ayer”, relató un vecino que vive cerca a donde ocurrió el doble homicidio.

En el lugar donde había estado parado el auto con los seis integrantes todavía había agua de radiador. “Si de madrugada mirabas para ahí veías todo brilloso, estaba lleno de casquillos”, señaló este último.

Si bien está siendo investigada la reapertura de la boca de venta de droga en la casa a la que entró el hombre, los residentes aseguraron que sigue en funcionamiento.

“Fue cambiando con los años el tipo de personas que llegaban, ahora ves gente que viene a buscar pasta base”, dijo un vecino.

Los consultados por El País aseguraron que “no es la única casa en la que ocurre” y ya se han realizado múltiples denuncias contra varias familias de la zona. “Algunas están conectadas entre sí”, dijo uno de los residentes.

Una de las principales preocupaciones que los vecinos expresaron a El País fue la respuesta policial. “Demoraron una hora en llegar”, coincidieron varios. “Esperemos que empiece a haber mayor presencia policial”, dijo uno de los vecinos que señaló un “aumento en la inseguridad” en los últimos meses.

“Antes pasaban más desapercibidos, ahora hay cada vez más violencia”, afirmó.

Además

Buscan a los responsables y habrá intervención del INAU

La investigación policial recién comienza. Durante la jornada de ayer tanto Policía como la fiscal Sandra Fleitas buscaron recabar indicios que permitieran determinar responsabilidades.

Para el cierre de esta edición el caso cuenta con un detenido -el hombre de 40 años que ya tenía antecedentes por rapiña y suministro de estupefacientes. Por su parte, el joven de 22 fallecido también contaba con antecedentes por receptación.

Fuentes policiales y del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) indicaron a El País que el niño fallecido era hijo del joven de 22 también asesinado, y hermano del pequeño de tres que resultó ileso y ya se encuentra con su madre.

Por otra parte, los dos niños internados en el Pereira Rossell, son hijastros del hombre detenido. Su madre cumple con prisión domiciliaria por delitos relacionados a estupefacientes, aunque se la autorizó a salir para cuidarlos en el hospital.

INAU cuenta con registros de los involucrados ya que todos los niños acudieron a Caif -y el de dos años había sido registrado hace pocas semanas.

Uno de los puntos en los que hizo foco la fiscal Fleitas durante una conferencia de prensa ayer, fue que “los niños están sujetos a la patria potestad de los padres”, quienes “tienen obligaciones”. Se investiga responsabilidades ya que consideran que la presencia de los niños en la escena delictiva es “preocupante”.

“Hay que determinar qué fueron a hacer a ese lugar teniendo en cuenta que allí ya se había formalizado a una persona por suministro de estupefacientes”, dijo. Por este motivo, se está investigando a las familias de los niños.

Según confirmó a El País el presidente de INAU, Guillermo Fossati, “este fin de semana se mandará una cuidadora para los niños que están en el Pereira Rossell”, ya que “se les dio el alta médica pero no social”. “Una vez que la justicia se expida, se define la intervención de amparo del Instituto”, agregó.

Casa en la que se cometió el doble homicidio este viernes, en Pinar Norte. Foto: Francisco Flores/El País
Casa en la que se cometió el doble homicidio en Pinar Norte.
Foto: Francisco Flores/El País
Testimonios

"Estoy más para irme que para quedarme"

Uno de los vecinos de la zona dijo a El País que “hasta ahora nunca había escuchado disparos” en las inmediaciones de su casa -cerca de donde sucedió el tiroteo. “Hace años que se ven consumidores, pero nunca se vio este tipo de violencia”, señaló. “Estoy más para irme que para quedarme”, aseguró con pena y lo justificó con que no sabe “cuándo puede pasarle algo a uno viviendo entre tanta violencia”. El vecino dijo esperar que “con el movimiento que genere este caso algo pueda cambiar”.

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