Redacción El País
Drones, blindados, patrulleros y motos participaron del operativo que trasladó a Luis Fernando Fernández Albín al juzgado penal ubicado en la calle Juan Carlos Gómez. Decenas de funcionarios policiales de diferentes unidades se vieron involucrados en un procedimiento que comenzó pasadas las 04:00 de la madrugada y que se extendió hasta el mediodía, cuando finalizó la audiencia de control de detención.
Fernández Albín llegó a Uruguay a las 07:30 del jueves tras ser trasladado por la Fuerza Aérea desde Argentina, donde había sido detenido al 20 de noviembre debido a una orden de captura internacional. Luego de que le explicaran los motivos de su detención, el señalado como líder del clan Albín aceptó ser trasladado a Uruguay para enfrentar el proceso en su contra. De esta forma, se realizó la llamada extradición simplificada (la persona accede voluntariamente).
La cuadra del juzgado ubicado en la calle Juan Carlos Gómez fue cortada por protocolo de seguridad, permitiendo el paso únicamente a vecinos, comerciantes o quienes pudieran justificar estar transitando por el lugar. Por el otro lado (en la calle Bartolomé Mitre), decenas de funcionarios policiales fuertemente armados y de distintas reparticiones aguardaban por el desarrollo de la audiencia. Dentro del juzgado, según pudo saber El País, vigilaban múltiples custodios.
En una rueda de prensa, el ministro del Interior, Carlos Negro, dijo estar "muy conforme" con el procedimiento y que fue "ejecutado tal cual se había planificado". Por su parte, el director de la Policía, José Azambuya, también se refirió al operativo: "Analizamos, planificamos y ejecutamos. Le dimos todas las competencias y las herramientas a las unidades correspondientes", dijo.
La audiencia comenzó a las 11:11 y duró tan solo once minutos. Se trató de una instancia en la que el juez de Crimen Organizado de 1er Turno, Fernando Islas, únicamente revisó la legalidad de la detención de Fernández Albín y le realizó preguntas sobre datos personales.
"Unos cuantos", respondió el hombre de 38 años al ser consultado sobre si poseía antecedentes penales, mientras que aseguró no conocer los motivos por los cuales fue detenido. Luego de que la fiscal de Estupefacientes Angelita Romano le recordara que estos le fueron informados en Argentina, Fernández Albín admitió querer "escucharlos de su parte".
Finalmente esto no sucedió, ya que el relato de los hechos se hará durante la audiencia de formalización, que está prevista para este viernes luego de las 15:00.
Según pudo saber El País con fuentes del caso, la investigación contra Fernández Albín tiene tres aristas. En primer lugar, para los investigadores hay evidencia que lo vincula directamente con la incautación de 2.000 kilos de cocaína realizada en abril en una chacra ubicada en Punta Espinillo.
Además, se lo investiga por un delito de lavado de activos y otro de contrabando. Fuentes policiales dijeron a El País que esto último se debe a que, cuando todavía se encontraba en libertad viviendo en Uruguay, se le encontró una camioneta de origen brasileño durante un allanamiento.
Luego de estudiar las evidencias, el equipo fiscal solicitará al juez la imputación de los delitos por los que entienda que existen indicios que involucren a Fernández Albín.
Operativo en Argentina e imputación a su esposa
Según supo El País en base a fuentes de la Policía Federal Argentina, el operativo para atraparlo en ese país comenzó los primeros días de octubre y participó la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés). Fernández Albín ingresó al país el 27 de junio de este año. Antes, sospechan las autoridades, estuvo en Bolivia.
Allí se detectó que el hombre se estaba alojando en un apartamento en el barrio porteño de Flores y se desplazaba en dos vehículos diferentes, una camioneta y un auto. Uno de ellos, los guardaba en una cochera ubicada a una cuadra. La Policía argentina montó un operativo de vigilancia de 24 horas que incluyó cámaras, dispositivos GPS y triangulación de antenas.
En su domicilio se incautaron 8.500 dólares, 5.500 pesos argentinos, 2.700 pesos uruguayos, tres celulares, una pulsera, dos cadenas, un reloj, un pasaporte argentino, licencias de conducir, varias tarjetas de débito y crédito.
A su vez, en Uruguay se realizaron cuatro allanamientos en Montevideo y en Ciudad de la Costa que permitieron detener a la esposa de Fernández Albín, una empleada y el hijo de ella. Los tres fueron imputados por lavado de activos.
Se le adjudican cargamentos de droga
La operación Nueva Era (la que permitió la incautación de dos toneladas de cocaína en Punta Espinillo) fue una derivación de procedimientos en los que también se incautaron cientos de kilos de cocaína y pasta base que estaba siendo acopiada en Uruguay con fines de exportación. La responsable del manejo de la droga, según la investigación policial, era una de las principales bandas criminales del país: los Albín de Cerro Norte.
Según la hipótesis de los investigadores, Luis Fernández Albín está relacionado con el prófugo narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, aunque hasta el momento esto no ha podido probarse en la Justicia. Además, se presume que esta banda trabaja en conjunto con la liderada por Luis "Betito" Suárez, quien fue imputado recientemente. Tanto Betito como Fernández Albín son señalados por liderar organizaciones criminales, así como por lavado de activos.
Para la operación Nueva Era, desarrollada en agosto, se realizaron allanamientos en Montevideo y Canelones tras detectar "movimiento sospechoso" en un predio ubicado en Punta Espinillo. Al allanar el lugar, la Policía incautó algo de cocaína, pero notó que la tierra estaba removida, por lo que excavó y encontró más cantidad de sustancia empaquetada.
En total, se encontraron más de 2.000 kilos de cocaína con una pureza del 94%, con un valor cercano a US$ 15 millones en el mercado local, aunque en Europa podría ser hasta cuatro veces mayor.
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