Crimen de un hombre de 84 años: empuñadura con huellas fue clave para la imputación de su sobrino y presunto cómplice

También se encontraron indicios biológicos en un ladrillo con el que los agresores golpearon a la víctima, aunque para el momento de la formalización no se habían terminado de procesar.

Patrullero policial
Patrullero de Policía.
Foto: Natalia Rovira/El País.

El asesinato de un hombre de 84 años la pasada semana conmocionó a los vecinos del barrio La Teja. Hasta el momento hay dos personas imputadas —el sobrino de la víctima y un presunto cómplice—, quienes lo habrían matado a puñaladas y golpes con un ladrillo. La investigación continúa, pero hasta el momento han sido claves una empuñadura, en la que se halló huellas dactilares de uno de los involucrados, y el testimonio de un hombre que estacionaba el auto en el predio del anciano.

En la mañana del 15 de diciembre, vecinos de la calle Concordia, esquina José Mármol, se percataron de que la puerta de ingreso a la vivienda del hombre de 84 años parecía haber sido forzada. Además, les pareció extraño no haber visto al anciano en toda la mañana, por lo que cerca del mediodía dieron aviso a la Policía.

Al ingresar a la casa, los funcionarios se encontraron con la escena del crimen. En uno de los dormitorios yacía el cuerpo del hombre con claros signos de violencia, aunque había sido tapado con sábanas. El cuarto estaba "completamente revuelto", según relató la fiscal adscripta de Homicidios de 2do Turno, Micaela Dávila.

En otra habitación se encontraba una mujer de 81 años, hermana del fallecido, a quien el hombre cuidaba debido a que padece alzheimer.

Los investigadores comenzaron a entrevistarse con los vecinos para obtener datos que aporten al caso. Uno de ellos, quien le pagaba a la víctima para estacionar el auto en su predio, contó que esa madrugada se encontró con el sobrino del anciano saliendo de la vivienda. Según su relato, el joven se puso "muy nervioso" y le dijo "soy yo, soy yo", lo que hizo que el vecino lo reconociera. Cámaras del Ministerio del Interior muestran esta escena, corroborando la versión aportada por el hombre.

Las filmaciones captaron el ingreso a la vivienda de dos hombres —además del vecino en su auto—, lo que evidenció que el sobrino de la víctima no actuó solo. Testigos dijeron a la Policía que el joven era consumidor y que frecuentaba una boca cercana. Los investigadores fueron hasta ese lugar y aunque no encontraron al sobrino, sí dieron con el presunto cómplice. Ese hombre admitió haber concurrido a la vivienda del fallecido "a buscar un plasma", pero dijo que él no había ingresado.

Uno de los elementos que llevó a la imputación de esta persona, es que en la escena del crimen se encontró una empuñadura de arma blanca —sin la cuchilla—, la cual tenía sus huellas dactilares, según arrojaron los análisis primarios. En el lugar también se encontró un ladrillo, que habría sido utilizado para golpear al fallecido, aunque hasta el momento no se ha identificado de quién son los indicios biológicos encontrados en él.

La autopsia determinó que la víctima falleció por los golpes, aunque también recibió múltiples cortes.

Finalmente se consiguió la detención del sobrino de la víctima, a quien se le encontraron mensajes en los cuales exigía "de una forma amenazante" dinero a su tío, asegurando que de lo contrario le iba a robar inmuebles. Esto concuerda con la versión de los testigos, quienes dijeron que le pedía plata para consumir

La jueza María Noel Odriozola aceptó formalizar de la investigación contra los dos hombres, que deberán cumplir con la medida de prisión preventiva por 120 días mientras avanza el caso.

"Yo siempre iba a mi casa, fui a buscar cosas para vender", interrumpió el sobrino durante la audiencia, en la que también negó seguir consumiendo drogas, aunque aceptó haberlo hecho en algún momento. Si bien su defensa no se opuso a la formalización ni tampoco a la medida cautelar, el joven se mostró en contra. "¿Dónde está que yo hice el delito? ¿Dónde está la Justicia?", dijo.

Uno de los argumentos de Fiscalía para solicitar la prisión preventiva fue el posible entorpecimiento de la investigación, asegurando que ya existió al esconder la cuchilla —se encontró solo su empuñadura. Además, los presuntos asesinos conocen a los testigos por ser vecinos del barrio, por lo que podrían amedrentarlos. También se hizo énfasis en que ninguno de los dos tiene trabajo y que ambos son consumidores, por lo que no tienen arraigo para otra medida que no sea la de prisión.

Si bien los indicios apuntan a que estas dos personas son quienes asesinaron al hombre de 84 años, la fiscal aseguró que hasta el momento no se tiene certeza de cuál fue su motivación.

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