Una familia presentó una demanda contra la Intendencia de Montevideo (IMM) por haber cremado y esparcido las cenizas de una mujer sin haber avisado ni respetado los plazos reglamentarios. Mirsa, hija de la fallecida, contó a El País la situación vivida y aseguró que recibieron explicaciones "con cero humanidad" por parte de la comuna.
María tenía 74 años cuando murió como consecuencia de un cáncer de esófago en julio de 2019. Un año antes se había ido a vivir con su hija Mirsa, quien se encargó de cuidarla hasta sus últimos días. "No pasamos bien porque no podíamos hacer nada. La enfermedad ya estaba avanzada", relata hoy la mujer.
Luego del velorio, los restos de María fueron alojados en el Cementerio del Norte. La reglamentación de la IMM establece que los cuerpos pueden permanecer en tubulares hasta dos años y 30 días. Antes de este período, los familiares deben tramitar la reducción o cremación. Pero según explicó Mirsa a El País, esto no se cumplió.
Menos de un año después del fallecimiento fue al cementerio, pero las flores que tanto cuidaba junto a sus hermanos ya no estaban, al igual que la tumba de su madre. Se dirigió hacia las oficinas y habló con un trabajador de la administración, de quien obtuvo respuestas "con cero humanidad".
Fue allí que le comunicaron que su madre había sido cremada nueve meses después de su muerte, y que sus cenizas habían sido esparcidas en una fosa común. Previo a esta instancia, Mirsa no había recibido ninguna llamada, mensaje o aviso. "Ya está señora, no podemos hacer nada", fue la respuesta que habría obtenido.
Según pudo constatar posteriormente junto con sus abogados, Pedro Larrosa y Carmen Vázquez, existió un "error" en la fecha de fallecimiento de su madre. En un documento figuraba que la muerte había sido en 2017, dos años antes de cuando ocurrió realmente. "También me llegaron a decir que precisaban liberar espacio por la pandemia", dijo Mirsa.
Esto le generó afectación psicológica, por lo que estuvo certificada en su trabajo, en el Hospital de Clínicas. Además, tuvo que pedir traslado a otra sección, debido a que su labor en el CTI le recordaba constantemente a su madre, lo que la afectaba todavía más.
"No quisiera que otra familia pase lo que pasamos. Ni ellos (la Intendencia) sabían dónde estaban las cenizas de mi madre", relató y aseguró que luego de ver noticias sobre casos similares que tuvieron resultados favorables en juicios contra la comuna, quiso movilizarse para "hacer justicia". "Es lamentable que si no tuviera los medios para pagar un abogado esto quedaba tapado". aseguró.
"No es por la plata, sino por lo que hicieron con nuestra madre. Es por su memoria", explicó. La intención de la familia era llevar los restos al cementerio de Melo, donde está su padre.
Si bien existió una audiencia de conciliación a fines de mayo, esta no prosperó, por lo que el caso continuó su vía judicial. La familia presentó una demanda por el sufrimiento a partir del accionar de la IMM. En total —entre hijos, nietos y bisnietos— reclaman que se los indemnice con US$ 93.000, a los que deben sumarse los intereses.
La Intendencia fue consultada por El País, pero prefirió no hacer comentarios sobre el tema, que todavía continúa en proceso judicial.
IMM perdió en antecedentes por casos similares
La demanda presentada por Mirsa y su familia no es la primera contra la comuna por este tipo de situaciones. En febrero de este año, un Tribunal de Apelaciones reafirmó una condena por US$ 30.000 en un caso de características similares: cremar un cuerpo y esparcir cenizas sin dar aviso.
Los abogados Pedro Larrosa y Carmen Vázquez argumentaron que se vulneraron derechos “relativos al sentido simbólico de las prácticas mortuorias y el derecho al culto a la memoria de los muertos”.
En otro caso, la comuna fue demandada y debió pagar a una familia por extraviar las cenizas de un fallecido durante el proceso de cremación. Un sumario determinó la necesidad de crear un protocolo para poder identificar a los responsables de estas situaciones, pero nunca se cumplió.
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