Con la llegada de Donald Trump al gobierno de Estados Unidos se aceleraronlas negociaciones de Argentina con el FMI para establecer un nuevo programa económico.
Es evidente que, si a Massa le renovaban los desembolsos a pesar de no cumplir, a Milei sí se los van a renovar porque alcanzó el equilibrio fiscal y porque, imaginamos, tiene el apoyo de Trump.
El único interrogante que queda es si en el nuevo acuerdo el FMI aportará fondos frescos. Argentina estaba pidiendo US$ 11.000 millones frescos para “fortalecer” las reservas del BCRA, según trascendió en los medios y el mismo Milei dijo que, si le daban US$ 15.000 millones, salía del cepo.
Desde el punto de vista técnico, Argentina está totalmente excedida en el monto de préstamos que le puede otorgar el FMI, por lo tanto, no sabemos si el FMI le otorgará fondos frescos como quiere Argentina y, si se los otorga, cuál sería su destino.
Actualmente Argentina es el principal deudor del FMI con casi US$ 43.000 millones. Para tener una idea, Egipto es el segundo deudor más importante del FMI y le debe US$ 14.895 millones. Es decir, Argentina tiene una deuda con el FMI que es casi 3 veces mayor que la del segundo deudor más importante del Fondo Monetario. Ucrania, a pesar de tener que afrontar los costos de la guerra con Rusia, le debe al FMI US$ 11.979 millones.
Estos datos hacen dudar de la posibilidad de recibir más fondos frescos, sin embargo, las decisiones finales del FMI no son técnicas, sino que son políticas.
Si EE.UU. presiona para que Argentina reciba más fondos frescos, Argentina los recibirá.
En caso de recibirlos, veremos para qué los usa. Si es solo para mostrar reservas más sólidas que las actuales que están en el terreno negativo, o si los usa para salir del cepo yendo a una flotación sucia, como hizo Caputo en 2018.
Por otro lado, la buena relación de Milei con Trump se traduce en la expectativa de que se llegue a un tratado de libre comercio entre Argentina y Estados Unidos.
Un tratado de libre comercio implica que los países involucrados reducen o eliminan los derechos de importación entre sí. Es decir, en el hipotético caso que Argentina llegara a un tratado de libre comercio con EE.UU., Argentina bajaría los aranceles a las importaciones desde EE.UU. y viceversa.
Ahora bien, parece bastante extraño que Trump avance en un acuerdo de libre comercio con Argentina cuando ya tiene un tratado de libre comercio con México y con Canadá, que es el NAFTA, y ya anticipó que les elevará los aranceles a sus socios.
Por otro lado, Trump manifestó claramente que lo que hizo grande a Estados Unidos fueron las tarifas aduaneras, es decir, el proteccionismo. La pregunta es: ¿por qué haría una excepción con Argentina si, encima, acaba de manifestar que EE.UU. no necesita de América Latina? ¿Lo haría solo porque le cae simpático Milei?
En materia cambiaria, Milei acaba de afirmar: “mientras más financiamiento consigamos, más rápido vamos a salir del cepo”.
En primer lugar, no hay que salir del cepo, hay que salir del control de cambios. En segundo lugar, si se va a una flotación limpia, no hace falta pedir ningún préstamo. Solo tiene explicación ese mayor endeudamiento si es que se reconoce que el tipo de cambio está atrasado y una salida del control de cambios implicaría una suba abrupta del tipo de cambio.
De acuerdo a la presentación que hizo vicepresidente BCRA, Vladimir Werning, dicha institución estuvo interviniendo en el mercado CCL desde mediados de julio para frenar la brecha cambiaria que había llegado a niveles cercanos al 50%.
Desde ese momento el BCRA vendió en el CCL US$ 1.602 millones y en la primera quincena de enero vendió US$ 619 millones, es decir, en 15 días se gastó el 62% del REPO de US$ 1.000 millones anunciado pocos días atrás.
Lo concreto es que el BCRA está interviniendo en el CCL para que no aumente la brecha cambiaria vendiendo unos US$ 300 millones promedio mensual más lo que entra por el dólar blend. En otros términos, el BCRA destina al CCL entre US$ 1.000 y 1.500 millones para evitar que se dispare la brecha cambiaria.
Considerando que los pasivos remunerados ya no son un problema en el corto plazo para el BCRA porque fueron transferidos al Tesoro (Lecap y Lefi), que la deuda con los importadores fue pagada con los Bopreal y que el BCRA ya no financia al tesoro, el único motivo para continuar con el control de cambios y el cepo serían el stock de utilidades y dividendos que las empresas no pudieron transferir todos estos años, tema que podría resolverse de la misma forma que resolvieron la deuda con los importadores: con otro bono y, de ahí en más, liberar el mercado de cambios.
El único obstáculo que podrían tener es el carry trade que se armó en todo este tiempo y que, de liberarse el mercado de cambios, podría traducirse en un salto cambiario que podría ser de una sola vez, es decir, un once and for all, y luego estabilizarse.
Mi impresión es que este empecinamiento del gobierno para no terminar con el control de cambios tiene que ver con que sabe que está atrasado, y que si liberan el mercado de cambios van a tener un fuerte cimbronazo cambiario. Algo que en un año electoral no quieren afrontar.
Con lo cual se llega a la conclusión que la toma de deuda adicional sería para intervenir en el mercado de cambios y financiar la salida del carry trade para que no tengan pérdida los inversores que apostaron a la tasa.
Mientras sigan con el control de cambios y el cepo, no se ve con claridad un crecimiento de la economía. En el mejor de los casos una reactivación en 2025 fundada, en particular, en una cuestión estadística que va a ser de comparar el 2025 con el recesivo 2024.