A pesar de sus maniobras, el gobierno no logra dominar en serio el problema cambiario.
Ajuste, impuestos y bombas de humo.
Las culpas de todo lo malo en Argentina se las llevan Macri y el virus.
En Argentina hay cepo y crisis cambiaria y, posiblemente financiera, por un tiempo más.
El acuerdo de la deuda externa anunciado por el gobierno con los acreedores, en rigor es un inicio de acuerdo.
Como era de prever, siguen llegando datos muy poco alentadores sobre el nivel de actividad económica de Argentina.
La diferencia está en que hay países que pueden expandir moneda o, dicho de otra manera, cobrar el impuesto inflacionario sin tener gran impacto inflacionario porque ellos tienen moneda.
Si alguien tiene una deuda y quiere renegociar plazos de pago y condiciones, al momento de ir a negociar no puede decirle: dame más plazo para pagarte que cuando ponga en orden mi empresa te pago.
El mismo presidente Alberto Fernández sostuvo en la campaña electoral que: “a la meritocracia y al individualismo le vamos a imponer la solidaridad”.
La situación económica argentina luce extremadamente delicada hacia el futuro, y digo delicada para no ser dramático utilizando otra palabra.