Redacción El País
Con ingredientes que casi todos tienen a mano —romero y sal gruesa— es posible preparar un purificador natural para el hogar. La mezcla, colocada en un frasco simple, funciona para atenuar olores, reducir la sensación de humedad y aportar aromas naturales que contribuyen al bienestar del ambiente.
La sal gruesa actúa como desecante: absorbe parte de la humedad y ayuda a neutralizar olores persistentes en espacios poco ventilados. El romero, por su parte, libera compuestos aromáticos que refrescan el aire y transmiten una sensación de limpieza. Juntos, romero y sal generan un efecto práctico y —según tradiciones populares— simbólico sobre la energía del hogar.
Cómo preparar este purificador natural
- Elegir un frasco de boca ancha y limpio.
- Poner una base de sal gruesa en el fondo.
- Añadir ramitas de romero frescas; puede alternarse sal y romero para un efecto visual más cuidado.
- Dejar el frasco destapado si se busca perfumar el ambiente; cerrarlo si el objetivo principal es controlar la humedad.
¿Dónde colocar el frasco para aprovechar al máximo sus efectos? Los lugares recomendados son la entrada del hogar (para equilibrar la energía al ingresar), el living o comedor (zonas de encuentro), el baño (para contrarrestar humedad) y el placard (para mantener la ropa más seca). En cocinas o zonas con olores intensos, el frasco ayuda a atenuar la carga olfativa sin recurrir a aerosoles.
¿Cuánto dura y cuándo debe renovarse? Como regla práctica, un purificador natural de romero y sal suele conservar su eficacia entre 30 y 45 días, dependiendo del grado de humedad del ambiente. Si la sal se humedece por completo o el romero pierde fragancia, es momento de reemplazar el contenido. Revisarlo semanalmente ayuda a mantener su rendimiento.
Más allá de sus propiedades físicas, muchas personas valoran el uso de romero y sal como ritual doméstico: colocar el frasco en la entrada, por ejemplo, se interpreta como una medida para armonizar la energía del hogar y propiciar un ambiente más liviano. Aunque estas creencias responden a tradiciones culturales más que a evidencia científica, su empleo no representa riesgo y puede contribuir al bienestar percibido por quienes habitan la casa.
Un apunte final: el romero también es un aliado culinario y aporta beneficios digestivos y antioxidantes cuando se usa en la cocina. Sin embargo, si se busca purificar el aire en espacios con problemas severos de humedad, moho o malos olores persistentes, conviene combinar remedios caseros con soluciones prácticas —ventilación, deshumidificadores o intervenciones de limpieza— para proteger la salud y mantener el ambiente en condiciones óptimas.
En base a La Nación/GDA
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