Redacción El País
Cada vez más adultos mayores consumen a diario cinco, diez o incluso quince medicamentos.
Esta práctica, conocida como polimedicación, trae consigo riesgos que van desde interacciones graves hasta caídas, delirium, deterioro cognitivo o incluso un aumento de la mortalidad.
El presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), Paco Tarazona, explica que la polifarmacia se define cuando un paciente toma cinco o más fármacos diarios durante más de seis meses, incluyendo no solo los recetados por médicos, sino también suplementos, productos de herbolario y automedicación. Cuando se superan los diez fármacos, se habla de polifarmacia severa.
Por su parte, José Manuel Paredero, presidente de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP), advierte que cada año crece el número de “grandes polimedicados”, aquellos que ingieren 15 o más principios activos al día. Señala que la revisión de la medicación debería hacerse al menos cada seis meses para evitar lo que se conoce como “cascada de prescripción”, es decir, recetar nuevos fármacos para tratar los efectos secundarios de otros.
Los riesgos principales de la polimedicación son el incremento de la mortalidad y la aparición de síndromes geriátricos como pérdida de capacidad funcional, estreñimiento y toxicidad. Una señal de alerta es cuando un paciente polimedicado mantiene una mala calidad de vida o presenta un deterioro progresivo, situación que obliga a revisar y suspender medicamentos que ya no cumplen su función.
Desde la SEGG se propone la “Valoración Geriátrica Integral”, que implica un examen multidimensional de la salud del paciente, incluyendo una revisión detallada de toda la medicación consumida. Según Paredero, aunque es natural que los mayores requieran más tratamientos, no debería ser un problema si están bien pautados, con seguimiento médico, farmacéutico y social.
Sin embargo, advierte que esta situación ideal es poco frecuente debido a la fragmentación de la asistencia sanitaria, la falta de continuidad en la atención y la tendencia a medicalizar la vida. Todo esto, concluye, ha generado un aumento sostenido de pacientes mayores polimedicados y con mayor riesgo asociado.
En base a El Tiempo