Los hábitos de vida que triplican el riesgo de ACV antes de los 40 y cómo identificar esta emergencia a tiempo

La evidencia médica muestra que el cerebro joven tampoco es inmune y que los factores de riesgo modernos aceleran la aparición de estos eventos, según expertos.

Comida chatarra, pizza
Mujer consumiendo comida chatarra.
Foto: Freepik.

Redacción El País
Aunque durante décadas el accidente cerebrovascular (ACV) fue visto como un problema exclusivo de la vejez, hoy la evidencia muestra un panorama distinto y cada vez más preocupante: los casos en personas menores de 45 años aumentan en todo el mundo. Este fenómeno, advierten especialistas en neurología y fisioterapia neurológica, obliga a repensar los hábitos de vida y a reforzar el conocimiento sobre los signos de alarma.

Según explica la fisioterapeuta neurológica Ruth Izquierdo, directora del Máster Universitario en Fisioterapia Neurológica de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), las cifras globales reflejan que entre el 10% y el 15% de los ACV actuales ocurren en personas jóvenes o de mediana edad, una tendencia sostenida que se vincula directamente con los cambios en el estilo de vida moderno.

Reanimación cardiopulmonar (RCP)
Persona realiza entrenamiento de reanimación cardiopulmonar.
Foto: Freepik.

Los factores de riesgo que impulsan este aumento están relacionados principalmente con conductas cotidianas incorporadas en las últimas décadas. Entre los más relevantes se encuentran:

  • Sedentarismo y estrés crónico, cada vez más extendidos por las largas jornadas laborales y el aumento del teletrabajo.
  • Dietas con alto consumo de ultraprocesados, que favorecen la hipertensión, la obesidad y la resistencia a la insulina.
  • Consumo habitual de alcohol y tabaco, incluso en patrones considerados “sociales”.
  • En mujeres jóvenes, la combinación de anticonceptivos hormonales y tabaco incrementa de forma significativa el riesgo.
  • El uso de drogas recreativas, como cocaína o anfetaminas, también se asocia directamente a eventos cerebrovasculares.

Para Izquierdo, el verdadero problema es que la mayoría de las personas menores de 40 años no identifica los síntomas y suele subestimar señales que requieren atención inmediata.

Emergencia móvil, ambulancia
Emergencia móvil.
Foto: Freepik.

Cómo reconocer un ACV: la regla FAST

La especialista insiste en la importancia de la regla FAST, una herramienta sencilla y efectiva para detectar un accidente cerebrovascular y actuar rápidamente:

  • Face (Cara): caída o debilidad repentina de un lado de la cara.
  • Arm (Brazo): pérdida de fuerza en brazo o pierna de forma súbita.
  • Speech (Habla): dificultad para hablar, entender o articulación alterada.
  • Time (Tiempo): cada minuto cuenta. Llamar a emergencias de inmediato.

Otros síntomas que pueden aparecer son visión borrosa, mareos repentinos o pérdida del equilibrio. Aunque los ACV en jóvenes están en aumento, los especialistas coinciden en que gran parte del riesgo puede reducirse con hábitos saludables sostenidos en el tiempo.

Las recomendaciones clave incluyen hacer al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado, mantener una alimentación equilibrada, baja en ultraprocesados, sal y azúcares agregados, dormir entre siete y nueve horas para favorecer la regulación cardiovascular y hormonal y controlar periódicamente la presión arterial, la glucosa y el colesterol, incluso en personas sin antecedentes.

Para los especialistas, el mensaje es claro: la prevención empieza temprano. Conocer los síntomas, mejorar los hábitos y buscar atención médica ante cualquier señal es la mejor manera de evitar emergencias neurológicas y proteger la salud a largo plazo.

En base a El Tiempo/GDA

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