Redacción El País
Para mucha gente, arrancar el día con un cansancio profundo pese a haber dormido las horas recomendadas es un fastidio habitual. Esa sensación de desgaste, que aparece incluso cuando el descanso nocturno fue adecuado, puede ser algo más que un mal despertar: según especialistas, es una advertencia del cuerpo sobre el estado de la salud mental.
Un cansancio que no se explica solo por el sueño
La doctora Leyla Morillo, psiquiatra que comparte contenidos en redes, definió este fenómeno como un “síntoma de alerta en psiquiatría”. El punto central de su planteo es la brecha entre lo que el cuerpo hace —dormir bien— y lo que la persona siente al abrir los ojos, una falta de vitalidad que no encaja con el descanso real.
Morillo plantea que el problema no es estrictamente la calidad del sueño, sino factores internos más complejos. De hecho, muchos pacientes refieren haber tenido una noche tranquila y aun así comienzan la jornada con agotamiento, irritabilidad o una sensación de peso emocional difícil de identificar.
Cuando el cuerpo acusa lo que la mente no puede sostener
Según la especialista, ese cansancio persistente responde a lo que llama “fatiga emocional”, un estado que no mejora con quedarse más tiempo en la cama. Su origen no es físico: está asociado a la carga psicológica, al estrés acumulado, a las responsabilidades que se estiran más allá de lo esperable y a preocupaciones que, muchas veces, se naturalizan en la rutina.
Morillo explica que este tipo de agotamiento es “un síntoma que nos avisa que estamos sosteniendo más de lo que podemos soportar”. Es el cuerpo manifestando lo que la mente intenta procesar sin éxito, un desajuste que puede derivar en irritabilidad, poca concentración y sensación constante de exigencia emocional.
Esta desconexión entre el funcionamiento fisiológico y la percepción subjetiva del bienestar es, para la psiquiatría, un indicador que requiere atención, sobre todo porque suele confundirse con flojera, falta de hábito o simplemente una mala racha.
Escuchar lo que el cuerpo intenta decir
Para la profesional, la clave está en no minimizar estas señales. En un contexto en el que la velocidad cotidiana y las jornadas extendidas son casi la norma, es frecuente pasar por alto síntomas que hablan de un posible desorden emocional o de un nivel de estrés que ya superó los límites saludables.
La especialista recomienda frenar, observar y actuar. Ignorar este cansancio que no se corrige con dormir puede retrasar la búsqueda de apoyo profesional o el ajuste de hábitos necesarios para recuperar bienestar. “Si tu cuerpo te está hablando, escúchalo”, resume Morillo en su mensaje final.
En base a El Tiempo/GDA
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