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Muchos estudios han demostrado la asociación entre un estilo de vida saludable y la longevidad. Otros han destacado el impacto del componente genético en la longevidad. Ahora, un estudio publicado recientemente en la revista científica BMJ Evidence Based Medicine mostró que incluso si tu genética te coloca en mayor riesgo de muerte prematura, un estilo de vida saludable puede ayudarte a combatirla significativamente.

Para evaluar cómo la genética y el estilo de vida interfieren en la longevidad, los investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Escuela de Medicina de la Universidad de Zhejian, en China, analizaron datos de más de 350.000 personas y su información genética, educación, estatus socioeconómico, hábitos y historial de enfermedades.

Cada individuo analizado recibió una puntuación de riesgo poligénico, que resume la presencia de múltiples genes que impactan en la expectativa de vida humana. Los participantes también recibieron una puntuación basada en cómo seguían los principios de un estilo de vida saludable, incluyendo el tabaquismo, el consumo de alcohol, la calidad de la dieta, la cantidad de sueño y los niveles de actividad física. Luego, fueron seguidos durante un promedio de 13 años para verificar si tenían una expectativa de vida corta, intermedia o larga.

Los resultados mostraron que todos, independientemente de los riesgos genéticos, tenían un 78% más de probabilidades de morir prematuramente si tenían un estilo de vida poco saludable. Pero las personas con riesgo genético de vida corta y con un estilo de vida poco saludable tenían el doble de probabilidades de morir prematuramente que aquellas sin riesgo genético y con estilos de vida más saludables.

Por otro lado, la adhesión a un estilo de vida saludable podría mitigar ese riesgo en aproximadamente un 62% y aumentar la expectativa de vida de las personas con riesgo genético hasta 5,5 años.

"Este estudio aclara el papel fundamental de un estilo de vida saludable en la mitigación del impacto de los factores genéticos en la reducción de la expectativa de vida", concluyen los autores. "Las políticas de salud pública para mejorar estilos de vida saludables servirían como complementos potentes a la atención médica convencional y mitigarían la influencia de los factores genéticos en la esperanza de vida humana".

Pero, ¿qué significa tener un estilo de vida saludable? En el estudio, los investigadores identificaron cuatro factores asociados con el mayor impacto en el riesgo de muerte prematura: no fumar, hacer ejercicio regularmente, dormir adecuadamente y seguir una dieta saludable.

Foto: Pxhere.

El sueño adecuado se definió como dormir de siete a ocho horas por noche. En cuanto a la práctica de actividad física, las pautas actuales recomiendan al menos 150 minutos de actividad física moderada y dos días de entrenamiento de fuerza por semana para adultos.

Una limitación señalada por los investigadores es que este fue un estudio observacional, lo que significa que podría determinar asociaciones pero no podría afirmar con certeza si los comportamientos eran la causa directa de los cambios en la expectativa de vida. Además, el estilo de vida fue evaluado solo en un momento del estudio y las elecciones de estilo de vida pueden variar a lo largo de la vida. Los participantes también eran todos de ascendencia europea, lo que puede limitar la generalización de los resultados.