¿Es seguro que los niños sean veganos o vegetarianos? Qué dice la ciencia sobre los efectos de esta dieta

No es solo dejar la carne: conocé las advertencias y recomendaciones de los especialistas para padres que eligen dietas de origen vegetal para sus hijos.

Niños cocinando
Niños cocinando.
Foto: Freepik.

Redacción El País
En los últimos años, las dietas vegetarianas y veganas ganaron popularidad y dejaron de ser una elección minoritaria. Cada vez más familias adoptan este tipo de alimentación y, en muchos casos, la extienden también a los niños. La decisión, sin embargo, suele venir acompañada de dudas: ¿es saludable que un niño crezca sin consumir productos de origen animal?, ¿puede afectar su desarrollo?

La evidencia científica muestra que una alimentación basada en vegetales puede ser adecuada durante la infancia, siempre que esté bien planificada. Pero también advierte sobre riesgos concretos si no se controla el aporte de ciertos nutrientes clave.

Un amplio análisis publicado en la revista Critical Reviews in Food Science and Nutrition revisó datos de 60 estudios realizados en más de 48.000 niños con distintos tipos de . La conclusión general fue que los patrones alimentarios vegetarianos y veganos pueden aportar beneficios, aunque requieren seguimiento profesional para evitar deficiencias.

Entre los aspectos positivos, los investigadores encontraron que los niños que siguen dietas de origen vegetal suelen consumir más carbohidratos complejos, fibra y micronutrientes presentes en frutas, verduras y legumbres. Además, presentan una menor ingesta de grasas animales, lo que se asocia con mejores indicadores de salud cardiovascular y niveles más bajos de colesterol.

Niños comida juego
Niños jugando a cocinar comida saludable.
Foto: Freepik.

Sin embargo, el trabajo también identificó desventajas importantes. Los especialistas alertaron sobre un mayor riesgo de déficit de nutrientes esenciales como calcio, vitamina D, yodo, hierro, zinc y vitamina B12, especialmente en dietas veganas estrictas.

La vitamina B12 merece una mención aparte. Este nutriente, presente casi exclusivamente en alimentos de origen animal, es fundamental para el sistema nervioso y la formación de glóbulos rojos. Según información clínica, su deficiencia puede provocar anemia, cansancio, debilidad y alteraciones neurológicas, que en casos prolongados pueden afectar la memoria, la concentración y el estado de ánimo.

El hierro es otro punto crítico. Aunque los niños vegetarianos y veganos suelen consumir más hierro a través de alimentos vegetales, los estudios muestran que presentan niveles más bajos de ferritina, la proteína que refleja las reservas del mineral en el organismo. Esto se traduce en un mayor riesgo de anemia, una condición que puede impactar negativamente en el crecimiento y el desarrollo cognitivo.

También se observó una ingesta menor de calcio en niños veganos. La falta de este mineral durante la infancia puede comprometer la adecuada formación ósea y aumentar el riesgo de fracturas en etapas posteriores de la vida.

Niño comida saludable
Niño come una banana.
Foto: Freepik.

¿Qué ocurre con el crecimiento y el peso? Este es uno de los interrogantes más frecuentes entre madres y padres. La evidencia disponible indica que, en general, no existen diferencias clínicas relevantes respecto a los niños que siguen dietas omnívoras. Los especialistas señalan que los niños vegetarianos y veganos tienden a consumir menos energía, grasas y proteínas, lo que se refleja en una contextura algo más delgada. Aun así, la mayoría se mantiene dentro de los rangos normales de peso y talla para su edad, siempre que la alimentación esté correctamente planificada y suplementada.

Los autores del estudio coinciden en una recomendación central: los niños que siguen dietas vegetarianas o veganas deben contar con asesoramiento nutricional y, en muchos casos, con suplementos o alimentos fortificados. Combinar fuentes vegetales de hierro con vitamina C, por ejemplo, mejora su absorción, aunque no siempre resulta suficiente.

Este tipo de alimentación puede ofrecer beneficios, como un mayor consumo de alimentos vegetales y una posible protección cardiovascular. No obstante, sin una planificación adecuada y sin el uso de suplementos cuando corresponde, también puede aumentar el riesgo de deficiencias nutricionales. La clave, según los expertos, no está en el tipo de dieta en sí, sino en cómo se diseña y se supervisa durante una etapa tan sensible como la infancia.

En base a El Tiempo/GDA

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