Redacción El País
Pasar horas frente a una pantalla, olvidar los lentes de sol o descuidar la limpieza ocular son gestos comunes que, sin darnos cuenta, pueden afectar seriamente la salud de los ojos. La vista —una de las herramientas más valiosas para la vida diaria— requiere cuidados constantes y no solo cuando aparece una molestia.
El oftalmólogo y divulgador Juan Carlos Serna compartió recientemente una guía práctica en la que detalla cuatro hábitos que pueden dañar los ojos y explica por qué es importante abandonarlos cuanto antes.
- El gesto de frotarse los ojos. Aunque muchas personas lo hacen por cansancio o picazón, frotarse los ojos con frecuencia puede deformar la córnea y alterar la visión. Serna advierte que este hábito también facilita la entrada de bacterias, aumentando el riesgo de infecciones. En lugar de hacerlo, recomienda parpadear, aplicar compresas frías o usar lágrimas artificiales para aliviar la irritación.
- Dormir maquillado o con lentes de contacto. Irse a dormir sin quitarse el maquillaje puede parecer inofensivo, pero los residuos cosméticos obstruyen los folículos de los párpados y pueden causar inflamación o conjuntivitis. Lo mismo ocurre con los lentes de contacto, que impiden que el ojo reciba suficiente oxígeno durante la noche.
- Exposición solar sin protección. La radiación ultravioleta no solo daña la piel: también afecta la retina y la córnea, y puede favorecer la aparición de cataratas y otras enfermedades degenerativas. El especialista insiste en usar siempre lentes con filtro UV, incluso en días nublados, porque los rayos atraviesan las nubes y continúan impactando en los ojos.
- Gotas sin indicación médica. Las gotas para “blanquear” los ojos suelen contener descongestionantes que reducen el enrojecimiento temporalmente, pero su uso prolongado puede provocar el temido “efecto rebote”: cuando los vasos sanguíneos se dilatan de nuevo y la irritación empeora. Por eso, Serna recomienda consultar a un profesional antes de usar cualquier producto oftálmico, incluso los de venta libre.
La salud visual se construye día a día. Adoptar pausas frente a las pantallas, mantener los ojos lubricados, protegerlos del sol y acudir a controles regulares son acciones simples pero efectivas.
Como recuerda Serna, la vista, una vez perdida, no se recupera, por lo que prevenir sigue siendo la mejor inversión para cuidar un sentido que no tiene reemplazo.
En base a El Universal/GDA
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