La publicidad de cualquiera de los centros de electrofitness es tentadora: en 20 minutos este método activa más de 400 músculos. Esto se traduce en que cada sesión equivale a tres o cuatro horas ejercicios regulares.
En esta época del año el gancho es “llegar en forma al verano” e incluso perder peso; sin embargo, la otra cara del electrofitness nada tiene que ver con cuerpos, pero sí con los beneficios que aporta en el tratamiento de patologías y el cuidado de la salud.
“En lo fisiológico, el músculo necesita un estímulo que proviene del sistema nervioso central y a través de reacciones químicas deriva en un efecto eléctrico que produce la contracción muscular”, explica Ana Fuentes, directora de GoFit y una de las pioneras en traer el método a Uruguay. Y agrega: “Con la electroestimulación lo que hacemos es enviar un estímulo de afuera hacia dentro con corrientes eléctricas externas, que desencadenan la contracción muscular, simulando la fisiología natural”.
El sistema está diseñado para ser 100% efectivo y seguro siempre que se trabaje con equipos certificados internacionalmente por organismos como la FDA. Múltiples estudios determinaron que al conocer los parámetros de la electroestimulación como amplitud, frecuencia e intensidad, pueden lograrse contracciones completas y llegar a músculos profundos sin ser conscientes de esto, como por ejemplo piso pélvico. “La frecuencia de la corriente eléctrica que brindemos, determina a qué fibras llegará: muscular o sensitivo”, explica Fuentes.
“Este método incluso logra producir contracciones más profundas que con la actividad física convencional”, remarca Gianluca Biassini, licenciado en Educación Física que, además de dictar clases tradicionales, se enfoca en tratamiento de patologías con este método.
“Es tanta contracción muscular generada en poco tiempo que se produce un aumento del gasto cardíaco y metabólico; puede lograrse descenso de peso, pero también aumento de la masa muscular”, remarca. “Cuanto más edad tenemos, más masa muscular se pierde y hay que ayudar a generar músculos”, detalla. “En 20 minutos logramos 40.000 contracciones efectivas, sin contraindicaciones y sin riesgo en las articulaciones porque es sin impacto y sin sobrecarga externa”, dice a modo de ejemplo.
“La sarcopenia, el proceso natural de pérdida de masa muscular que todos padecemos después de los 40 años, no podrá detenerse, pero sí podemos frenar y hacer que la persona mantenga su masa muscular”, menciona. “Las contracciones son siempre efectivas y eso sería lo más maravilloso de la electroestimulación: cuida la musculatura que necesitamos para todo” remarca Fuentes.
“Una vida activa y una buena masa muscular es una forma de prevenir las patologías cardiovasculares. Pero además este sistema es ideal para quienes presentan patologías restrictivas de movilidad”, suma Biassini. La tecnología que ofrecen permite modularse y trabajar en distintas frecuencias y cada tratamiento es súper personalizado y se sigue con celo.
“Hay unidades de CTI donde se aplica electroestimulación para evitar la pérdida de masa muscular por reposo prolongado”, detalla Fuentes.
“La estimulación tiene un muy amplio campo de aplicación. Y la edad no es una restricción, pese a que antes se decía que los adolescentes no podían hacerla. Eso es un error. Está demostrado que no afecta el cartílago de crecimiento”, apunta el docente.
“Para las personas mayores está súper indicado, desde quienes tienen neuropatías hasta para post operatorios de cadera. Por ejemplo, tenemos pacientes que detuvieron sus empujes de fibromialgia”, detalla, orgulloso. “Lo que logramos es que la persona libere endorfinas, el analgésico natural del cuerpo. Se baja mucho el umbral del dolor porque hacés que se ejercite aunque esté en reposo”, enfatiza.
“Cuando trabajamos con patologías, se requiere ajustar las diferentes frecuencias y profundidades, eso también está estudiado. En el caso de personas con mucho panel adiposo, el estímulo tiene que ser mayor para alcanzar la fibra muscular. Es clave tener conocimiento de electroestimulación y equipos modulables y certificados”, dice Fuentes.
“Fui una de las primeras en tener un centro de electrofitness inalámbrico y de las que estudió la especialidad en electroestimulación aplicada al ejercicio. Soy licenciada en Enfermería y especialista en electroestimulación muscular del cuerpo. Descubrí que la electroestimulación brinda muchos beneficios, no solo a nivel estético, sino a nivel salud”, resalta. Y suma: “Si a todas estas ventajas, considerás el tiempo, sabés que con solo 20 minutos podés ocuparte de tu salud, el combo es perfecto. Además, esta tecnología tiene la garantía de certificaciones internacionales muy exigentes, que requieren estudios y actualizaciones constantes”.
“Dolores de espalda, fortalecimiento de la musculatura, alivio de tensiones, prevención de patologías cardíacas, fortalecimiento integral en personas mayores y la mejora de la composición corporal encuentran en el electrofitness una destacada alternativa frente al entrenamiento convencional en los gimnasios”, acota Biassini.
Varios jugadores en el mercado local, con primer clase y prueba gratuita
- En Uruguay por lo menos seis empresas ofrecen sesiones de electroestimulación y la mayoría invita a conocer el método con una clase gratuita.
- A la hora de elegir hay para todos los gustos, desde los que cuentan con trajes inalámbricos a los conectados a un totem. También hay centros que brindan los trajes de entrenamiento y aquellos que exigen se compre la indumentaria.
- Los precios varían entre $ 700 y $ 1.300 por sesión. En esta época del año todas las firmas ofrecen cuponeras y promociones de cara al verano.