La vitamina B12, conocida principalmente por su rol en la producción de glóbulos rojos y energía, podría tener un impacto más profundo en la salud cerebral. Un estudio sugirió que niveles bajos de este micronutriente podrían vincularse con una mayor probabilidad de deterioro cognitivo y demencia.
El estudio, publicado en Annals of Neurology, involucró a 231 personas mayores sin demencia ni deterioro cognitivo. Aunque todos los participantes tenían niveles de vitamina B12 por encima del umbral considerado deficiente (148 pmol/L), los investigadores encontraron que los niveles más bajos de la forma biológicamente activa de la vitamina estaban relacionados con una mayor lentitud en la respuesta a estímulos visuales y con mayor cantidad de lesiones en la materia blanca del cerebro, un factor asociado a la demencia.
Durante las pruebas cognitivas, se observó que aquellos con niveles más bajos de vitamina B12 presentaban una velocidad de procesamiento más lenta, especialmente entre los participantes de mayor edad. Los hallazgos, según los investigadores, podrían cuestionar las recomendaciones actuales sobre la ingesta diaria de vitamina B12.
Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH), la cantidad diaria recomendada de vitamina B12 para adultos es de 2,4 microgramos. No obstante, el estudio sugiere que podría ser necesario un enfoque más personalizado para la ingesta de esta vitamina. La dietista Jessica Cording señala que la mayoría de las personas dentro del rango "normal" aún podrían beneficiarse de tomarla como suplemento, particularmente si experimentan fatiga o síntomas cognitivos leves.
La vitamina B12 y el cerebro
La vitamina B12 juega un papel crucial en la conversión de azúcar en energía, lo cual es vital para el funcionamiento cerebral. Según el doctor Amit Sachdev, director del Departamento de Neurología de la Universidad Estatal de Michigan, la deficiencia de vitamina B12 puede provocar confusión mental. Además, esta vitamina es necesaria para la formación de glóbulos rojos y el funcionamiento de las células, lo que también impacta la cognición.
El neurólogo Clifford Segil también respalda la importancia de monitorear los niveles de B12, especialmente en pacientes con problemas de memoria. Aunque se necesita más investigación, el especialista sostiene que una mejor nutrición, incluyendo niveles adecuados de vitamina B12, podría ser un enfoque eficaz para prevenir el deterioro cognitivo.
La vitamina B12 se encuentra principalmente en alimentos de origen animal. Algunas de las fuentes más ricas incluyen hígado de res, almejas, ostras, levadura nutricional, salmón y atún. Los productos lácteos y ciertos cereales también pueden contener vitamina B12, pero en menor cantidad.
La vitamina B12 desempeña un papel fundamental en la salud cerebral y sus efectos en la prevención de enfermedades como la demencia requieren más atención.
Elim Johanna Alonso Dorado, El Tiempo/GDA