Redacción El País
Las naranjas forman parte de la vida diaria de millones de personas... Las hay sanguíneas, de jugo y de mesa, y su sabor, que puede ir de lo dulce a lo ácido o amargo, la convierte en una fruta muy versátil y apreciada en la cocina.
Esta fruta cítrica, originaria del sudeste del Himalaya y domesticada hace miles de años en China, es una de las más cultivadas del mundo. Su recorrido histórico la llevó desde Asia hasta América y Europa, integrándose a distintas culturas y tradiciones culinarias. Hoy, su producción a gran escala se concentra especialmente en Brasil, Estados Unidos, México y España.
Jugo vs fruta entera: una elección importante
Aunque el jugo de naranja es muy popular, especialistas recomiendan preferir la fruta entera. La nutricionista Juliana Gimenez advierte que al exprimir varias naranjas para obtener un solo vaso de jugo, se incrementa la cantidad de azúcares naturales consumidos. Esto puede elevar rápidamente los niveles de glucosa en sangre, lo cual representa un riesgo, sobre todo para personas con diabetes o predisposición a enfermedades metabólicas.
Consumida entera, la naranja ofrece un alto valor nutricional. Contiene vitamina C, vitaminas del complejo B, antioxidantes, carotenoides, y también minerales como potasio, folatos y calcio. Además, es rica en fibra, tanto soluble como insoluble.
Yael Hasbani, especialista en dietética y nutrición, explica que este contenido de fibra favorece el sistema digestivo: ayuda a prevenir el estreñimiento, mejora el tránsito intestinal y genera saciedad. A su vez, sus antioxidantes combaten el envejecimiento celular y fortalecen las defensas del organismo.
Una sola naranja aporta aproximadamente 53,2 mg de vitamina C, suficiente para cubrir la ingesta diaria recomendada. Esta vitamina no solo es esencial para reforzar el sistema inmunológico y proteger frente a infecciones, sino que también tiene efectos positivos sobre el estado de ánimo. Según un estudio publicado en la revista Microbiome, los cítricos estimulan el crecimiento de una bacteria intestinal vinculada con la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores que contribuyen al bienestar emocional.
Por otro lado, una revisión científica sobre los efectos de la vitamina C en enfermedades respiratorias indicó que una dieta rica en este nutriente puede reducir la inflamación de las vías respiratorias, mejorar la función pulmonar y aliviar síntomas en personas con afecciones crónicas.
Contraindicaciones: cuándo evitarla
A pesar de sus múltiples beneficios, la naranja no es recomendable para todos. Hasbani señala que las personas con patologías gástricas como úlceras, gastritis, reflujo o daño en la mucosa digestiva deberían evitar su consumo. En estos casos, se aconseja suspenderla o consultar previamente con un profesional de la salud.
En base a información de La Nación/GDA