La banana es una fruta que se destaca por ser sabrosa, accesible y rica en nutrientes como potasio, fibra y carbohidratos naturales. Sin embargo, no todas las bananas tienen el mismo valor nutricional. A medida que maduran, su color cambia y también lo hacen sus propiedades.

Los expertos identifican siete etapas de maduración, desde el verde sólido hasta el amarillo con manchas marrones.

Stephanie Schiff, nutricionista dietista registrada del Hospital Northwell Huntington, explicó al New York Post que las bananas verdes son ricas en almidón resistente. Este tipo de fibra se digiere de manera más lenta y tiene un impacto menor en los niveles de azúcar en sangre en comparación con las bananas más maduras. Además, el almidón resistente llega al intestino grueso, donde las bacterias lo fermentan, generando ácidos grasos de cadena corta que pueden ayudar a equilibrar el microbioma intestinal y reducir la inflamación.

“Cuanto más verde sea la banana, mejor para la salud”, destacó Schiff, aunque reconoció que "tendrá un sabor más amargo y granuloso”.

A medida que el plátano madura, la clorofila verde se degrada, dando paso a los pigmentos amarillos, y los almidones se transforman en azúcares simples, lo que aumenta el sabor dulce de la fruta.

El cirujano británico Karan Rajan mencionó que la banana en fase 2, es decir, apenas madura, es una "reina equilibrada" debido a su cantidad moderada de fibra y bajo nivel de azúcar.

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Ambos tipos de bananas contienen potasio, vitamina B6 y vitamina A. Sin embargo, las verdes son más ricas en folato, esencial para la reparación del ADN. Por su parte, las amarillas “contienen niveles más altos de antioxidantes, vitamina C y azúcares”, explicó la quiropráctica Suzi Schulman.

Según la empresa californiana The FruitGuys, la etapa óptima de la banana para el consumo es la número 5, cuando la fruta tiene un color amarillo con algunas manchas, señalando que es una opción ideal como snack previo al ejercicio debido a su combinación de energía y fibra.

El Comercio/GDA