La Nación/GDA
El magnesio juega un rol crucial en diversas funciones fisiológicas del cuerpo humano, entre las que se incluyen la producción de energía, la síntesis celular y la reconstrucción de tejidos. A pesar de que este mineral está presente en muchos alimentos, en ciertas circunstancias el cuerpo no recibe la cantidad necesaria.
Investigadores de la Universidad Estatal de Oregón identificaron cuáles son los síntomas más comunes cuando los niveles de magnesio en el organismo son bajos:
- Trastornos gastrointestinales. El impacto en el sistema digestivo es uno de los primeros indicios de una deficiencia. Enfermedades como la diarrea prolongada, la enfermedad de Crohn, el síndrome de malabsorción, la celiaquía y la inflamación intestinal crónica pueden estar relacionadas con bajos niveles de magnesio.
- Fatiga constante. Debido a que el magnesio es esencial para la producción de energía, su falta puede provocar síntomas de cansancio extremo, somnolencia y dificultades para concentrarse. Las personas que experimentan estos problemas podrían estar enfrentando una deficiencia de este mineral vital.
- Ansiedad e irritabilidad. Este mineral también desempeña un papel importante en la regulación del sistema nervioso. Por ello, su escasez puede generar un estado de tensión continua, acompañado de ansiedad e irritabilidad, afectando el bienestar emocional.
- Problemas cardíacos. El magnesio es fundamental para el correcto funcionamiento del corazón. La falta de este mineral puede alterar el ritmo cardíaco y aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares graves. Los especialistas advierten que este síntoma debe ser monitoreado de cerca.
- Molestias musculares. El magnesio también interviene en la relajación de los músculos. Una deficiencia puede ocasionar temblores, calambres, espasmos musculares y, en casos más graves, tetania.
Además de los síntomas mencionados, un segundo estudio evidenció que las personas con una dieta baja en magnesio a largo plazo podrían enfrentar otros problemas serios. Entre ellos se incluyen deterioro neuronal, pérdida de apetito, náuseas, vómitos y cambios en la personalidad.
Si bien los suplementos de magnesio pueden ser útiles en algunos casos, los investigadores alertan sobre el riesgo de una sobredosis en la población general. En personas sanas, los suplementos deben consumirse con precaución, ya que un exceso de magnesio podría provocar complicaciones de salud a largo plazo. Solo aquellos con enfermedades renales deberían considerar la suplementación bajo estricta supervisión médica.