La actividad que baja la ansiedad, mejora la atención y relaja la mente, y solo requiere un poco de papel

Este tipo de arte tiene más de mil años de antigüedad y se practica alrededor del mundo con fines recreativos, terapéuticos y pedagógicos; pueden hacerlo niños y adultos.

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Persona hace origami.
Foto: Freepik.

¿Sabías que es posible calmar la mente, reducir la ansiedad y mejorar la memoria y la atención con un pedazo de papel? No se trata de un descubrimiento reciente; de hecho, los humanos lo vienen practican desde hace 1.500 años, aproximadamente. Se trata del origami, tipo de arte que consiste en doblar el papel para crear figuras sin usar tijeras, pegamento ni ningún otro elemento.

Cuando uno hace origami, se olvida de las preocupaciones y se concentra en el momento presente, señaló Laura Rozenberg, directora del Museo del Origami en Colonia del Sacramento y apasionada por este arte desde los seis años de edad. Este museo es el único de su tipo en todo el continente y solo existe uno más en todo el hemisferio occidental, en España.

Según Rozenberg, la palabra ‘origami’ viene del japonés ‘ori’, que significa ‘plegar’, y ‘kami’, que quiere decir ‘papel’. “Acá empieza una de las grandes confusiones, que es que uno enseguida lo asocia con Japón. Y sí, tienen una tradición muy profunda y antigua del plegado del papel, pero es un arte universal”, aclaró y agregó que también se desarrolló en China, Europa e incluso América, con los Aztecas.

Museo del Origami
Museo del Origami en Colonia del Sacramento.
Foto: Cortesía Museo del Origami.

Origami para el bienestar

Los beneficios del origami se han probado en numerosos estudios científicos. La investigación ‘El arte del origami como terapia para la salud’ de Ana María Gallinal, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, indica que “la distracción de la mente de pensamientos negativos o preocupaciones durante el proceso de plegado ayuda a reducir la ansiedad y a cultivar la autorreflexión”.

Además, como es una actividad manual que implica ambos hemisferios cerebrales, “contribuye con la correcta maduración del sistema nervioso”. Gallinal menciona otras ventajas como la mejora de la cognición viso-espacial, la memoria visual y operativa, la habilidad motora y la motivación.

Para Rozenberg, uno de los principales impactos del origami en el bienestar es que induce a un estado de paz y tranquilidad. “Siempre digo que uno no tiene que pensar en hacer una obra perfecta, sino en disfrutar el proceso. Solo así es posible llegar a la tranquilidad”, sostuvo.

Papeles que dan buenos deseos

Aunque se trate de un arte universal, el origami juega un papel fundamental en la cultura japonesa. Nagisa Takahashi, agregada cultural de la Embajada de Japón en Uruguay, contó a El País que “el origami es una de las primeras actividades que enseñan a los niños” en su país y que, además, no requiere más insumos que un papel. Aclaró también que sirve cualquier tipo de papel —no solo glasé—; incluso, puede partirse de un envoltorio de comida o de un diario.

El modelo de origami más famoso se llama orizuru o grulla de papel, un ave japonesa que representa buenos augurios. “Se dice que, cuando alguien está enfermo, si se hacen 1.000 ejemplares de esta figura, la persona se recuperará”, contó Takahashi y agregó que sus amigas crearon 1.000 grullas de papel una vez que ella estuvo enferma, en Japón.

Taller de origami en Los Rosales
Embajador de Japón en Uruguay en el taller de origami en Los Rosales.
Foto: Cortesía Embajada de Japón en Uruguay.

Actividad manual y pedagógica

En tiempos de tecnologías digitales y redes sociales, este tipo de actividades manuales se vuelven aún más importantes para los niños, niñas y adolescentes. Rozenberg recibe a escolares de todo el país en el Museo del Origami y les brinda material para que practiquen este arte en la clase, antes y después de la visita. Sobre el proceso, resaltó: “Uno no puede salir de un lugar tipo terremoto y ponerse a plegar papel. Debe haber un impasse, un momento de bajar un cambio, sentarse y prepararse mentalmente para eso”.

La embajada, por su parte, hace talleres de origami cuando visita escuelas y los niños se divierten, practican la paciencia y se ponen felices cuando logran figuras complejas, expresó la agregada cultural. El último encuentro hasta el momento fue en el Colegio Los Rosales, que busca brindar mejores oportunidades para niñas del barrio Casavalle, en Montevideo.

La licenciada en orientación familiar Victoria Osta, de Los Rosales, participó del evento y mencionó, en diálogo con El País: “Lo que realmente me dejó esta experiencia fue la reflexión sobre lo poco que cultivamos el silencio y la importancia de retomarlo. A veces, el bienestar no está en hacer más, sino en hacer mejor y con mayor presencia”.

EDUCACIÓN

Japón y Casavalle unidos por el origami

El Colegio Los Rosales se sostiene con el aporte de una pequeña cuota mensual que pagan las familias y, sobre todo, gracias al apoyo de empresas y particulares. El taller de origami de la Embajada de Japón tuvo lugar en el marco de la inauguración de obras de un proyecto para el cual la embajada donó US$ 18.010 en marzo de 2024. La entidad ha apoyado anteriormente otras actividades en Los Rosales: en 2013 donó US$ 111.910 para la renovación del comedor y salón multiuso y en 2017 donó US$ 98.068 para la construcción de aulas.

Taller de origami en Los Rosales
Taller de origami de la Embajada de Japón en Uruguay en Los Rosales.
Foto: Cortesía Embajada de Japón en Uruguay.

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