Estrés laboral: señales claras de alerta y por qué es clave hacer una pausa antes de que avance

El estrés laboral afecta cada vez a más personas y puede dañar la salud física y mental. Reconocer sus síntomas y establecer límites es esencial para evitar agotamiento, problemas emocionales y trastornos asociados.

Burnout. Mujer estresada
Burnout. Mujer estresada.
Foto: Freepik

Redacción El País
El entorno laboral puede volverse complejo por las exigencias del puesto o las dinámicas con compañeros de trabajo. Con el tiempo, esa presión puede derivar en estrés, algo cotidiano, pero que, si no se controla, termina afectando tanto la salud física como la mental.

La Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estres (SEAS) define el estrés laboral como un conjunto de respuestas cognitivas, fisiológicas y emocionales ante aspectos adversos del contenido, la organización o el ambiente de trabajo.

Cada persona lo experimenta de manera distinta: algunas sienten cansancio persistente, irritabilidad, tristeza, pérdida de motivación o incluso culpa o vergüenza, según la Clínica Mayo.

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Hombre estresado en el trabajo.
Foto: Flickr.

La Organización Mundial de la Salud diferencia dos tipos de riesgos relacionados con el estrés laboral: los asociados a las características del empleo y los vinculados con su contexto. En el primer grupo se incluyen la monotonía, la falta de estimulación, las tareas sin sentido, la poca variedad, el ritmo de trabajo o los horarios. En el segundo aparecen factores como las oportunidades de desarrollo profesional, el estatus, el salario, el rol dentro de la organización, las relaciones interpersonales, los conflictos con colegas o el trabajo aislado.

Muchas veces, estos signos se normalizan y pasan inadvertidos, lo que impide buscar ayuda a tiempo. Entre los síntomas que indican que una persona podría estar atravesando estrés laboral se encuentran la dificultad para concentrarse, los bloqueos creativos, la hipersensibilidad a críticas, la disminución de la claridad mental para resolver problemas, la impulsividad, los problemas de sueño, los roces con compañeros y el bajo rendimiento.

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Foto: Unsplash.

La Clínica Mayo también advierte sobre las consecuencias del agotamiento cuando no se toman medidas. Pueden aparecer sensaciones de vacío, incapacidad para enfrentar los problemas, insomnio, tristeza, enojo e irritabilidad. A largo plazo, incluso pueden desarrollarse enfermedades cardíacas, presión arterial alta o diabetes tipo 2.

El impacto no es solo emocional: el cuerpo también reacciona. Uno de los síntomas usuales del estrés es la tensión muscular constante, especialmente en cuello, hombros y mandíbula.

Cuando estos signos se intensifican, es fundamental buscar ayuda y realizar cambios. Establecer límites sanos entre trabajo y descanso, mover el cuerpo, hacer ejercicio frecuente y practicar estiramientos contribuye a liberar tensión y prevenir que el desgaste avance.

En base a El Tiempo/GDA

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