Claudio Fantini
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Quedó al desnudo que el gobierno de Milei y su entorno personal está gangrenado de “casta”, “ensobrados” y “lacras corruptas”.
Por primera vez el mundo está viendo en tiempo real una guerra de tierra arrasada en Gaza y una expansión sobre Cisjordania.
Si de algo debieran cuidarse los gobernantes y dirigentes norteamericanos, es de lanzar afirmaciones que pongan en riesgo la paz social.
En las redes se engendraron los patológicos liderazgos antisistema de estas décadas. Líderes disruptivos y grotescos que irradian violencia.
Salpicado por la corrupción y la decadencia de la clase política que prometía erradicar, muchos de sus votantes y seguidores empiezan a ver en Javier Milei lo que antes no veían.
No se equivocó Tato Bores al decir que “los argentinos exigimos más antecedentes a una empleada doméstica que a un diputado”.
Las urnas dirán en octubre si el próximo presidente será el exponente de un duro conservadurismo o un liberal centrista.
Lo que hace la cumbre es darle la razón al líder ruso cuando dice que a esta guerra la está librando contra la superpotencia occidental y contra su arma de injerencia en Europa: la OTAN.
Nunca se ha dañado tanto la imagen de Israel ni provocado tanto aislamiento al Estado judío en el mundo, como la que desató Hamás.
La eliminación de la visa no vale el alto precio que tendría reducir la relación económica y comercial con China y con Brasil.