Uno de los deportes acuáticos más nuevos: qué es el wingfoil y dónde practicarlo en Uruguay

Flotar sobre el agua impulsados solo por el viento, con una tabla equipada con alas —o “foil”— y un ala liviana en las manos: esa mezcla de libertad, adrenalina y equilibrio describe a grandes rasgos el wingfoil, una de las modalidades acuáticas más novedosas y en expansión en los últimos años. Cuando el viento sopla, el foil genera sustentación, levantando la tabla sobre el agua —una sensación que muchos definen como “volar” sobre el mar.

El wingfoil combina elementos del windsurf, el kitesurf y el surf. A diferencia de otros deportes de cometa, no requiere arnés ni líneas largas; el ala no está fijada al cuerpo, lo que otorga gran libertad de movimiento y simplifica la maniobra, al tiempo que reduce la infraestructura necesaria para practicarlo. Muchas escuelas aseguran que incluso quienes nunca practicaron deportes acuáticos pueden hacer sus primeras experiencias.

Este deporte ha ganado popularidad por múltiples razones. Primero, el hecho de que no se necesitan olas (basta con viento y agua relativamente tranquila), lo que lo hace accesible en muchas playas. Segunda, la sensación de libertad: la experiencia combina la ligereza del vuelo con la inmersión del mar, algo muy atractivo para quienes buscan sensaciones distintas.

Foto: Freepik.

1. Kitesurf Uruguay. Con base en Playa Malvín (Montevideo), Laguna Garzón y Punta del Este, ofrece cursos personalizados de wingfoil —entre otros deportes acuáticos—, desde nivel básico hasta avanzado, ideal para quienes buscan iniciarse en un ambiente seguro y bien equipado.
2. Club Náutico Sudestada. Ubicado en La Paloma (Rocha, Uruguay) brinda clases individuales o grupales todos los días para aprender o perfeccionar las habilidades en este u otros deportes acuáticos. También tienen una colonia de vacaciones para niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años.
3. Escuela Kite & Windsurf Laura. Este centro deportivo náutico está en Laguna Garzón, Maldonado, a cargo de la instructora y subcampeona Laura Moñino. Ofrece clases de wingfoil y otros deportes acuáticos, además de alquiler de equipamiento y guardería.

También existen locales de venta y equipamiento —como IKUMA— que operan en Montevideo y Punta del Este, lo que facilita el acceso al material necesario para practicar.

El wingfoil es mucho más que un deporte de tabla, es una invitación a reconectarse con el viento, el agua y la naturaleza de forma directa, libre y emocionante. Quien busque adrenalina, equilibrio y una nueva forma de vivir el mar, este verano puede subirse a la tabla y volar.

Foto: Ricardo Figueredo