REHABILITACIÓN

Nicolás Peña es un joven ingeniero uruguayo que ha atrapado la atención del Gillete Children’s Specialty Healthcare, una prestigiosa institución enfocada a la investigación en medicina pediátrica. En las próximas semanas migrará con su familia a la ciudad de St. Paul, Minnesota (Estados Unidos), para incorporarse a su Laboratorio de Marcha, uno de los más avanzados del mundo. En Uruguay deja la dirección del laboratorio que creó junto a un equipo interdisciplinario en la Fundación Teletón: el primero dedicado al estudio de niños del país. “Es un reconocimiento. Estoy muy movilizado por todo lo que queda acá; el Laboratorio de Marcha es otro hijo para mí”, dijo Peña a El País.

Peña fue el desarrollador del software que dio origen al laboratorio en la Teletón: una aplicación médica de captura de movimientos (motion capture, en inglés) para evaluar la marcha del paciente. Como no había experiencia en el país, él mismo fue a capacitarse varias veces al hospital estadounidense. “Habíamos comprado unas cámaras baratas. Nos permitió avanzar, aprender, viajar y conocer”, comentó.

La base del estudio es la siguiente: al niño o adolescente se le colocan 19 marcadores reflectantes desde la pelvis hasta el tobillo. Mientras camina es capturado por cámaras con LED infrarrojos a una velocidad de 100 cuadros por segundo. La radiación infrarroja emitida es reflejada por los marcadores. Las imágenes son procesadas por un programa que reconstruye un modelo tridimensional de la persona en tiempo real.

Por ejemplo, si la persona camina con las rodillas flexionadas hacia adelante, el sistema registra al detalle cada movimiento muscular y articular en un estudio que dura entre dos y tres horas y que proporcionará información objetiva para definir futuros tratamientos.

A partir de 2016 se contó con tecnología más avanzada: cámaras de alta definición, plataformas de fuerza para medir la fuerza y la potencia de cada articulación durante el ciclo de marcha y un equipo de electromiografía que permite registrar la actividad eléctrica de los grupos musculares. “Empezamos a hacer un trabajo más profesional con la posibilidad de hacer en Uruguay los mismos estudios que se estaban haciendo en Estados Unidos. Antes la gente debía viajar y solventar costos elevados; pasamos a hacerlo en la Teletón”, comentó Peña.

Y añadió: “Le damos a los médicos las gráficas de todas las articulaciones que intervienen en el patrón de marcha: el movimiento de pelvis, cadera, rodilla y tobillo en el plano frontal, sagital y plano trasverso; también el registro de cada momento de fuerza de cada articulación, la potencia y la actividad eléctrica de los músculos y las longitudes musculares. Se entrega mucha información sobre la dinámica del movimiento”. Los resultados se comparan con el patrón de movimiento que tendría si no padeciera ninguna patología esqueleto-muscular.

Si bien Peña ha ido a realizar varias pasantías a Estados Unidos, también han viajado todos los miembros del equipo: Silvia Peveroni y Erika Jorajuría (fisioterapeutas), Magdalena Vázquez (fisiatra), Lucas Handalian (ingeniero), Viviana Teske e Ignacio Pagnano (traumatólogos ortopedistas).

Entre todos y con la información proporcionada por el Laboratorio de Marcha se define si el paciente requiere cirugía, utilización de férulas (para alinear las articulaciones), equipamiento de asistencia o tratamiento local de la plasticidad con toxina botulínica para mejorar las alteraciones del tono muscular y facilitar la rehabilitación.

“Hay muchos niños que caminan unos metros y se cansan. Una marcha más eficiente permite que puedan caminar mayores distancias para trasladarse o ir caminando hasta el colegio. Permite que tengan una mayor autonomía y mayor calidad de vida”, apuntó Peña sobre los objetivos del tratamiento.

Un especialista del Laboratorio de Marcha del Gillete Children’s Specialty Healthcare se jubiló recientemente y su director le escribió un correo a Peña con una propuesta: que se sumara al equipo. Si bien deja su trabajo diario en la Fundación Teletón –ya capacitó a otro ingeniero–, no se va del todo. Se acordó que oficiará de nexo entre las dos instituciones para que la instalada en Uruguay se beneficie con la tecnología de punta de la extranjera. “Allá utilizan inteligencia artificial para tomar decisiones para cirugía. Hace casi 30 años que trabajan en el tema; nosotros somos un laboratorio de marcha muy joven”, indicó. Así que es de esperar que el centro que Peña considera “otro hijo” ofrezca estudios más avanzados a sus pacientes en el corto plazo.