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Familia de artistas recorre el mundo en una casa rodante

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Catherina Romanelli

HISTORIAS

La ilustradora Catherina Romanelli y el escritor y fotógrafo Guillermo Urrutia tienen varios proyectos entre manos

Poco antes de que se desatara la pandemia de la COVID-19, Catherina Romanelli y Guillermo Urrutia tenían todo pronto para comenzar una caravana de artistas nómades con rumbo a Asia. No tenían un destino concreto, solo sabían que se encontrarían en Europa con artistas de diferentes áreas, muchos como ellos acompañados de sus hijos.

“La pandemia nos hizo, a los que nos movemos mucho, poner un freno de mano, esperar, tomarnos un tiempo y mirar para adentro. Pero ahora ya estamos calentando motores para seguir esos proyectos”, cuenta Catherina desde La Paloma, donde estuvo viviendo todo este año de extraña quietud.

Es que para su familia lo más habitual es estar girando por el mundo, por eso es que ya piensan en México, destino que tendrá ahora la caravana artística. Para esa aventura la ilustradora viene preparando dos proyectos. Por un lado, una exposición de sus pinturas en acuarela; por el otro, un teatrito ambulante en base a un libro para niños que está ilustrando.

Se trata de un cuento escrito por su pareja –escritor y fotógrafo– al que ella piensa agregarle la música en la que lleva trabajando en los últimos años, componiendo canciones a partir de poemas propios.

“Tengo ganas que otro cuento de Guille tenga dibujos de mis hijos y míos; hacer una mezcla, todos creando”, dice esta madre de tres hijos de 3, 7 y 10 años que, cuando la familia “está quieta”, van a la escuela del país en el que se encuentran; sino los educan sus propios padres.

“Arrancamos así desde adolescentes. Yo creo que hay muchos artistas con vidas así. Si solo estás en Uruguay como que falta algo; para nutrirse y vivir del arte a veces es más fácil estar afuera. Uruguay es precioso pero es muy chiquito, entonces está bueno salir”, explica la artista.

Catherina Romanelli
Obra de Catherina Romanelli

Recorren el mundo en una casa rodante.

“Una familia de artistas uruguayos recorre el mundo desde 1999. A bordo de su casa rodante van viviendo, creando, proyectando cine gratis y compartiendo sus fotos y sus pinturas mientras sueñan con dar la vuelta al mundo”. Así se presenta Mitaí y Unay recorren el mundo, la serie que muestra la vida itinerante de Catherina Romanelli y Guillermo Urrutia junto a sus hijos más grandes; para ese entonces todavía no había nacido la más pequeña de la familia, Seti.

El Carakol se llama la casa rodante que compraron en México para dar rienda suelta a esta aventura que los ha llevado a visitar cuatro continentes. “La pandemia nos agarró estando en México y estuvimos varados como un año en Playa del Carmen, que es un lugar precioso pero estábamos en cuarentena, viviendo una situación bastante tensa porque no se sabía nada”, cuenta Catherina a El País.

En ese momento decidieron regresar a Uruguay e instalarse un tiempo en La Paloma hasta que la situación se calmara o normalizara. Anotaron a sus hijos en la escuela, algo que hacen cada vez que se instalan en algún país por determinado tiempo. “En México estuvimos viviendo en donde hacen Día de Muertos y fueron a la escuela ahí. Estuvo súper interesante porque vivieron cosas que son imposibles de vivir de otra manera”, destaca la ilustradora.

Al momento de hacer esta nota Guillermo estaba en los Estados Unidos rescatando El Carakol, que había quedado allá por la pandemia. “La idea es el año que viene irnos de viaje y estar exponiendo nuestros trabajos. Vamos a estar bastante en México, capaz también en Estados Unidos… tenemos ganas de trópico, de calorcito. Este año estuvimos acá en el sur y el invierno es complejo”, comenta la artista entre risas.

De estos viajes han publicado dos libros: El Carakol, que es un relato visual de 18 años viajando, contados a través de las fotos y pinturas de Catherina y Guillermo, y La historia de América según Unay, una fábula infantil hecha por el hijo de la pareja.

El oráculo.

Uno de los productos más característico de creación colectiva de esta familia era la agenda La Bufa. Pero la llegada de los celulares hizo que la gente la demandara cada vez menos y no les resultara redituable hacerla aunque mantuviera un grupo de incondicionales adeptos.

“A nosotros no nos gusta que sobre, que genere basura y gasto de papel”, detalla Catherina sobre la decisión de suspender su producción. En su lugar, la familia puso el foco en otro emprendimiento: el Tarot de la Mujer.
“Se dio medio por casualidad. Estaba en México trabajando con los cuadros, vendiendo, y me empecé a escribir frasecitas que me hacían bien. En un momento dado comencé a unirlas con los cuadros haciendo un oráculo para mí”, recuerda.

Catherina Romanelli
Obra de Catherina Romanelli

La idea final fue armar un mazo de 33 cartas o ilustraciones, cada una con su propio mensaje, al que se le suman una carta blanca para que el usuario haga su propio dibujo y una carta espejo para que haga el ejercicio de mirarse.

Las ilustraciones pertenecen a la serie Mujeres y firuletes que Catherina viene pintando desde 2002 y a las que Guillermo aporta el toque de diseñador gráfico.

“Son todas hechas en acuarela y tinta china sobre papel; muchas de ellas son, en realidad, cuadros enormes. El tarot fue una excusa para hacer muchas impresiones de mis obras, que mi trabajo pueda llegar a otras personas. Como si fuera un pequeño catálogo”, señala su creadora.

De esta manera, muchos que no pueden acceder a sus cuadros, sea por el tamaño de las pinturas o por temas económicos, consiguen al menos tenerlos en forma de cartas de Tarot.

Catherina aclara que le puso Tarot de la Mujer porque le gustaba cómo sonaba, pero que no es un Tarot real. “Yo no soy tarotista. En realidad es un oráculo lúdico, para jugar. El uso depende de cada uno, porque también lo usan los hombres”, dice.

Cuenta que ella entrevera las cartas y saca una o tres: una de lo que viene, otra para su presente y la tercera para en lo que está empezando a trabajar. “Hay gente que tiene experiencia de tarot y se lo tira de otra forma. Es muy personal y abierto a que cada uno cree las reglas”, acota.

Los resultados los han llenado de satisfacciones. “Cuando lo pusimos a la venta vimos que a un montón de mujeres les pasaban las mismas cosas que a mí, la gente se empezó a súper emocionar”, destaca la creadora de mensajes que van desde cómo acercarse a la naturaleza hasta lo que le hace bien leer cuando atraviesa ciertos momentos. “Hay una carta que habla de bailar y le ha tocado a muchas bailarinas o la carta sobre la maternidad le sale a alguien que justo está esperando un bebé. Muchas de mis obras las hice embarazada entonces está bien tocado ese tema. Son sentimientos y sensaciones que nos mueven a todos, muy simples, no tienen nada de complejo, son cosas básicas de las que a veces nos alejamos”, detalla la ilustradora.

El Tarot de la Mujer también será parte de la caravana ambulante que comienza en México y quién sabe dónde termine.

Catherina Romanelli
Obra de Catherina Romanelli

Ilustración, pinturas, poemas y música.

”Soy artista desde que estaba en la panza, desde que estaba en el agua”. Así se presenta Catherina Romanelli en un pequeño videíto en el que aparece junto a su hija más chica. Su currículum dice que es una artista visual autodidacta con una formación permanente mediante largos viajes autogestionados. Su producción artística incluye instalación, performances, fotografía, video, escultura y pinturas e ilustraciones sobre papel, tela y madera, utilizando diferentes materiales. Su trabajo ha sido expuesto en salas de Uruguay, Argentina, Chile, Bolivia, Brasil, España y China. Hasta hace poco ilustraba y confeccionaba cada año la agenda artesanal La Bufa desde su taller en La Paloma, Rocha. La masificación de los celulares llevó a que dejaran de producirla y que apareciera otro proyecto que ahora tiene a la familia muy entusiasmada, como es el Tarot de la Mujer. Lo venden en la feria Ideas+ y la Feria de Pequeños Productores del Parque Rodó, además de en algunas tiendas de Montevideo (Acatrás del Mercado, Castillo Pittamiglio), Piriápolis y Colonia. También lo comercializa por sus redes sociales: Facebook e Instagram.

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