Antiguas estaciones de tren para conocer en vacaciones de invierno

VACACIONES

En todo el país hay estaciones ferroviarias que desde hace muchos años no funcionan como tal; algunas se han convertido en espacios de disfrute cultural y social, tanto para los locales como para los turistas. Es el caso, por ejemplo, de la estación de Mal Abrigo, que a iniciativa de un grupo de vecinos se comenzó con una serie de actividades que puso en valor el lugar y encaró el rescate del patrimonio ferroviario.

Para poner otro ejemplo, solo en el departamento de Colonia se pueden recorrer las estaciones de las localidades de La Estanzuela, Tarariras, Barker, Rosario, Nueva Helvecia y Cufré.

Y en Maldonado se pueden conocer las de San Carlos, Garzón, José Ignacio, Pan de Azúcar y Gregorio Aznárez. En Rocha se puede visitar el Museo de La Paloma en la vieja estación de AFE, ubicada frente a la playa Bahía Grande, sobre la Av. al Puerto.

Conocer las estaciones ferroviarias también es conocer la historia de pueblos como La Paz, 25 de Agosto, Cardal, Isla Mala, La Cruz, Sarandí Grande, Molles, Achar, Tambores y Tranqueras, entre tantos otros del interior, y de barrios de Montevideo como Colón, Pueblo Ferrocarril y Peñarol. Todas son localidades que nacieron y crecieron al costado del trazado radial.

Aquí compartimos algunas de las más llamativas para visitarlas durante estas vacaciones de invierno.

En el kilómetro 124 de la ruta 23, en San José, se encuentra la estación ferroviaria de Mal Abrigo que fue declarada Monumento Histórico Nacional. El pueblo surgió como extensión de las líneas de ferrocarril que unieron San José de Mayo con las localidades de Rosario y Puerto Sauce. Las visitas se coordinan a través de la Secretaría de Turismo y en el lugar se cuenta con guías locales, capacitados para contar la historia desde el nacimiento y los orígenes del ferrocarril.

¿Y el origen del nombre? Se cree que fue puesto por Dámaso Antonio Larrañaga, quien en 1815 escribió que pasó una muy mala noche en la estancia de Casco “que dista de San José unas 14 leguas”; no obstante, estas son unos 70 kilómetros de la capital, mientras que Mal Abrigo se encuentra a menos de 40 kilómetros, por lo que no fue el responsable del nombre con que aún hoy se conoce a esta localidad.

La terminal de Lorenzo Geyres, un pueblo del departamento de Paysandú, al noroeste, ha sido señalada como la estación “más linda” del país. El pueblo de 1.700 personas y que sus habitantes aún lo conocen como Queguay en referencia al nombre que llevaba la vieja estación construida allí a fines del siglo XIX, está ubicado en pleno corredor termal y sobre el río Queguay, que luego de 280 kilómetros desemboca en el Uruguay. Su encanto tiene que ver con que aún conserva su vieja construcción enmarcada en un paisaje pintoresco.

Es posible realizar un circuito que incluye un recorrido junto a guía local por la estación y otros lugares del pueblo como la ciclovía hasta la cañada Piedras Blancas, la galería a cielo abierto y el mural del ferrocarril. Vale la pena aguardar el paso del tren, que todavía pasa por allí transportando piedra caliza hacia Tacuarembó.

Santa Catalina se encuentra sobre el kilómetro 185 de la ruta 2, a 85 kilómetros de la capital de Soriano. Al ser ganador de la edición 2014 del Pueblo Turístico del Año, los habitantes de Santa Catalina recuperaron la estación.

Esta se construyó en 1890 cuando en la zona comenzó a funcionar un molino harinero. Sus vías férreas unían las ciudades de Montevideo y Mercedes.

En la actualidad, en el lugar se ofrecen servicios de gastronomía, alquiler de bicicletas y coordinación de actividades como paseos en carro, cabalgatas y recorridos por los sitios históricos de mayor interés como el Panteón de los gatos, la Residencia Mendibehere Böcking y la Capilla Santa Rosa de Lima. En sus instalaciones puede apreciarse una muestra fotográfica sobre el proceso de recuperación edilicia de la estación.

La línea a Mercedes se inauguró en 1901 con 11 estaciones: Guaycurú, Arroyo Grande, Juan Jackson, La Lata, Santa Catalina, Drable, Risso, Egaña, Palmitas, Bizcocho y Mercedes.

Una joyita en Valle Edén: una antigua estación de ferrocarril donde se le suministraba agua a las calderas de las locomotoras de vapor que se dirigían hacia Montevideo o Rivera con arroz o madera. Ubicada a 25 kilómetros de la ciudad de Tacuarembó, es un lindo recorrido que transporta a los viejos tiempos de la cuna de Carlos Gardel. Su buen estado de conservación ha hecho que sea escenario del rodaje de varias películas, entre ellas, Set de filmación de varias películas, entre ellas El último tren.

Desde la estación se puede llegar a la antigua pulpería de López, construida en piedra asentada en barro en el siglo XVII; y a menos de un kilómetro comienza el ascenso hacia la Cueva del Chivo, en cuya cima además de una maravillosa vista, hay una cascada y detrás de ella una pequeña cueva. Es bastante fácil subir, ya que no es muy alta y no ofrece mayores dificultades.

La Intendencia de Maldonado tiene un plan para recuperar la estación de Pueblo Garzón para el uso cultural y social mediante la gestión de exposiciones y la venta de productos locales y artesanías; además, se piensa dar la posibilidad de circular en un motocar (vagón de 50 asientos con motor en las dos puntas) de 1945 hasta la terminal ferroviaria del balneario de José Ignacio.

La pequeña localidad llegó a tener 2.000 habitantes entre 1930 y 1950 cuando la actividad industrial y comercial giraba en torno al molino y a la estación de AFE. El tren pasaba con cuatro frecuencias diarias, dos a Montevideo y dos a Rocha.

Hay otras estaciones cercanas para visitar y que también están contempladas en el proyecto de recuperación edilicia de la comuna: la de San Carlos, Pan de Azúcar y Gregorio Aznárez.