La noche del lunes 28 de abril quedará grabada a fuego en la memoria de Nacho Obes: fue el día en que se consagró como ganador de la primera temporada de Tu cara me suena (Teledoce), en una final vibrante y muy pareja, donde se midió con otros tres artistas de gran nivel. Que la copa haya ido a parar a sus manos no fue casualidad.

Obes no solo abrió la gala interpretando a Rod Stewart con una precisión vocal y escénica impactante, sino que llevó su personaje al extremo: llenó la tribuna de banderas del Celtic —el club de los amores del cantante británico— y publicó un comunicado en redes firmado por su verdadero manager, Arnold Stifel, anunciando que firmaría balones al final del show, tal como acostumbra Stewart. Cumplió.

Parecía que no era Obes quien pisaba la pista, era Stewart. La imitación fue completa y el jurado lo reconoció. “Sos fantástico, honraste el programa”, le dijo Lucía Rodríguez. “La voz está igual. Sublime”, elogió Claudia Fernández. “La pronunciación está bárbara”, aportó Santiago Tavella.

En una definición reñida, Annasofia Facello en la piel de Cher quedó en segundo lugar con 33 puntos; José Fabini, que interpretó a Elvis Presley, se ubicó tercero con 32; y Mariano Martínez, como Vicentico, terminó cuarto con 27. Todos arrancaron de cero y fue el jurado quien definió el puntaje final. “Esto es nuestro, va a estar en el asado”, dijo a sus compañeros Obes, emocionado, apenas levantó el trofeo.

Al terminar la gala, Maxi de la Cruz anunció que el lunes próximo comenzará la segunda temporada del reality, con el mismo equipo de jurados y nuevas figuras.

A continuación, la charla de El País con Nacho Obes luego de levantar la copa. Cantante de la banda Doberman y parte de Punto de encuentro de Radio Universal, Obes ganó visibilidad en televisión en 2020 cuando participó en Santo y Seña (Canal 4). En esta entrevista cuenta por qué el show de La Tele se volvió “adictivo”, cómo vivió cada transformación y los sueños que lo impulsan ahora.

—¿Cuál fue tu reacción inmediata cuando te convocaron para ser parte de Tu cara me suena?
—Era una oportunidad que estaba esperando y me dejó contento. Ya había hecho Fuego Sagrado en el canal. Me había ido de Santo y Seña porque apuntaba al entretenimiento y sabía que Teledoce era el lugar. Los productores me decían que era el formato para mí, que me dedico a interpretar artistas.

—Decís que lo estabas esperando, ¿habías tenido propuestas similares antes?
—Sí. Mientras estaba en Santo y Seña, me llamaron de Canal 10 y Canal 12 al mismo tiempo. Uno para MasterChef Celebrity y otro para ¿Quién es la máscara?. Por una cuestión artística, preferí La máscara, pero no se dio porque los canales estaban peleados en ese momento. A MasterChef iba si me aseguraban un lugar en La Voz, y no pudieron. Miraba con recelo porque me sentía preparado para un formato así, y esto me cayó.

—Tu cara me suena requiere actuar y bailar, además de cantar, ¿te resultó difícil adaptarte?
—Al principio era raro porque nunca estudié comedia musical, no soy actor ni bailarín, soy músico. El primer programa no tenía idea de lo que estaba haciendo: no sabía que tenía que hablar como Ed Sheeran y divertir. Fui a cantar. Después entendí que la clave era sumar actuación y humor al canto.

—¿Hasta qué punto llegaste con la caracterización de los personajes?
—Llegué al detalle total, como con Rod Stewart, donde mandaba comunicados del mánager con el nombre real. Creaba la historia completa y me convencía de que el artista venía a actuar a Teledoce. Hice videos en mis redes saludando al público uruguayo con el acento de Brian Johnson (cantante de AC/DC) y hablé con un profesor de inglés británico para perfeccionarlo. Con Freddie Mercury tuvimos una dentadura postiza con los mismos dientes.

—¿Imitar siempre se te había dado bien?
—Sabía que vocalmente sí, lo hacía en mis shows. Pero en lo físico, como actor, no. Tu cara me suena fue como una escuela de arte intensiva.

Foto: @tucaramesuenauy

—¿Qué tan importante fue el maquillaje y el vestuario para completar los personajes?
—Fundamentales. La caracterización de Lucía Pennino es espectacular. Cuando me veía en el espejo, con el vestuario de Daniela Inthamoussu y el maquillaje, empezaba a hablar como el personaje. Antes no me salía.

—¿Tina Turner fue lo más desafiante?
—Sí, a nivel físico. La interpretaba en shows, pero acá era transformarme en mujer desde el homenaje, no la sátira. Cambié desde la uña del pie hasta la punta del pelo. Un coreógrafo me enseñó a caminar con tacos y también a bajar las escaleras como una vedette. Lo hice con mucho respeto, y el público quedó encantado. No hubo críticas en redes.

—¿Cómo te nutrías? ¿Qué estudiabas de cada artista?
—No miré recitales porque los tengo superconsumidos, pero vi entrevistas para conocer sus vidas, cómo hablaban. Adam Levine, de Maroon 5, no quería que los fans lo tocaran. Bruno Mars es un conquistador y traté de usar su lunfardo e incorporar esos datos.

—¿Qué fue lo más extremo que hiciste en una imitación?
—Todo. Hablaba todo el día en personaje. Es un método que tomé de Jim Carrey, que si no le decían el nombre del personaje, no respondía. La gente no me reconocía en el canal y me pedían fotos. Hablé con un imitador de Michael Jackson para sacar sus pasos.

—¿Te costaba soltar a los personajes?
—Sí. Tina Turner, Freddie Mercury y Michael Jackson se dieron seguidos. En el medio me iba a Argentina a hacer shows. Era difícil pasar de uno al otro y fue traumático a nivel físico. A partir de la tercera gala fue como un viaje de egresados. Empezamos a planificar asados a hablarnos en personaje. Se generó una especie de manicomio que sumó y la gente se enamoró del programa. Ahora nos da lástima que se acabe, queremos seguir, se volvió adictivo y querés que te den uno nuevo.

—Te tocaron artistas de primera, ¿te quedaste con ganas de hacer a alguno?
—Me hubiera gustado hacer a Frank Sinatra o Phil Collins. Me faltó cantar en castellano. Pedía a gritos a Luis Miguel.

Foto: @tucaramesuenauy

—¿Imaginaste que podías ganar?
—Soy muy competitivo y quería ganar, pero tenía miedo. Annasofía Facello fue tremenda rival, José Fabini, con 17 años, tenía al público enamorado, Mariano Martínez es una estrella de rock. Tenía confianza, aunque hasta último momento, cerré los ojos, apreté los dientes y le encomendé al Dios del rock que me llevara a la victoria.

—¿Qué significa el premio para vos?
—Es una puerta que se abre en un canal que ahora es mi casa. Se me está reconociendo como intérprete, un trabajo difícil que no todos saben hacer, así que es una felicidad haber conseguido este título.

—¿Vas a seguir vinculado al canal?
—Sí. Voy a aparecer en la segunda temporada de Tu cara me suena y hay otras propuestas que no puedo adelantar. También me llegaron ofertas del exterior para hacer shows caracterizado.

—¿Dónde te gustaría estar en el futuro?
—Quiero seguir creciendo en Uruguay, pero mi sueño es triunfar en Argentina: hacer televisión, radio, llegar a la Calle Corrientes. Aprendí mucho en el programa, quiero mostrarlo allá y llegar a lo máximo.