Una obra que está hecha del amor por el arte, del deseo por aprender y, además, de una colaboración inédita. Así se podría describir el proyecto que resultó en la ópera Orfeo y Eurídice que será presentada en el Auditorio del Sodre este sábado y domingo. Quedan entradas en Tickantel.

La obra reúne a más de 80 estudiantes y 10 profesores de la Escuela Nacional de Formación Artística del Sodre y de la Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU).

En una alianza sin precedentes, las dos instituciones se reunieron para llevar adelante esta propuesta artística basada en el mito griego de Orfeo y su historia de amor con Eurídice. Bajo la dirección escénica de Santiago Bentancor, es una versión contemporánea de la pieza clásica del compositor alemán Christoph Willibald Gluck.

La obra empezó a gestarse en febrero y su construcción reunió a estudiantes avanzados de baile (danza contemporánea, folclore y tango) y arte lírico de la ENFAS y alumnos avanzados del Bachillerato Profesional de Belleza Integral con énfasis en Capilar de la UTU. Estos últimos quedaron responsables por la parte de caracterización, peinado y maquillaje del espectáculo.

“Una propuesta de ópera requiere un armado técnico y montaje que necesita vestuario, iluminación y maquillaje, entonces surgió esta idea de trabajar en conjunto para que ambas instituciones tengan como proyecto formativo armar una propuesta artística de calidad, con el objetivo de tener una puesta en escena con un excelente nivel”, contó Natalia Sobrera, directora de la ENFAS.

Juan Manuel Ramos/Archivo El Pais

Ambos centros de formación evalúan con entusiasmo el trabajo hecho en estos meses y la integración que se dio a nivel estudiantil y docente. “A las dos partes nos enriqueció”, dijo la directora de belleza de la UTU, Mariella Maurente. “Como docentes vimos a nuestros alumnos trabajando en otros ámbitos, porque para hacer este trabajo tuvieron que embeberse de la obra. Entonces no sólo leyeron a Orfeo y Euridice, sino que buscaron entender el mundo de la historia que será contada arriba del escenario. Imaginate la riqueza cultural de eso. Sumó muchísimo conocimiento a los chiquilines”, añadió.

Maurente también destacó la importancia de que los alumnos puedan, desde ya, trabajar en su área de formación y crear una perspectiva amplia de su campo de actuación. “Es una experiencia muy interesante, sobre todo porque les abrió la cabeza y entendieron que pueden trabajar no solamente en un salón de belleza. Les mostró otros mundos y otras realidades”, evaluó. “Son chicos jóvenes, queda nítido que es una perspectiva que se les abre a ellos. Muchos no estaban involucrados en ese mundo artístico y algunos no conocían el Sodre”.

Juan Manuel Ramos/Archivo El Pais

Poco antes de esta charla, algunos alumnos de la ENFAS se habían ido a probar el vestuario a la UTU, relató la docente, quien destacó que estas instancias de compartir también dejarán una marca en la formación de cada uno. “Ellos estuvieron todos estos meses haciendo los cuernos que lleva uno de los actores, los tocados, practicando trenzas, bucles. Los chiquilines del Sodre estaban súper agradecidos cuando vinieron a probarse los vestuarios y vieron que otros gurises, de su misma edad, hicieron cosas para ellos. Ese intercambio me pareció fascinante, porque de nuestra parte nuestros alumnos también quedaron muy contentos con la obra”, afirmó orgullosa la docente.

A su vez, el cuerpo escénico de la obra está compuesto por estudiantes de todas las áreas de la ENFAS, jóvenes artistas en pleno proceso de formación que podrán plasmar arriba del escenario las muchas horas de estudio y ensayos.

“Para mi como docente es maravilloso tener tantos jóvenes alucinados con hacer una ópera de Gluck y poder ofrecer esto al público. Que puedan mirar a Orfeo y Eurídice desde el hoy”, comentó Santiago Bentancor, docente y director escénico, quien propone dotar el espectáculo de un argumento actual.

“¿Cuál es nuestro infierno hoy? ¿Qué es lo que a nosotros nos aterroriza?”, cuestiona el docente. “Por eso, en el inframundo actual van a haber personajes que tienen que ver con la vanidad, con la individualidad, con el avance tecnológico y la poca humanidad”, explicó sobre su hipótesis de representación de Orfeo y Euridice en la actualidad.

Originalmente, el mito griego versa sobre Orfeo, hijo del Dios Apolo y de la musa Calíope, quien es capaz de atravesar el inframundo con el poder de su música y fascina a todas las criaturas para salvar a su amada Eurídice.

Foto: Juan Manuel Ramos

Por otro lado, el director destaca la importancia de Gluck, el compositor alemán autor de la ópera original, quien es considerado el reformador del género. “Lo que hace Gluck es devolver la teatralidad de la ópera, le da un énfasis a la parte dramática del texto y lo une con la música de forma indivisible”, contó.

Para ensamblar aún más esta colaboración, el día anterior a la primera función de la obra habrá un ensayo abierto a los estudiantes de ambas instituciones. “La idea es que todos los que quieran puedan venir a este ensayo con público”, mencionó Sobrera.

Finalmente, los tres docentes coinciden con que los que vayan este sábado y domingo a ver Orfeo y Euridice, además de prestigiar una obra maestra operística del siglo XVIII, verán a un trabajo hecho por muchas manos y mentes, de jóvenes talentos y profesionales de múltiples disciplinas. “Es el inicio de una colaboración que esperamos que continúe”, finalizó Sobrera.