ESTRENO

nicolás lauber

Hace 40 años el colombiano Gabriel García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura. La Academia sueca lo reconoció “por sus novelas e historias cortas, en las que lo fantástico y lo real se combinan en un mundo ricamente compuesto de imaginación, lo que refleja la vida y los conflictos de un continente”, dijeron en el anuncio.

Nada de ese “realismo mágico” está en Noticia de un secuestro, la novela que publicó en 1996 tras una ardua investigación periodística. Ayer se estrenó en Amazon Prime Video su adaptación en formato miniserie producida por Rodrigo García, el hijo de Gabo, un director consagrado en Hollywood. Fue, por ejemplo, el responsable de la versión estadounidense de la serie In Treatment, dirigió a Glen Cloose en Albert Noobs y acaba de estrenar Santa Evita, la miniserie con Natalia Oreiro.

Es la historia de Maruja Pachón, su cuñada Beatriz Villamizar y la periodista Diana Turbay cuando fueron secuestradas por el grupo de narcotraficantes Los extraditables en la Bogotá de 1990. El grupo narco liderado por Pablo Escobar buscaba con estos actos generar presión al entonces presidente, César Gaviria, para que revoque un tratado que extraditaba narcotráficantes a Estados Unidos. La serie de seis capítulos comienza con el violento secuestro de estas mujeres. La dirige el chileno Andrés Wood (ganador del Goya a mejor película iberoamericana por La buena vida y con premios en San Sebastián y Sundance) y la protagonizan Cristina Umaña (Capadocia, Narcos y La casa de las flores), Juan Pablo Raba y Majida Issa.

Con ellos, con García y con Wood, El País charló en exclusiva, vía zoom.

—¿Qué le generó adaptar la novela de su padre?

García: Fue el momento ideal con la forma ideal, hacer una serie de seis horas que permita contar la historia como debe ser, con sus detalles, ires y venires. Eso también se extiende a haberla hecho en Colombia y hablada en español como la queríamos hacer. Y con el apoyo y beneplácito de muchas de las personas que estuvieron secuestradas y sus familiares.

—¿Cómo fue para usted participar de la serie?

Umaña: Fue un viaje emocional profundo, intenso y doloroso. No solo por la historia que estábamos contando, el secuestro en sí, sino por la historia de nuestro país, porque nos duele profundamente y estábamos ahí haciendo como una constelación de esa historia.

Se reunió con Villamizar, la rehén que usted interpreta. ¿Cómo fue esa experiencia?

—Sí, fue por Zoom unos días antes de comenzar a grabar. Fue uno de los grandes regalos que he tenido, el poder hablar con ella y entender su dolor, que me abriera su memoria y corazón, cosa que hizo con mucha generosidad. Quería entender qué sintió y pensó durante esos seis meses en cautiverio, que era algo que me llenaba de inquietud, y es muy bonito porque pensé en Maruja todos los días desde que supe que iba a interpretarla.

—Y usted, Issa, se reunió con María Carolina, la hija de la periodista asesinada Diana Turbay...

Issa: Lo más importante es que la serie habla desde el punto de vista de las víctimas. No es un punto de vista histórico, ni político, sino el de ellas.

—Esa mirada no se limita a las mujeres secuestradas, también a sus familiares. ¿Cómo fue interpretar a Alberto Villamizar, el esposo de Maruja Pachón?

Rada: Creo que Alberto, de alguna forma representa a toda esa Colombia, a los familiares y víctimas que también sufrieron el flagelo y vivieron con esa angustia de no saber qué estaba pasando con sus seres queridos.

—El rodaje fue durante la pandemia. ¿Cómo fue esa experiencia?

Wood: Pese a que es una historia sobre el cautiverio, y a la dificultad de que estábamos en plena pandemia cuando grabamos, fue muy potente sentirnos curiosamente libres, al menos para poder crear Pese a lo que estábamos contando, había una sensación de libertad y de apreciar lo que nos había quitado ese último año de pandemia. Entonces, para mí fue una experiencia muy enriquecedora.

—Como hijo de Gabriel García Márquez, ¿qué se siente ver la adaptación de la novela a la pantalla?

García: Si bien quería a todos sus libros, y fueron difíciles de hacer, Noticia de un secuestro lo encontró físicamente y mentalmente duro. Por supuesto es un trabajo de periodismo y ahí estabam su investigación, las entrevistas y la obsesión por el detalle. También la interacción con los secuestrados y los familiares de aquellos que no sobrevivieron. Todo eso, para él fue arduo. Para mi es el primer proyecto con el que trabajo en Colombia y una manera indirecta pero significativa de colaborar con Gabo, mi padre.