Redacción El País
Rosina Beltrán vive un momento imparable. Con una carrera profesional que cobró notable impulso tras su paso por Gran Hermano Argentina, la influencer uruguaya trabaja con marcas internacionales, viaja sin cesar por motivos laborales y se divide entre programas de streaming y televisión, mientras lleva adelante diferentes proyectos. Desde el miércoles se la verá competir en Bake Off Famosos, el reality de pastelería de Canal 4.
Pero no todas son alegrías. Tras vivir un difícil momento en Perú, donde sufrió un robo exprés y perdió tanto su celular como sus documentos y el acceso a las redes sociales, ahora decidió relatar otra desagradable experiencia que le tocó transitar recientemente. Y lo hizo de manera atípica para ella: con mucho enojo.
La uruguaya, que ahora está radicada en Argentina, aunque viaja con asiduidad a Montevideo, estaba subiendo una serie de historias a su cuenta de Instagram, donde mantiene una comunicación extremadamente fluida con sus seguidores, cuando sorprendió al cambiar el tono.
"Quiero contarles algo que me pasó el otro día. No quiero decir que me quedé traumada, pero estoy bastante con la ventana cerrada a partir de esto", adelantó. Y luego comenzó el detallado desarrollo de la anécdota: "Un bobito, por así decirlo, me mandó un mensaje por Instagram, encima desde un Instagram fake, un Instagram trucho, así que si estás viendo esto te pido por favor que no me molestes más".
"Yo al frente de mi casa tengo un montón de edificios, entonces se ve, cuando tengo las ventanas abiertas, para mi casa. Siempre estoy acá acostada en la cama con la computadora y se ve que alguien del frente me reconoció y me empezó a mandar: 'Qué hermosa te ves acostada con la computadora', 'qué hermosa te ves acostada con la computadora'", remarcó, dando cuenta de la insistencia con la que este anónimo se había expresado luego de espiar su intimidad.
Muy molesta por lo acontecido, Rosina, que se caracteriza por transmitir alegría y por llevar adelante un mensaje cargado de optimismo, no disimuló su enojo. "La verdad es que a partir de ahí tengo que estar con la ventana cerrada. Me da una bronca tremenda, te juro", dijo, antes de cerrar su descargo con un contundente pedido y un exabrupto: "Así que no me mandes más mensajes, pajín".
Para descomprimir, Rosina se fue a ver un show de la banda Roze y terminó la jornada con alegría, dejando atrás el mal trago y mostrándole una sonrisa a sus seguidores.
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