Redacción El País
El pasado 15 de agosto, Cata Ferrand celebró sus 50 años con una fiesta de película en Hangar 33. La previa ya había sido furor en redes: junto a sus inseparables amigas —las “colonas” Leticia Cohen, Luciana Acuña, Denise Casaux y Lucía Rodríguez— compartió una tarde de hotel entre picadas, coreografías en bata y hasta un “cambio de look” al estilo TikTok antes de salir rumbo al festejo.
La gran noche reunió a unos 500 invitados, entre ellos colegas del espectáculo como Patricia Wolf, Diego Sorondo, Victoria Rodríguez, María Noel Marrone, Judy del Bosque y Federico Longo. Hubo alfombra roja con carteles divertidos, un set variado de DJ Sanata, cotillón y hasta la propia Cata animándose a pasar música, un hobby que cultiva desde hace años.
Días después, en Esxahí, el streaming de Karina Vignola, la actriz y comunicadora reveló lo que no se vio de esa noche. “Organicé el cumple que soñaba para esta década tan llamativa, porque uno se siente más joven que la edad biológica. Fue como un tercer casamiento conmigo misma”, contó.
Ferrand dijo que invitó a gente de todas las etapas de su vida: amigas de la escuela y el colegio, colegas, familiares que llegaron de distintos lugares e incluso su hermana viajó desde Madrid especialmente.
“Quedé súper feliz, era la fiesta que quería hacer y estuve en todos los detalles”, aseguró.
Pero no todo fue sencillo: Federico Buysan, su esposo y padre de sus dos hijas, le puso un freno cuando la lista de invitados no dejaba de crecer. “Fede me decía: ‘Empezá a ser un poco más realista, sino tenés que contratar el Estadio Centenario para festejar’”, relató entre risas.
“Soy muy apegada, me encariño enseguida. Sigo repasando gente que me hubiese gustado que estuviera, me fui a contemplar toda mi vida… llegó un momento que tenía que poner un parate”, se sinceró.
Sobre su rol como DJ improvisada, confesó que aunque estudió con Martín Panizza, no es una actividad que practique de forma profesional: “Es un hobby personal. Me saqué las ganas de hacerlo en mi fiesta", expresó.
Sin embargo, reconoció que en el arranque se sintió algo inhibida: "Me dio un poco de timidez, no me gusta ser el centro al 100%. Cuando iba a empezar, les hacía gestos a mis amigas para que vinieran: ¡eran 500 personas mirándome! Después enfrenté la situación porque no hay nada que no arregle un buen rock and roll”.
Además, adelantó que en los próximos meses estará en dos obras “muy taquilleras”, con directores, productores y autores reconocidos, protagonizadas por mujeres: “Se vienen cosas fuertes”, aseguró sin poder adelantar más detalles.
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