Redacción El País
Cande de la Cruz fue invitada a Se arregla el mundo, el ciclo conducido por Bernardo Wolloch y Federico Castillo en La Ola Stream, para hablar de Jardines salvajes, la obra que protagoniza y que marca el debut como directora de Florencia Infante.
Allí, la artista de 23 años recordó sus primeras experiencias en la televisión, cuando con apenas cuatro años aparecía como Chin Chin en Cacho Bochinche. Entre risas contó que su abuelo, el legendario Cacho de la Cruz, la llama para darle devoluciones puntuales cuando la ve en televisión.
“Me dice: no sonreíste en el programa. Yo le respondo ‘mirá vos, mañana sonrío un poco más’. Y tiene razón, porque gracias a eso estoy mucho más atenta al monitor cuando me ponchan”, relató.
Sobre ese vínculo con Cacho, fue contundente: “Es un privilegio que alguien te mire y te dé una devolución objetiva, sin preferencias porque soy su nieta. Él quiere que me logre sostener en el medio porque sabe que es muy cruel. Desde chica me dice: no te dediques a la actuación, hacé otra cosa”.
Ese consejo, reconoció, llegó a marcarla. “Cuando mi hermano me dijo que quería ser futbolista le contesté bien. Pero cuando me dijo que quizás quería ser actor como yo, le respondí: no, dedícate al fútbol, hacé plata y después sé lo que quieras. Después me di cuenta que no era por ahí, porque hoy hay muchas más oportunidades y en nuestro país hay muchísimo talento que hay que aprovechar”.
Cande de la Cruz y el peso del apellido
Aunque estudió actuación durante dos años y medio en la prestigiosa academia de Stella Adler de Estados Unidos, confesó que lo que más disfruta es comunicar, en cualquier formato.
Consultada sobre cómo lleva ser hija de Maxi de la Cruz y nieta de Cacho, contestó: “La gente no tiene por qué saber mis méritos porque soy una artista emergente, entonces está bien que me linkeen con ellos”.
Pero también admitió que le duele cuando las críticas son hirientes: “Dicen está ahí porque está arreglado. Nepobaby, ¿qué voy a hacer? Hay un montón en el mundo a los que les dicen lo mismo. No lo puedo controlar, lo único que puedo hacer es seguir formándome y demostrar que soy una artista aparte”.
En ese sentido, sumó con firmeza: “Le tengo mucho respeto a esta profesión”.
Fue entonces que reveló la comparación que más la incomoda: “Me dicen mucho: 'es Maxi con peluca'". Entonces ambos conductores afirmaron: "Sos parecida". Y ella admitió que es cierto. Sin embargo, dijo, "a veces es medio fuerte. Que te lo repitan todo el tiempo me pesaba”.
Además, comentó otra crítica recurrente: "está acomodada, esta es una dinastía del 12". Y ahí marcó una diferencia: “Soy la tercera generación, pero la primera mujer de mi familia en este medio. Creo que eso tiene otro mérito y está bueno porque abre puertas para mujeres que han sido invisibilizadas y se sienten identificadas”.
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