Redacción El País
Este jueves, la periodista Agustina Kämpfer fue la invitada central de Otro día perdido, el nuevo programa de Mario Pergolini, que marcó su regreso a la televisión y que en Uruguay se emite por Canal 4. En un momento del diálogo, la argentina habló del perfil "yogui" por el que se la empezó a reconocer en el último tiempo, y aseguró que sus habilidades de flexibilidad se remontan a su niñez.
Cuando la conductora de Mañana picantes mencionó que tiene una hermana menor, Pergolini le preguntó si de chica se peleaba mucho con ella. “De los recontra pelos”, respondió entre risas. “Mi hermana, cuando me trababa las muñecas, yo me la sacaba de encima haciendo pinzas con los pies”, relató enseguida, acompañando con un gesto de pinzas de cangrejo hecho con las manos. También aseguró que solía salir victoriosa, y que su estilo le recordaba al de la película Kill Bill de Tarantino.
La anécdota despertó la intriga de Pergolini, y Kämpfer se entusiasmó al punto de contar que había ganado varios desafíos gracias a la destreza de sus pies. “Una vez me hicieron prender un fogón con…”, dijo, y se interrumpió cuando el conductor le mostró una caja de fósforos desafiándola. Sin dudarlo, aceptó el reto.
“Hay gente que te charla en la primera cita, de repente está aburrida y te dice: ‘Hago fuego con los dedos’”, se burló Pergolini. Mientras tanto, Kämpfer se descalzaba de sus tacos para probar el largo de los fósforos, como si buscara una medida exacta. “Lo voy a ubicar bien porque, si no, de verdad me voy a prender fuego un dedo”, remató.
Se colocó un fósforo entre los dedos y la planta del pie, sujetándolo con fuerza, mientras con el otro pie sostenía la caja sobre el piso. Sin vacilar, y en pocos segundos, logró encender una pequeña llama. “¿Alguien fuma y quiere un pucho?”, bromeó, provocando la risa del conductor.
Después, Kämpfer lo desafió con un tema aún más inesperado: su placenta. El conductor fue quien abrió el tema. “Agustina, también sé que, cuando tuviste un hijo, le pediste al equipo médico que te guarde la placenta. Eso es algo que se hace, he escuchado, pero nunca estuve con alguien que guardó la placenta. ¿Para qué querías guardarla?”, quiso saber.
“¿Te gustaría probar?”, lo desafió Kämpfer. “Pero, ¿cómo? ¿Te vas con la placenta por todos lados?”, bromeó Pergolini. “El tema es así: cuando sacan la placenta, le pedís al equipo médico que te la guarde porque hay otro equipo —generalmente son mujeres doulas o muy vinculadas a la medicina alternativa natural— que la viene a buscar. Esto lo organizás previamente, cuando decidís dónde va a ser el parto”, explicó Kämpfer.
“Tengo unas cápsulas. Es algo de la familia. Esta es la tintura madre. Yo la tomé mucho durante la pandemia. Entiendo por tintura madre un líquido... Es como las flores de Bach. La mezclás en agua, claro. Y es como un recurso de volver al origen. Una recuperación del origen”, detalló.
Entonces, le dio paso al desafío. “Vamos a hacer algo, no mires”, le dijo a Pergolini. “El resto (de las pastillas) las estoy guardando para la menopausia porque dicen que son muy buenas para atravesar períodos menopáusicos también, así que cuando me toque voy a estar genial”, señaló. “Si vos adivinás, tenés que elegir una mano, el famoso en qué mano está, y si te toca la pastilla verde, a lo Matrix, la tendrás que consumir”, lo desafió.
Pergolini perdió, pero no quiso aceptar el resultado. “¡Me hiciste trampa! ¡Me hiciste trampa! ¡No puedo tomar! Me gustaría hacer lo siguiente: me lo llevo a casa y prometo filmarlo”, se excusó. Kämpfer no quiso aceptar un “no” como respuesta e insistió. Fue entonces que el biohacker Marcos Apud, que un rato antes había estado invitado en el programa, dio un paso al frente. “Yo la tomo entonces”, le dijo a Mario, y lo hizo ante la mirada atenta del equipo de Otro día perdido.
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