"Me muevo a otro mundo, es un desplazamiento, pero que me genera una gran conexión conmigo mismo”, dice el joven contratenor Agustín Peninno, sobre qué le da el arte que eligió como oficio.

Pennino es estudiante de la licenciatura en Interpretación en la Universidad de la República, y de la Tecnicatura de Canto Lírico en la Escuela Nacional de Arte Lírico del Sodre. En 2022 disputó cupos con estudiantes de todo el mundo, y quedó seleccionado para estudiar en la prestigiosa Royal Academy of Music de Londres, donde seguirá con su formación. Desde un café en la Ciudad Vieja, y a poco más de un mes antes del viaje que cambiará su vida, el joven de 20 años comparte con El País un poco de su historia.

Creció en el barrio La Blanqueada y desde chico sentía que su destino era cantar, aunque, reconoce, su personalidad estructurada y el gusto por estudiar le hicieron pensar que sería médico. Hasta los 15 años no recuerda haber recibido apoyo de su entorno más cercano para dedicarse a la música, pero la vocación habló más fuerte. Cuando tuvo su primera experiencia escénica en el Carnaval de las Promesas, la certeza de que le gustaría dedicarse a eso ganó fuerza.

Un momento bisagra, recuerda, fue una ida a la ópera con su madre. “Fuimos a ver Un tranvía llamado deseo, pero siendo un adolescente de 14 años que va a ver una ópera de dos horas y media, me aburrí”, cuenta entre risas. “Pero pasaron las semanas y empecé a escuchar fragmentos que me habían quedado en la mente, empecé a reproducirlos en forma de chiste, pero después ya en un momento me di cuenta de que me gustaba y quería realmente aprender”.

En ese entonces ya había, sin éxito, intentado ingresar a la Escuela Nacional de Formación Artística del Sodre. Pero una vez que empezó a estudiar canto lírico fue “otra cosa”. Tomó clases con una profesora que lo incentivó a trabajar las técnicas vocales y, en ese despertar, vino la sorpresa: descubrió que su voz llegaba a tonos bastante agudos y que tenía un registro vocal poco común en los hombres. “Empecé a darme cuenta y descubrí esa voz de contratenor que es distinta, muy poco usual, donde una voz masculina canta como femenina”, dice.

Este descubrimiento le dio aún más impulso para seguir formándose. Fue un trabajo largo que le exigió y le exige no solamente técnica vocal, sino también aprender de historia y varios idiomas. Empezó a asesorarse con fonoaudiólogos argentinos y uruguayos, hizo cursos de canto en la Universidad de Buenos Aires y empezó la licenciatura en interpretación en la Udelar —donde hoy también se desempeña como docente asistente—. Este año, además, ingresó a la Tecnicatura de Canto Lírico del Sodre.

Fue en el marco del Opera Workshop 2022, un proyecto de perfeccionamiento para jóvenes cantantes líricos latinoamericanos promovido por el Jette Parker Young Artists Programme (JPYAP) de la Royal Opera House de Londres, el Sodre y la Asociación InterArte, que otra puerta se le abrió.

Peninno hizo parte del reducido grupo de 12 jóvenes seleccionados para participar del curso con duración de dos semanas y, al final de la instancia, el director artístico David Gowland, que vio potencial en el joven uruguayo a lo largo del workshop, lo alentó a postularse a instituciones prestigiosas de Londres. “Me apoyó y me dio su referencia para que fuera a audicionar”, comenta.

Este mismo año se presentó a la Royal Academy of Music, el Royal College of Music y la Guildhall School of Music and Drama. Tras un proceso selectivo de casi un año, con varias etapas entre tests vocales, escénicos y entrevistas, y compitiendo con estudiantes de todo el mundo, logró quedar seleccionado en las tres. Así, la decisión de su futuro era suya.

“Por una afinidad personal, y también bajo su consejo, elegí la Royal Academy of Music donde voy a tomar clases con el contratenor de larga trayectoria Michael Chans”, cuenta entusiasmado. Además, después de tener la aprobación para ingresar a la institución, aplicó para becas y ganó dos, que posibilitarán costear parte de su estadía de dos años en la capital inglesa. “Son las becas de las escuelas reales, me gané la única para el estudiante de grado y con ella me pagan la matrícula de todos los años. Estamos hablando de más de 100 mil dólares”, cuenta.

Después de aprobar y decidirse por la Royal Academy of Music, el joven tuvo que hacer pruebas de nivelamiento y, reconoce, la base adquirida en Uruguay le permitirá empezar con cierta ventaja. “El trabajo que hacen acá es magnífico, te preparan para instituciones de gran relevancia, te dejan bien parado y eso es algo que hay que valorar. Las personas que salen de acá salen sumamente bien formadas”.

Este mes de julio hizo su despedida de los escenarios uruguayos —al menos por un tiempo— con la ópera Orfeo y Euridice y el concierto El viaje del contratenor, este último que también buscaba recaudar fondos que ayudaran a costear su viaje a Londres.

Foto: Juan Manuel Ramos

El 1 de setiembre, Peninno empezará su nuevo desafío. Se subirá por primera vez a un avión rumbo a aprendizajes que ansía tener y hacia lo que ya nombra como su “nueva vida”. Lo mueve su vocación, la obstinación por cumplir sus sueños y, ahora también, la gratitud por quienes creyeron en él.

“Estoy muy agradecido con muchas personas que confiaron en mí, personas que pese a la edad dijeron: vamos a darle una oportunidad. Y eso es importante porque a veces la edad parece ser una limitante”, afirma. “El logro no es individual, sino social, de escuelas que forman, de una sociedad colaborativa, de la gente que va a consumir cultura”.