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La Orquesta Sinfónica del Sodre está a cargo de una sinfonía que se muere: todos los detalles

El director de la Ossodre, Nicolás Rauss, habla de "La patética", de Tchaikovski, la importancia para su carrera y la premonición de muerte presente en la partitura.

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Orquesta Sinfónica del Sodre. Foto: Sodre
Orquesta sinfónica del Sodre.
Foto: Sodre.

Por Nicolás Lauber
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Es una de más obras más conmovedoras y dramáticas de la música universal. Compuesta en 1893, La patética es la sexta y última sinfonía del compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovski, quien murió nueve días después del estreno, a causa de la cólera. Esta noche, la sinfonía será interpretada por la Ossodre conducida por el maestro Nicolas Rauss, su director.

Aunque el título “patética” hoy tiene connotaciones negativas, en la época de Tchaikovski su significado era diferente. “Patético viene de piedad, y por extensión es algo apasionado pero más bien dramático, triste”, comentó Rauss a El País.

Esta sinfonía en particular refleja la compleja personalidad del compositor, que sufría de depresión y tenía una vida llena de conflictos, tanto internos como externos. En la obra, se pueden percibir momentos de alegría y esperanza, pero también de tristeza, desesperación y desolación.

“Cuando uno habla de la muerte, hay gente que sabe morir en paz”, dijo Rauss. “Llega al final de su vida y no es un drama, pero en este caso es como si se parara el mundo. Es un drama enorme, desgarradora, desesperado, como una negación de la felicidad. Curiosamente eso genera una música muy atrapante y bella”.

Por eso, para Tchaikovski, esta sinfonía es la culminación de todo. “Es un melodista increíble, y esta sinfonía le agrega una cosa que está en toda su obra que oscila entre momentos de decoración con los vals de los ballets: el dramatismo. Con esta obra llega a un punto culminante, muy fuerte”, le dijo a El País el maestro Rauss.

“Es curioso como en esas músicas el desgarro, el drama personal, genera melodías y una música que llega mucho a la gente. Es curioso, pero los temas trágicos le dieron a la música clásica más música que los temas felices”, comentó el director suizo.

Además, es el primer caso de una sinfonía que termina lento y con un color oscuro, casi muriéndose. “Había como una premonición de su muerte en la partitura”, comentó Rauss.

El final es especialmente conmovedor, con un movimiento que parece transmitir la sensación de que Tchaikovski sabía que su muerte estaba cerca. Algunos críticos han interpretado este movimiento como un adiós final del compositor a la vida.

Nicolás Rauss en la conferencia del Sodre. Foto: Juan Manuel Ramos
El maestro Nicolás Rauss, director de la Ossodre. Foto: Juan Manuel Ramos.

“Por tradición, las sinfonías terminan con un cuarto movimiento bastante festivo, de carácter rápido, brillante, y en este caso es la única sinfonía de Tchaikovski que finaliza así. Después Mahler hizo cosas parecidas que terminan también lento, muriéndose. En La patética no asiste a una música que se muere”, dijo Rauss.

Además de esta sinfonía, el programa que realizará esta noche la Ossodre incluirá un concierto para piano del noruego Edvard Grieg, y “Festiva” del finlandés Jean Sibelius.

“El concierto es de un tenor parecido al de La patética. Da la impresión, en varios momentos, que la música viene de un anhelo de felicidad dentro de un alma atormentada”, comentó Rauss.

De esta forma, Rauss entiende que es un programa centrado en tres compositores que son nórdicos y que además transmiten sufrimiento.

“Me pregunto si eso no viene de lo oscuro que es el invierno allá que ayuda a esa tendencia melodramática que nos da una música muy rica. Las tres obras son muy famosas y queridas en general porque aportan ese patetismo melódico”, comentó el director.

A pesar de su dramatismo y tristeza, La patética de Tchaikovski es una obra imprescindible para aquellos que disfrutan de la música clásica. Su complejidad y belleza han sido apreciadas por generaciones de músicos y oyentes, convirtiéndola en una de las sinfonías más populares y queridas del repertorio clásico.

Es, además, una obra que se ha interpretado mucho por la Ossodre. “Este año vamos a tocar muchas obras que se tocaron mucho, para volver a acercarnos al público que luego del covid se distanció de la orquesta”, dijo Rauss, quien también comenta que en los 40 años desde que conoce a la Ossodre, la misma se encuentra en su mejor momento.

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