El momento es real. Fernando Cabrera está de pie, serio, y canta “No me arrepiento de este amor”, de Gilda, sobre una base tomada de un tema olvidado de Radiohead. Lo acompaña Bolsa de naylon en la rama de un árbol. Cabrera no ironiza: se sumerge en la melodía, la saborea, la moldea a su voz con total entrega. En la Sala Zitarrosa, el público no sabe si reír, emocionarse o ambas cosas a la vez.
Alguien lo filma, lo sube a redes y el video se vuelve viral. Pero detrás del chiste o de la rareza del cruce, sucede algo más profundo. “Si es Cabrera el que canta la canción, la letra se vuelve superseria y dura. Vos escuchás el ‘quién va a arrancarme de tu piel, de tu recuerdo, de tu ayer’ y te das cuenta de que sí puede ser una letra de Fernando”, le dice a El País Diego Cotelo, líder del grupo.
La escena condensa una de las claves de Post meme, el nuevo disco de Bolsa, una de las bandas más inclasificables y frescas de la escena uruguaya: tomar elementos que, en principio, no fueron pensados para convivir —un himno de la cumbia romántica, una leyenda de la canción de autor y un oscuro sample británico— y, al unirlos, producir algo inesperadamente conmovedor.
De eso se nutre el “post-meme”: un espacio donde el chiste no cancela la emoción, sino que la vuelve más compleja. “Parece que estamos totalmente para la joda, pero siempre aparece una textura, una frase, una atmósfera que sostiene un nivel de profundidad más denso y serio. Por momentos, es hasta desgarrador”.
Desde sus inicios, hace casi una década, Bolsa propone una escucha activa pero lúdica: una especie de laboratorio sonoro donde la música popular latinoamericana y la improvisación jazzera se cruzan sin prejuicios. Todo puente sirve si funciona: unir el Himno Nacional con “Mayonesa”, de Chocolate; hacer que “Ya es ajena”, de Bola 8, remita a la orquesta balcánica de Emir Kusturica; o mezclar a Leo Maslíah con baterías de drum & bass.
Lo importante no es la cita, sino cómo esa mezcla abre nuevos sentidos. La sorpresa constante es otra clave. Uno nunca sabe qué esperar de Bolsa de Naylon en la Rama de un Árbol.
Y esa es la gracia.
La banda, explica Cotelo, nació entre músicos formados en el ámbito académico, donde la rigidez suele ser norma. Bolsa fue, desde el inicio, una forma de romper con eso. “Me parecía todo muy rígido, y eso me generaba fantasías humorísticas, como hacer un tema de Gilda o de Bola 8”, relata. “Casi todos en la banda estaban en la misma. Esos chistes estaban constantemente en nuestra amistad, y de repente empezamos a convertirlos en canciones”.
Muchas veces, cuenta, el proceso creativo surge de un gesto espontáneo: alguien, entre risas, improvisa una melodía sobre algo que están tocando y él dice: “eso queda”. Así, lo que comenzó como una ocurrencia se transforma en parte del repertorio. “Después encontrás que, en los toques o en los discos, el efecto en el público también es muy placentero: venís escuchando una música densa, complicada, y en el medio te explota el cerebro con una boludez… o con algo que no necesariamente es una boludez”, advierte.
En los últimos años, esa lógica se fue potenciando en sus shows. Cotelo —líder, director musical y productor del proyecto— cuenta que empezaron a pensar los conciertos como un viaje continuo y una dinámica sin pausas inspirada en los sets de DJ’s. Así, lo bailable se volvió parte central de la propuesta, y esos gestos de humor —que nacen como códigos internos— se convirtieron en momentos clave del vivo.
Esa búsqueda terminó por darle forma a Post meme, que además de ser un disco sin pausas con el que se puede bailar, es el primero de la banda en tener más versiones que canciones originales. La lista incluye una notable adaptación de la bachata “De ti me separo” y, por supuesto, la interpretación de Cabrera del clásico de Gilda.
Ya que se menciona al autor de “El tiempo está después”, Cotelo no solo lo suele acompañar en varios de sus recitales, sino que el año pasado Bolsa agotó dos funciones en la Sala Zitarrosa donde acompañaron a Cabrera a reimaginar su obra. De ahí salió esa grabación de “No me arrepiento de este amor”.
Ese proyecto, al igual que los chistes musicales, muestra otra de las intenciones centrales de Bolsa: la de celebrar la historia de la música popular uruguaya. Por eso, invitaron a Estela Magnone a cantar una genial versión de “Andenes”, la canción que estrenó con Travesía en 1983 y que acá adquiere un tono rockero que le da más potencia a esa letra sobre volver a respirar tras un duelo amoroso.
El álbum ofrece otros momentos memorables. En la vertiginosa “Dónde estabas”, de Leo Maslíah, la voz precisa y aterciopelada de Elena Ciavaglia impone un dramatismo que se reafirma con el frenesí de la base rítmica, donde el baterista Juanma Cayota despliega una interpretación feroz, quirúrgica, que recuerda al Aphex Twin más salvaje. La otra joya es el cruce de dos clásicos: la letra de “Pandemonios”, de Cabrera, arropada por la música de “Tus abrazos”, de Jorge Galemire. Es una belleza.
Post meme incluye las originales “Fantasmas” y “Psicosomático”, que detrás del pulso bailable y del tono lúdico, abren una mirada crítica sobre la salud mental en tiempos de hiperconexión y ruido constante. La música invita a moverse, pero la letra dice otra cosa. Esa tensión es, otra vez, parte del juego.
Todo se podrá escuchar en vivo este jueves a las 20.00 en la Sala Hugo Balzo, donde Bolsa tocará Post meme en versión extendida. Las entradas se venden en Tickantel por 600 pesos y es uno de esos shows que no conviene perderse.
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