Airbag, de un garaje en Don Torcuato a llenar estadios y ser la banda de rock más escuchada en Argentina hoy

El 21 de julio, cuando en Argentina se celebró el Día del Rock Nacional, la cuenta @airbag_orgulloargento —117 mil seguidores, casi 1.500 posteos, una sola persona detrás— tuvo motivos para festejar. Hoy, con más de 338 millones de streams acumulados en lo que va de 2025, Airbag es la banda de rock de Argentina más escuchada en Spotify, por encima —en este orden— de artistas como Babasónicos, Los Redondos, Los Piojos, Calamaro, Soda Stereo, Callejeros, Gustavo Cerati, Charly García y Las Pastillas del Abuelo.

En la publicación de la fan account, un usuario escribió esto: “Airbag en unos cuantos años será de las bandas más grandes de la historia del rock nacional”. Abajo, en otros comentarios, elogios y críticas se intercalaron para discutir sobre la vigencia del rock en la actualidad o, en todo caso, el lugar que ocupa Airbag en esa especie de resistencia.

El informe del que se desprenden esos datos, presentado esta semana por Spotify Argentina, puso a Airbag a la cabeza de dos listados importantes: el de bandas o solistas más escuchados del género y el de canciones más escuchadas del género. Ahí, “Por mil noches” tiene un reinado indiscutido: lleva 1.650 días en el Top 200 del país vecino y tiene un impacto similar en Uruguay, donde a menudo es el único tema de rock en el Top 50.

Pero de rankings, streams y listados no vive el hombre, y esa solidez conseguida en el terreno virtual Airbag la ha visto traducida en el mundo real, tangible. Este año, llenó dos veces el Estadio Monumental de River Plate —las entradas se agotaron en 24 horas—, lo que equivalió a una convocatoria de 150 mil personas. Viene de un triple sold out en Córdoba y este fin de semana sostendrá la racha en Montevideo.

Mañana y el domingo, Airbag se presentará en el Antel Arena con nuevo disco bajo el brazo, el volumen I de El club de la pelea, y la potencia de siempre; el sábado, el show está agotado. Quedan las últimas entradas para el domingo en venta en Tickantel.

Desde su irrupción en la escena a inicios de la década del 2000, con rasgos adolescentes, una picardía todavía infantil y una inevitable comparación con Hanson, el trío estadounidense de hermanos que logró el hit protoviral “Mmmbop”, los Sardelli consiguieron un protagonismo a fuerza de actitud y de canciones.

La melodía pegadiza y el estribillo radial de “La partida de la gitana”, empapada del auge del pop punk de la época; los coros beatleros y el aire naif de “Quiero estar contigo” y el espíritu de fogón playero que inicia “Solo aquí” —es decir, el tridente que abría su disco debut, Airbag, de 2004— fueron su carta de presentación.

Pero de aquello ya pasaron más de 20 años y, en concreto, 25 desde que Guido, Gastón y Patricio Sardelli se fundaron como una banda de covers y empezaron el recorrido desde el garaje de su propia casa y los bares de su barrio, Don Torcuato, a la conquista federal y regional.

“Yo siempre digo que somos una banda extraña porque nunca tuvimos mucho que ver con lo que pasaba en el momento. Y eso es algo extraño, porque en Argentina primero estuvo de moda las bandas de rock barrial, luego los emo y después el sonido como de The Killers, pero nosotros nunca surfeamos ninguna de esas olas. Con los años nos terminó siendo un beneficio porque Airbag es una banda que siempre va por su camino. El resto puede ir y venir, pero eso nos afecta”, dijo Patricio Sardelli en su última charla con El País.

Eso explica su permanencia, su vigencia y también un crecimiento que puede parecer silencioso: hay todo un público que fue testigo de su nacimiento y que hoy se sorprende al ver que Airbag, ya no desde los programas de televisión, llena estadios con un rock maduro.

Foto: Difusión

El recorrido ha sido constante y soportó tormentas como la que los alejó de su disquera, Warner, para llevarlos a un camino independiente. Su último disco con sello fue Una hora a Tokyo, de 2008. Desde entonces, Airbag, una banda de molde tradicional —que piensa en discos, que le hace reverencias a los solos de guitarra, que aún abraza el pantalón de cuero y la melena larga y por la que las chicas se quitan hasta los corpiños— no ha parado de trabajar.

Este regreso al Arena, de hecho, es con un disco nuevo, la primera parte de un ambicioso proyecto llamado El club de la pelea. Lanzado a fines de mayo, el álbum entrega 10 canciones fieles a las bases de Airbag, piezas intensas que remiten a los clásicos del hard rock, ya sea en forma de power ballads o en los momentos en los que la batería arremete con brío y arrastra al público consigo.

Esta gira que traerá a Airbag de vuelta a Uruguay —un lugar al que han sabido homenajear con versiones de “A Don José”— los llevará luego por Mar del Plata, Quito, Bogotá, Salta, Tucumán, Mendoza, Santa Fe (en muchos casos con entradas agotadas), y también a Barcelona, Madrid y Ciudad de México. “No importa cuánta gente haya, lo importante es disfrutar, estar tocando. El acto en sí mismo”, dijo Patricio Sardelli en noviembre a La Nación. “La esencia es la misma que cuando tocábamos en los bares en Don Torcuato”.