Redacción El País
Puan, la película escrita y dirigida por María Alché y Benjamín Naishtat, fue la gran ganadora de la primera edición de los Premios Martín Fierro de cine y series: se llevó siete estatuillas, incluyendo las de mejor película estrenada en cines y mejor dirección.

La comedia, que se estrenó en el prestigioso Festival de San Sebastián, está protagonizada por Marcelo Subiotto, quien además recibió el premio a mejor interpretación masculina en el festival vasco. El elenco incluye a Leonardo Sbaraglia y a Julieta Zylberberg.

La película, que el año pasado estuvo en cartelera de los cines uruguayos, actualmente se encuentra disponible en plataformas. Se puede ver a través de Prime Video y dura 111 minutos. La comedia aborda la historia de Marcelo Pena (interpretado por Subiotto), un profesor de Filosofía que tiene la oportunidad de ocupar la cátedra de Filosofía Política de la Universidad de Buenos Aires tras el inesperado fallecimiento del responsable del área.

Pena se siente su heredero y espera ocupar el cargo. Sin embargo, en ese momento el carismático profesor Rafael Sujarchuk (interpretado por Sbaraglia) regresa de Alemania para disputar el puesto vacante. Entonces, los esfuerzos de Pena por demostrar que es el mejor candidato desencadenan un duelo intelectual con Sujarchuk, que inicia con tonos de comedia pero que se va tornando seria.

Tras el estreno de Puan en cines locales, Naishtat fue entrevistado por El País y analizó el enfoque de la historia. "La comedia fue una especie de herramienta para cargar de ligereza y luminosidad, los temas que estaban atravesando la película", aseguró. "Habla de la muerte, el legado, la transmisión, la precariedad de la educación pública. O sea, asuntos que si no eran tomados con humor, iban a generar una película solemne, pesada y eso era lo que no queríamos hacer".

En esa entrevista, además, habló de la construcción del personaje de Pena. "Todo se hizo alrededor de Marcelo Subiotto y el punto de partida eran su timbre de voz, sus gestos, su cabeza: es un personaje a su medida", contó. "No es lo más normal escribir con tanta certeza de quién lo va a interpretar pero acá los chistes se hicieron para ese ser que conocíamos y admirábamos. Lo mandamos a clases de filosofía y se terminó empapando con el personaje".