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Estuvo nominada al Oscar, es en irlandés, es una de las películas del año y hoy se estrena En Uruguay

Llega "The Quiet Girl", una historia sobre una niña en busca de una familia en un ambiente rural y mágico; llega con un montón de premios.

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The Quiet Girl

En tiempos cínicos y así de metamodernos, una película como The Quiet Girl debe ser agradecida como un remanso. Es un cuentito amablemente dramático, entrañablemente mínimo y que evita cualquier clase de sentimentalismo. Tiene, además, uno de los finales más conmovedores del cine reciente: hay que estar muy curtido para no quebrarse ante todo lo que está pasando en la última escena.

Es una historia de gente buena.

Todo eso ya estaba en la nouvelle de Claire Keegan, Tres luces, disponible en librerías locales a través del sello Eterna cadencia; 750 pesos. Está hablada en irlandés, lo que explica que haya estado nominada a mejor película internacional (o sea en habla no inglesa) en los últimos Oscar, la misma categoría (junto con la de guion adapatado) por la que estuvo nominada a los Bafta. Otros premios destacaron la fotografía de Kate McCullough que aporta una cuota importante del encanto. Ganó cocardas por todos lados incluyendo el festival de Berlín, que es de los prestigiosos.

Transcurre en 1981, un dato que aporta poco: no hay un contexto político concreto y por ejemplo no se menciona las huelgas de hambre de los militantes del IRA), la historia es su propio universo.

Sigue a Cait (una transparente Catherine Clinch, debutante), una chiquilina callada prisionera de un ambiente familiar y liceal hostiles, por decir lo más liviano. La situación en su casa y en el colegio amaga para ir para el lado de Terence Davies (el cineasta de temática similar aunque mayor crudeza) pero no. Cait va a dar a lo de unos tíos amorosos -Eibihn (Carrie Crowley) y Seán (Andrew Bennet)- que tienen una granja, cierta prosperidad y un ambiente que no se parecen en nada a su casa. Son tirando a callados como ella.

Allí descubrirá una nueva forma de vida y de vínculo, algún secreto que explica mucho y un cariño familiar a prueba de todo. Y aprenderá que las vacaciones, como los buenos momentos, siempre se terminan en esta vida

Con ese material, el director y responsable de la adaptación, Colm Bairéad (de quien en Uruguay, al menos oficialmente nunca se vio una película pero tiene 20 años en el cine y la televisión) arma una película de cámara, de esas que sintetiza el recurrente apelativo de “historia mínima”.

El lugar es mágico, incluyendo un pozo de leyenda y la magia está en los detalles.

Es una princesa que se escapa de su castillo y convive con la bondad de unos campesinos. En términos más modernos y anglicistas es un coming of age y cumple con los requisitos comerciales del género.

Y así, una galletita que se deja como olvidada en la mesa es el símbolo de algo más grande o lo mismo cuando Eibihm le enseña a cocinar o la peina pacientemente mientras, otro amague frustrado hacia territorio de Terence Davies, canta una tonada tradicional.

Alguien ha señalado que el The Quiet Girl del título parecería estar citando al clásico de John Ford, El hombre quieto, pero, como también se apuntó, las similitudes se limitan a esa asociación. Una escena en un velorio, sin embargo, aporta cierta preocupación fordiana por un caricaturizado entorno de pueblo chico.

Lo que prevalece es el tono de fábulaque está acentuado, por ejemplo, en la cita a Heidi y los brillos de la fotografía de McCoulogh que va por una paleta viva y un formato cuadrado. Cinematográficamente Cait pasa, así de la rusticidad del realismo social a una placidez pastoril.

Bailréad es tan delicado como la situación amerita. Y maneja el material sensible con una mirada apaciguada que pretende, y consigue, no interferir. Concreta así una película llena de cariño.

Otra buena parte del encanto es Clinch, la chica silenciosa que intenta entender el mundo que la rodea. Las cámaras subjetivas que solo atisban detalles, representan esa mirada infantil que baña todo el relato.

Es, además, una película sobre la paternidad y sobre sus responsabilidades. Hay mucha soledad y mucho silencio en todos los personajes pero todos están tan cargados de vida.

Que no haya confusiones, The Quiet Girl es un drama aunque nunca lo haga del todo explícito. Pero viene con una luminosidad, un cariño, un amor que la hacen una película tan querible como humanamente inofensiva.

De esas que, sin que sepamos, capaz que siempre estamos esperando.

The Quiet Girl [***** ]
Origen: Irlanda 2022. Título original: An Cailín Ciúin. Escrita y dirigida por Colm Bairéad sobre una historia de Claire Keegan. Fotografía: Kate McCullough. Música: Stephen Rennicks. Con: Catherine Clinch, Carrie Crowley, Andrew Bennett, Michael Patric. Duración: 95minutos. Estreno: 7 de setiembre, en cines.

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