Yankelevich con El País: la comedia que trae a Punta, la venta de Telefé y qué lo sostuvo en los peores momentos

Gustavo Yankelevich es de los primeros en llegar a la presentación de la temporada 2026 de Enjoy Punta del Este. Saluda por el nombre a cronistas y fotógrafos posa con naturalidad para las cámaras y se presta a cada requerimiento. Le pone el cuerpo a la promoción de su nueva gran apuesta: Una Navidad de Mierda, la comedia más vista del año en Buenos Aires, con la que ahora busca repetir el suceso en Uruguay. Es, además, su primera aparición pública tras la tragedia familiar que vivió en julio, cuando enfrentó la dolorosa pérdida de su nieta Mila.

Cuando el elenco llega a la terraza de Las Brisas, donde se desarrolla el evento, Yankelevich se corre a un costado para que sean sus actores quienes tomen el protagonismo. No es casual: potenciar figuras es una de las facetas que mejor definen al productor de televisión argentina más importante de todos los tiempos. Durante su dirección artística en Telefe en los años 90, impulsó carreras como las de Susana Giménez, Marcelo Tinelli y Natalia Oreiro.

En los últimos años, revalidó su mirada visionaria también en teatro, con espectáculos que se transformaron en fenómenos de taquilla. Y logró algo impensado hasta hace poco: instalar en Punta del Este temporadas teatrales con espectáculos de primer nivel, incluso en invierno. Es que en pandemia se instaló en su casa del balneario uruguayo de forma definitiva y encontró en este sitio la posibilidad de seguirse planteando desafíos profesionales.

En diálogo con El País durante el evento en el resort, el productor explica los motivos detrás del éxito de la comedia que llega a Punta del Este. También reflexiona sobre la venta de Telefe, el canal donde consolidó su carrera, y comparte qué fue lo que lo sostuvo en los momentos más difíciles de su vida.

-¿Cómo se vive el mes previo al estreno de un espectáculo, como atravesás ahora antes del debut de Una Navidad de Mierda en Enjoy Punta del Este?

-Siempre con mucha expectativa. Este año me pasa algo diferente a otros porque como la obra fue un éxito tan grande en Buenos Aires, ahora quiero que repita en Punta del Este. No es por el éxito en sí ni por verlo como un negocio, sino por la satisfacción de ver que la gente la recomienda y que no se la pierden. Una comedia como esta no se hace siempre, es algo que se da una vez cada 10 o 15 años.

-Decís que no lo pensás como un negocio, ¿pero creés que hay un mercado como para ampliar la plaza teatral de Punta del Este?

-Yo creo que sí hay mercado. Lo que digo es que toda mi vida me manejé por lo que me gusta, que en general es lo que le gusta a la gente. Tengo ese don o esa bendición de que lo que me gusta a mí, a la gente también, entonces después se convierte en un éxito y eso se vuelve un negocio. Pero es la consecuencia.

Foto: Ricardo "Chango" Figueredo

-¿A qué responde el éxito de Una navidad de mierda?

-A que es muy divertida, es original, tiene mucho humor y no parás de reírte. La gente la compra enseguida y se divierte muchísimo. El título no era el original y se nos ocurrió cambiarlo en medio de los ensayos. Pensamos “¿quién no vivió una Navidad de mierda porque se peleó con la familia o porque se aburrió?”. Y quedó ese título. Es una comedia de la gran siete.

-¿Lo identificaste desde que leíste el libreto por primera vez o te fue cautivando más a medida que transcurrieron los ensayos?

-Cuando me llegó lo mandé a imprimir, porque no leo ni del teléfono ni del iPad. Necesito el papel. Lo fui a buscar a la papelería y a la vuelta me quedé leyéndolo en mi casa sin moverme. Lo leí volando en una hora. Inmediatamente llamé a Marta, que es una española que me había dicho que esa comedia me iba a gustar, y le dije que la quería para mí. Y ahí ya la compré.

-Fue el suceso de taquilla del año en Buenos Aires junto a Rocky, que también es una producción tuya.

-Sí. El otro día hablaba con Carlos Rottemberg, que es una institución del teatro. Me dijo que este año hubo 218 propuestas de teatro comercial en Buenos Aires. Es una locura. Entre esas 218, estuvimos en el primer y segundo puesto de las más vistas. Y mientras estuvo (Roberto) Moldavsky, que es otra producción nuestra, también llegó a estar. Es una satisfacción muy grande. Por eso es que Rocky y Una Navidad de mierda siguen el año que viene. Éxitos como esos no se pueden bajar.

-¿Cómo fue plantearle al elenco la posibilidad de mudarse por un mes y medio a Punta del Este a presentar la obra?

-No hubo que convencerlos de nada. Estaban muy contentos de venir y asombrados porque nunca habían trabajado en Punta del Este. No conocían el movimiento del teatro en la ciudad. Pero me siguen a mí, y así como lo hicieron para hacer la obra y disfrutar del éxito que tiene, de la misma forma cuando les dije de hacerla en Punta del Este en verano me dijeron “dale, vamos”. No hubo ni una pregunta.

-¿Cómo viste el proceso de la venta de Telefé, en el que tu hijo Tomás figuraba como uno de los posibles compradores?

-Fue uno de los oferentes y no se le dio, y después hubo varios oferentes para el canal Chilevisión y ahí sí se le dio a él. Está contento con eso.

-¿Cónocés a Gustavo Scaglione, el nuevo dueño de Telefé?

-Lo conocí y me cayó muy bien. Pero no ahora. Tuve una reunión con él un tiempo antes y estuvimos charlando con muy buena onda. Le deseo lo mejor a él y al canal. En un lugar de mi corazón siempre va a estar Telefé.

-¿Cómo has visto la situación de Marcelo Tinelli, que atraviesa una crisis financiera y familiar?, ¿has hablado con él?

-No, pero Marcelo salió de salió de muchas. Esta parece más difícil, pero también seguramente saldrá adelante.

-¿En qué te apoyás vos en los momentos más difíciles?, ¿qué te ayuda a seguir adelante?

-Me apoyo en la fe. Vos me lo preguntás por lo que desgraciadamente viví este año. Yo soy un hombre de fe y tengo certeza de que nunca dejamos de existir. La muerte no existe. Para este plano sí, pero pasamos a otro estado donde nos volvemos a encontrar todos. Yo me voy a encontrar con mis seres queridos, fundamentalmente con Romina y con Mila. No le tengo miedo a la muerte. Por supuesto que quiero vivir todo lo que pueda y con salud para acompañar a mis seres queridos que están en este plano, pero cuando me toque, me iré contento para encontrarme con mi hija y mi nieta, que las amo.