Redacción El País
Luego de revolucionar a la prensa con su visita al presidente Luis Lacalle Pou en la Residencia de Suárez y de un comentado paso por el Bailando 2023, la modelo Fernanda Sosa vuelve a ser noticia. Esta vez por novedades en relación a su vida personal: se casa a fin de año con un empresario norteamericano en una megafiesta en Miami para 300 personas. El mandatario local y Marcelo Tinelli son algunos de los que integrarán la lista de invitados. Actualmente, la mediática está instalada en Miami y dedicada a nuevos emprendimientos, pero haber participado en el certamen de baile en Buenos Aires le abrió puertas en Uruguay y Argentina, donde tiene proyectos por los que regresa esporádicamente. En su más reciente visita, Sosa habló con El País sobre los preparativos de la boda, los entretelones del Bailando y el recuerdo de su época como modelo de pasarela.

-El año pasado viniste de Miami a Uruguay y Argentina para estar en Bailando 2023 y finalmente te quedaste más de lo previsto.

-Sí. Me surgieron varios proyectos televisivos, como una serie que se grabó en Uruguay. Me estoy abriendo camino en el campo de la actuación. En Miami estudié con profesores de Telemundo, lo que hizo que tenga que cambiar mi acento uruguayo al neutro.

-Originalmente habías dicho que no creías que te pudieran tentar en tu país con ofertas laborales, ¿qué te hizo cambiar de opinión?

-Empecé a ver muy bien a Uruguay en la industria de la televisión. Si tengo la posibilidad de apostar a mi país lo voy a hacer. Estoy en charlas con Canal 12 para ver si podemos hacer algo desde Miami. No quiero hacer un programa de viajes sino contenidos desde allá.

-¿Haber pasado por el Bailando finalmente te abrió puertas?

-Sí, o al menos se me abrieron puertas gracias a que estaba en Uruguay o Argentina y el motivo de mi viaje fue estar en el Bailando. Fue una linda experiencia que me hizo conocer mucha gente. La vida sorprende. Trabajé con gente honesta y buena.

-¿Cómo te llevaste con tu bailarín, Jona Martini?

-Quedó todo mal y me borró de las redes sociales. En los últimos días había hablado con la producción para que lo cambien pero enseguida quedé eliminada. Él no se comprometió con el programa. Llegaba tarde a los ensayos y un día no fue. Eso provocaba peleas y discusiones. Además era muy egocéntrico. Me insultaba y me hacía sentir mal. Me decía “a vos te falta un montón para bailar, si ves que no llego ponete a bailar sola”. Yo en un momento le dije “te recuerdo que la figura soy yo”. Hice una despedida con todos los que me llevaba bien del Bailando y a él no lo invité. Los bailarines llegan con una carrera armada y no tienen en la cabeza que están en un reality show con gente que no baila. Piensan que le pueden exigir al otro que estén a la par de ellos.

-En la segunda coreografía le tuviste que dar un beso, ¿eso despertó celos en tu entorno?

-Tuve muchos reclamos. Hubo amigos y amigas que me criticaron, pero fue en la coreografía que me fue mejor. Marcelo (Tinelli) me preguntó en privado si pasaba algo con el bailarín, pero nada que ver. A mi novio no le molestó porque los americanos son muy tranquilos en ese sentido. Él no es celoso. Me preguntó si había sido con lengua y le expliqué que era algo actuado. Cuando el actor es feo no pasa nada.

Foto: @federick_godoy Locación: @solanaspuntadeleste

-¿Qué extrañás de Miami cuando estás en Montevideo?

-El glamour de salir a cenar arreglada y espectacular. Acá en Montevideo no es así. Yo disfruto mucho de la producción personal.

-¿Dejaste muchas pertenencias en Miami cuando viniste por unos meses a Buenos Aires y Montevideo?

-Entregué el departamento que alquilaba y guardé mi ropa en un locker. Allá todo se usa y se descarta, no se acumula nada. Los muebles, la cama y la televisión los doné a una iglesia porque soy católica. Ahora ya tengo un departamento nuevo en Miami. Todo es cambio y renovación.

-¿Con las parejas mantenés ese misma consigna?

-En general sí. Nacemos solos y morimos solos, nada es para siempre. La relación para toda la vida es con uno mismo (risas).

-Pero ahora estás en pareja.

-Sí, estoy muy bien y la relación que tengo ahora es para que dure un largo tiempo. Ya estamos comprometidos. Es el amor que había dejado en Miami cuando me mudé a Buenos Aires y ahora volvimos. Él es empresario, de Estados Unidos y no habla español. Vino a visitarme a Uruguay varias veces.

-¿Cómo fue el pedido de casamiento?

-Nos encontramos en el Caribe el 14 de diciembre. Fue muy romántico, de película. Me llevó de sorpresa y me dijo que íbamos a cenar. Yo no sospechaba nada. Fui vestida de playa pensando que era una cena más. En un momento empezó a sonar el tema Fly me to the moon de Frank Sinatra y fuimos caminando por un camino de velas hasta llegar a un corazón de rosas. Me pidió la mano, me dijo que era el amor de su vida y que se quería casar conmigo.

-Y te regaló un anillo.

-Sí, un diamante de cinco quilates. Por seguridad no lo uso mucho.

-¿Qué se puede saber sobre el casamiento?

-Ya lo estoy organizando. Me caso a fin de año en una fiesta para 300 invitados. Sale un avión desde Uruguay a Miami con unas 60 personas. Voy a invitar a Luis (Lacalle Pou), a Marcelo (Tinelli) y a varios amigos que me hice en el Bailando. La despedida de soltera va a ser en México.

-¿Tu novio te preguntó por tu encuentro con el presidente Lacalle Pou?

-Se reía. Cuando me reuní con el presidente yo estaba separada. Después me preguntó si era verdad que fui a cenar con él y le dije que eso no se lo podía responder. En su momento me gustó Lacalle Pou. Me pareció un hombre canchero que me atrapó con su simpatía en el despacho de la Residencia de Suárez. Pero él como presidente se tiene que cuidar y yo estaba en un momento muy expuesto y mediático. Yo creo que si no hubiera estado en vueltas con mi ex capaz que hubiera sido distinto.

-¿Cuáles son tus próximos proyectos laborales en Miami?

-Voy a abrir un salón de belleza. Voy a contratar gente pero lo voy a hacer sola, sin socios. Hace tiempo que estoy con esta idea porque me gusta que la mujer sea coqueta. Se va a llamar Mon Amour. Además sigo con mi agencia de marketing.

-¿Te quedaron amigas de tu época del modelaje en Uruguay?

-No. Era un mercado muy competitivo en el que cada una hacía la suya. No tengo buenos recuerdos. Había una con la que siempre nos peleábamos en los backstage. Discutíamos porque no nos soportábamos. Su nombre empieza con “M” pero prefiero ni mencionarla.