Redacción El País.
Cuando ganaba Peñarol, siempre llevaba algo amarillo o negro en el vestuario con el que presentaba Telemundo junto a Néber Araújo y Silvia Kliche. Eran tiempos de extrema seriedad en pantalla, pero Laura Daners se las ingeniaba para alguna picardía, fiel a su personalidad divertida y a su pasión aurinegra. Fuera del aire, aquellos que compartieron una redacción con ella la recuerdan por su gran capacidad, humildad y ese ángel que transmitía serenidad aun en jornadas laborales estresantes. Todo esto sin contar su belleza: Laura Daners fue de los rostros y las voces televisivas más estéticas que se hayan visto.
Este 2025 se cumplieron 15 años de la partida de la periodista, que había dejado de trabajar en Telemundo en 2004, aquejada por la enfermedad degenerativa ELA (esclerosis lateral amiotrófica). El suyo fue uno de los casos más sonados y dolorosos de esta cruel enfermedad en Uruguay.
Daners murió el 17 de setiembre de 2010. Tenía 43 años.
Hoy, entre sus dos hijos, sus tres hermanos y sus antiguos compañeros vive el recuerdo de la comunicadora que dejó su ángel en el día a día cotidiano y laboral.
La primera pasión de Laura Daners fue la natación, un deporte que compartió con sus hermanos. Se formaron en el Club Banco República, donde la niña y joven Laura dio sus primeras brazadas.
“Era excelente nadadora. Incluso me ganaba en velocidad cuando éramos chicos”, comenta Daniel Daners, uno de sus hermanos, arquitecto de profesión y quien ha seguido vinculado al deporte de las piscinas: fue jugador de waterpolo y hoy se desempeña como árbitro de esta disciplina.
En la década del ‘80, Laura Daners obtuvo varias medallas en competiciones sudamericanas y panamericanas de nado sincronizado. Además, tocaba muy bien la flauta dulce, dominaba varios idiomas y estudiaba oceanografía. “Laura tenía facilidad para cualquier cosa que se propusiera hacer. Había sido abanderada en todas las instituciones por las que pasó”, recuerda Daniel.
Cuando Laura sintió el llamado de la comunicación, en su familia sabían que le iría bien. La primera convocatoria la tuvo de Emiliano Cotelo, para quien cubrió unas elecciones universitarias. Luego ingresó a Canal 5 como notera y conductora eventual de noticieros.
En 1988 y 1989 Fernando Vilar fue uno de sus primeros jefes. “Tenía un ángel muy especial. Más allá de que no venía del palo del periodismo, sus cualidades la convirtieron en un activo para la pantalla. Tenía una presencia y una cadencia para hablar muy especial que era cautivante”, asegura el periodista, ex Canal 4 y hoy en Buscadores y FM Hit, sobre Laura.
Daners adquirió el oficio sobre la marcha, con su gran capacidad para aprender y preguntar. “Nunca la vi enojada o negada. Si algo no sabía, preguntaba y para la próxima ya lo tenía incorporado. Le tocaba toda clase de notas y coberturas y nunca se quejaba. Nunca le vi un gesto negativo”, continúa Vilar.
El experimentado periodista sabía que no contaría con Daners por mucho tiempo en el canal oficial, en el marco del crecimiento de la periodista. Y así fue: en 1990 fue convocada por Teledoce para la conducción del informativo central. “Me alegré”, recuerda Vilar sobre aquel pase. “Porque se veía que tenía las condiciones para dar el salto cualitativo”, añade.
El conductor de Telemundo, Aldo Silva, trabajó casi 15 años junto a Daners y mantuvo el vínculo y la amistad luego de que la periodista dejara la pantalla por razones de salud.
“Mi historia en el canal se une mucho a la de Laura. Siempre tuvimos una relación excelente. Cuando ingresé al canal, en 1991, las primeras pruebas las hice con ella, y la idea era que los dos hiciéramos la conducción del informativo del mediodía, un proyecto que finalmente no se concretó”, recuerda el periodista.
En lo personal, Laura tuvo dos hijos. Josefina, hoy de 28 años y maestra de profesión, nació de su primer matrimonio. Diego, fruto de su segunda pareja, nació en 2004.
Para ese momento, Daners ya había sentido los primeros síntomas de su enfermedad. “Durante el embarazo, la enfermedad no avanzó. Tuvo a Diego con normalidad, pero luego empezó un deterioro progresivo”, recuerda Daniel Daners.
En Telemundo, en 2003, se dio una revolución con la salida de Néber Araújo y Silvia Kliche. La única que siguió en pantalla en el noticiero central fue Daners, ahora con la compañía de Alejandro Etchegorry y luego de Aldo Silva, una especie de regreso a aquel trunco proyecto de informativo del mediodía, pero esta vez en el central.
“Era una persona de una gran frescura, muy espontánea, buena compañera. Cuando nos tocó juntos la conducción del central, le dije desde el principio que yo no llegaba en plan de estrella, sino para hacer el trabajo en condiciones de igualdad. Eso lo valoró mucho. El rol de las mujeres en ese momento era bastante secundario”, asegura Silva, y recuerda que las entrevistas en el noticiero las hacían en conjunto. “Preguntaba muy bien. Era muy capaz”, rememora.
Sin embargo, la dupla Silva - Daners no llegó a cumplir un año en la pantalla porque los avances en su cuadro de ELA generaron que la periodista experimentara dificultades para salir al aire. “Ella comenzó con algunos problemas de modulación en la voz. Me acuerdo que fue un impacto enorme cuando en cierto momento nos apartó a Alberto (Kesman) y a mí y nos dijo que tenía una enfermedad. En ese momento no se tenía muy claro cuál era el diagnóstico. Y de hecho, ella salió del aire y todos teníamos la expectativa de que iba a mejorar y volver”, rememora el periodista. Pero la enfermedad continuó su proceso degenerativo, por momentos a gran ritmo.
La ELA se caracteriza por un deterioro muscular progresivo afectando la movilidad, la coordinación, la gestualidad y el habla, pero sin afectar el plano cognitivo.
“Cuando recibió el diagnóstico, fue un golpazo. Es una enfermedad rara. Se decía en aquel momento que se daba un caso en un millón”, recuerda Daniel Daners. A pesar del mal pronóstico y de que no había mucho que hacer en cuanto a tratamiento, Laura Daners llevó la enfermedad con el espíritu positivo de siempre. “Se probaron muchas cosas que se pensaba que podían ser paliativas. También tuvo mucho acompañamiento de sus compañeros y la familia se mantuvo unida siempre, junto a ella, que mantuvo su capacidad de lucha hasta el final”, añade su hermano.
Silva recuerda que continuó el vínculo de amistad más allá de que Daners había dejado el canal. “Fue un proceso muy doloroso, muy triste para todos”, dice.
El arquitecto y deportista rememora visitas familiares que hacía junto a las otras hermanas, Silvia y Gloria. “Laura conservó el sentido del humor siempre, más allá de que en cierto momento, solo en sus ojos se vislumbraba su sonrisa, en especial al mirar a sus hijos”, asegura en referencia a que el deterioro muscular le impedía sonreír.
En cada aniversario o cumpleaños, los integrantes de la familia Daners suelen compartir posteos en redes sociales recordándola. El último 17 de setiembre escribieron: “Siempre presente”.