Continuar el legado de Julio Frade en radio: Ivanna Vázquez y Roberto Riolfo hablan del ciclo "Con su permiso"

Los comunicadores hablan del ciclo que sale por Radio Clarín y que oficia como continuación de "Frade con permiso", el programa radial que condujo el maestro por cuatro décadas.

Ivanna Vázquez y Roberto Riolfo.
Ivanna Vázquez y Roberto Riolfo.
Foto: Darwin Borrelli.

Son voces conocidas de la radio uruguaya, y desde hace unos meses están al frente de Con su permiso, el programa que se emite de lunes a viernes de 13.30 a 15.00 por radio Clarín. El programa aborda temas de actualidad, con novedades, varios panelistas, música de todas las épocas y géneros, y mucho humor.

Es la continuación de Frade con permiso, el ciclo que ambos integraron por varios años y que decidieron finalizar tras la muerte del maestro. En esta charla con Sábado Show, Ivanna Vázquez y Roberto Riolfo, los conductores del ciclo hablan del final del programa anterior, el continuar el legado de Frade en la radio y el adaptarse a las cámaras de streaming. También de la simpática campaña presidencial de Serra y el cariño que reciben por parte del público.

—Continuar el legado de un programa que estuvo 40 años al aire no es sencillo.
Ivanna Vázquez: No, la verdad que no es sencillo. Estando adentro, era como algo impensado, porque en ningún momento pensábamos a futuro. Porque él estaba lo más bien. Fue de la noche a la mañana. Literal fueron dos semanas.

Roberto Riolfo: Mirá, arrancó la pandemia y le único que no se enfermó fue él. Yo me agarré Covid dos veces, y no te imaginás que este tipo que era tan fuerte, hacía una vida mansa porque iba a la radio, después tocaba el piano, iba a comer en el lugar, hacía de todo. Daba conciertos, y cuando pasó todo, no sabíamos cómo atajarlo.

IV: Sí, nos encontramos con “¿y ahora qué hacemos?”.

Ivanna Vázquez y Roberto Riolfo.
Ivanna Vázquez y Roberto Riolfo.
Foto: Darwin Borrelli.

—Frade se había ausentado unos días por un problema de salud, ¿les dijo algo?
IV: Nos dijo: ustedes sigan. Me voy a tomar esta pausa, que se convirtió en dos meses, y terminó siendo permanente. Y hubo que manejar todo. En mi caso fueron cinco años y medio, y Roberto hacía 17 que estaba trabajando con él. Y la gente, que preguntaba qué pasó y cómo estaba.

RR: La gente le tenía un cariño y un respeto que pensábamos, qué decimos que sea en el medio, porque no nos gusta mentir, pero tampoco dar falsas esperanzas. Y en un momento estaba peor, una infección urinaria lo trajo para atrás, después se recuperó. Y ahí entró a tallar la hija grande, que fue un salvavidas.

—¿Y cómo vivieron la transición?
IV: Mucho mejor de lo que pensamos. La gente súper acompañó, porque pasamos un par de meses como en el limbo. La gente preguntaba por Julio, nosotros les decíamos que está todo bien, todo bien, hasta que dijimos, “bueno, tenemos que cortar acá y arrancar de nuevo”. Continuarlo como el legado, que es lo que terminó siendo. Y sin modificar prácticamente nada. Hay más énfasis en el tema cultural a lo que ya venía de antes.

—Y había que cambiarle el nombre al programa.
IV: Sí, total. El nombre “Con su permiso” fue idea de Rorrito (Riolfo), porque era una especie de con el permiso de él.

—¿Y cuándo empezaron con “Con su permiso”?
RR: Desde el día uno tuvimos el apoyo total de la hija de Frade. El 4 de agosto arrancamos y ella fue al programa porque me dijo que le gustaría estar. Fue un: por supuesto.

IV: Cuando hicimos la primera edición de Con Su Permiso, ella estuvo con nosotros. Para nosotros estaba bueno que ella estuviera presente, era una manera para que la gente viera que el legado de Frade todavía estaba ahí, que ella estaba formando parte de esto, que nosotros nos estábamos acompañando entre los tres. Que no usurpamos el espacio.

Ivanna Vázquez y Roberto Riolfo.
Ivanna Vázquez y Roberto Riolfo.
Foto: Darwin Borrelli.

—¿Cómo surge Rorrito?
IV: Creo que nadie le dice Riolfo. Le empecé a decir así porque suelo hacer diminutivos de los nombres. No puedo decirle a la gente el nombre entero. Creo que fue en la pandemia, cuando empezó a salir al aire.

RR: En la pandemia, Julio empezó a quedarse en su casa, cuidándose. Y ahí empecé a salir al aire.

IV: En ese entonces yo seguía haciendo el informativo de Oriental antes de entrar al programa. Entonces iba en la bicicleta, por Ciudad vieja, tipo apocalíptico, no había nada; y entonces iba a la radio y ya me quedaba para los dos programas, y Frade salía por teléfono. Y para acompañarme, Rorrito empezó a salir al aire, para que seamos dos, y Julio por teléfono. Porque sola desde el estudio era raro, y ahí inventamos de todo, y pegamos onda y una muy buena química al aire.

RR: Y se armaron cosas, porque me sale una risa como de chancho, y empezamos a llenarnos de animales de la granja, un delirio, y la gente se colgó. Nos llegaron a decir que nos mandaban comida para gatos a la radio, espero que no lo hagan, porque no hay animales, somos nosotros divirtiéndonos.

—Eso demuestra la compañía y cercanía que tiene solo tiene la radio.
RR: Sí, lo que escuchamos es eso, que somos la compañía en la sobremesa. En algunas entrevistas que fuimos nos han hablado de cómo la gente busca pertenencia, la tribu. Y creo que la pandemia, y está todo bien con la globalización, pero nos dejó algo medio personal, y la gente está buscando de vuelta una compañía. Entonces, apuntamos para ese lado.

IV: Y leemos todos los mensajes que van llegando. Todos los días, religiosamente, hay una sección específicamente para nombrarlos. Uno por uno y en el mismo orden que llegan. Y eso les gusta a los oyentes. De hecho hay veces que Rorrito se mata armando los programas con cierto orden, y termino haciendo cualquier desastre. Pero es porque la gente misma te va tirando cosas que va desarmando lo planeado y termina siendo algo completamente diferente a los tópicos que íbamos a encarar.

RR: De noche quedan colgados los programas y cuando no los puedo escuchar me los pongo para ver cómo salieron. Y hay una señora que siempre cocina muy rico y manda fotitos de cómo cocina. Y eso hace que empiecen a hablar de la comida, o se enganchen con el pescado, y siguen.

IV: Y terminan siendo delirios, porque además yo soy súper dispersa.

RR: Y yo miro la hora y sé los temas que hay que tratar en el día, y pienso: “no viene, y mirá la hora que es”. Y le mando mensaje porque estamos llamando tarde al invitado.

—Rodolfo, también en televisión, en VTV, te encargás de la agenda cultural. ¿Cuál es el énfasis que hacés en la radio?
RR: Me gusta que la gente sepa a dónde ir, qué hacer. En el canal cubro de todo pero me di cuenta cuando frecuento ambientes de cultura, voy a Instituto Nacional de Artes Escénicas, al Solís, al Sodre, que pasaron varias administraciones y sin embargo la cultura corta y el ambiente es fraterno. Además, es necesario, como calidad de vida. La cultura te da herramientas, los textos, una obra de teatro, un concierto, siempre te para de otra manera, y salís con otro aire. Entonces dije, bueno, si salimos tan bien de todo esto, será porque la gente lo necesita, y la verdad que lo recontra agradecen.

—El programa de Frade tenía su estructura, con sus columnistas, lo que también se mantiene. ¿Cómo surge eso de una campaña presidencial para Serra?
IV: Sí, queremos que sea presidente. Como Pinchinati, y un poco se nos fue de las manos. Le digo: “Llegó el tiempo de la gente, José Serra presidente”, y le invento todo tipo el eslogans.

RR: Y hay oyentes fantásticos que mandan eslogans relacionados con la meteorología. “Tendremos un país sin nubarrones”, y cosas así.

IV: Y la gente copadísima. Y Serra es otra persona. Y los otros columnistas también se mantienen. Al profe Brunetto, la gente lo ama por ese delirio hermoso que tiene mezclando la astronomía y la historia del arte. Y te cuenta las cosas con una pasión que es muy impresionante, muy teatral. Manda audios a las tres de la mañana, porque vive al revés del mundo, y le contestamos temprano, cuando ya está durmiendo. Por suerte todos ellos se quedaron con nosotros, y la gente feliz, porque como que no les tocas mucho el programa. Pero también hay una frescura en el formato.

RR: El formato, en general es el mismo, tuvo un refresh. Eso fue lo que nos dijo Virginia Frade: “el programa de papá, en ustedes tienen el mejor legado”. Y la verdad que eso fue un espaldarazo.

—Lo que tampoco ha cambiado es el humor.
IV: Sí, yo me rio sola. Eso viene de fábrica. Y haciendo el programa lo paso bárbaro. Siempre le digo a Rorro que estoy todo el día metida en las noticias, que el asesinato en tal lado, el robo en tal otro, y bla, bla, bla, y hacer el programa, ir esa hora y media, me alegra. Es un cambio de energía total. Es mi mejor momento del día, porque la paso bomba. Porque es un combo, es el grupo, lo que se forma, la gente. Y Rorro, que para mí es el mejor productor del planeta.

—Ahora el programa también sale por Youtube, ¿se habituaron rápido a que hubiera cámaras?
IV: Cuando pusieron la cámara, a mí me costó. Lo que opté por hacer es pensar que no está ahí. Porque el operador me decía, “podés mirar a la cámara”, ni loca. ¿Para qué voy a mirarla? Porque además me pierdo de todo lo demás. No puedo. O hago una cosa, o hago la otra. Porque, aparte, tengo muchos papeles por todas las informaciones. Y a veces pienso: “La gente va a ver esto”, mientras estoy buscando la hoja con lo que tengo que decir. Igual la gente también se ríe con eso, que estás ahí con todo el quilombo de papeles. Que sea parte de la esencia y ya está. Pero igual es muy difícil, a mí me cuesta un montón.

RR: Es verdad que te limita un poco y cuesta adaptarse, pero es parte del medio, y hay que hacerlo. No queda más remedio.

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