Reconocido por las decenas de ficciones que se volvieron un éxito en toda la región, Benjamín Vicuña se instaló en Uruguay para el rodaje de la nueva serie El Resto Bien, que se verá por Flow. La ficción reflexiona sobre los cambios en la vida de un hombre al cumplir 50 años, algo que interpela al actor chileno que está por llegar a los 47. En una pausa del rodaje, el galán habla sobre los días en Montevideo y revela en qué lugar de la ciudad probó la mejor torta catalana de la ciudad. “Sigo con atención lo que pasa con mis trabajos en Uruguay”, asegura.
Benjamín Vicuña camina por los pasillos del Palacio Taranco de Ciudad Vieja. Las impactantes escaleras, candelabros, muebles y cuadros vuelven al museo en una locación de lo más vistosa para el rodaje de la nueva producción que tiene a la estrella chilena como protagonista y que se graba por estos días en Montevideo.
La ficción lleva por título El Resto Bien. Propone “una mirada irónica y tierna” a la crisis de los 50 y reúne en su elenco a figuras de la talla de Rita Cortese, Andrea Frigerio, Jorge Bolani, Violeta Urtizberea y Daniel Hendler. Fue craneada por Daniel Burman, que la dirige junto al propio Hendler.
No es extraño cruzarse entonces por estos días a Vicuña caminando por 18 de Julio, por Carrasco o por la zona de Buceo. Lejos de aislarse, el galán disfruta de recorrer la ciudad durante su tiempo libre, en especial cuando los rodajes son a la noche. Incluso llegó a traer a sus hijos desde Buenos Aires para compartir jornadas con ellos en Montevideo. El actor no escatima elogios hacia lo hospitalario de la capital uruguaya, aunque también confiesa una decepción: “¡El frío que hace! ¡Parece que estuviéramos en la cubierta de un barco!”, se queja con humor sobre las bajas temperaturas.
Durante una pausa en las grabaciones, Vicuña ofrece una entrevista a El País a través de una videollamada. Allí se lo puede ver relajado en un motorhome. Es un escenario que remite a aquel escándalo mediático que lo tuvo por protagonista diez años atrás. El 2025 lo encuentra con nuevas polémicas a nivel personal, pero que no serán tema de conversación con el artista, cuyo equipo aclara que prefiere que el diálogo se centre en su carrera.
Aun así, hay tiempo para que además de adelantar este ambicioso proyecto que lo mudó a Montevideo por varias semanas, cuente cómo enfrenta las crisis, defina el vínculo con sus hijos y se refiera al robo que sufrió en la casa su expareja Carolina "Pampita" Ardohain.
-¿Con qué espíritu enfrentás la composición de cada nuevo personaje?
-Es la mejor parte. Es lindo encarar un proyecto nuevo, es un proceso creativo que tiene mucho vértigo. En este caso es uno que me interpela y me moviliza por mi edad y mi historia.
-¿Cuánto te preocupa el impacto del paso del tiempo, uno de los temas que aborda El resto bien?
-He sido fanático de cada crisis que atravesé: la de los 30, la de los 40 y seguramente los 50 también me van a sacudir. Si bien la serie es una comedia, hablamos de la andropausia. A los hombres también se nos cae el culo, el pelo, nuestros viejos pasan a ser nuestros hijos, nuestros hijos pasan a ser nuestros compañeros. La serie lo trabaja con comedia pero con una mirada reflexiva.
-¿Cuánto sufrís esas crisis?
-Las vivo. El que no las experimenta no aprende. Es importante aprender de cada década con sus cambios, sus exigencias y sus complicaciones. Mi personaje en el primer capítulo no puede más: su doctor le dice que tiene una hernia abdominal y no puede cargar más de tres kilos. Él se pregunta “¿cómo hago si mi bebé pesa más de tres kilos?, mi vida, mi laburo, mis responsabilidades, mi vieja que se cae al piso y se fracturó la cadera, ¿cómo mierda hago?”.
-¿Cómo vivís la dinámica de los rodajes, en especial cuando hay que salir del país como en este caso?
-Es una dificultad para la diaria. La conectividad podría ser mejor y podría haber más vuelos, porque uno ve que estamos al lado y saber que el viaje es complicado genera ansiedad. Por otro lado, grabar en el exterior también es un gran beneficio porque de este modo el actor se puede involucrar 100% sin pensar en ningún momento que tiene que volver a su casa. Se genera como un laboratorio virtuoso. Escuché en una entrevista a Robert De Niro, que decía que incluso cuando rodaba en su ciudad se iba a un hotel durante esas cinco semanas. Si me preguntás por el trabajo desde un punto de vista egoísta, es buenísimo porque uno se sumerge en la ficción y deja todo el mundo silenciado. En mi caso igualmente viajo todos los fines de semana para ver a mis hijos, vuelvo, o los traigo para acá. Estuve dando vueltas con ellos en Montevideo.
-¿Cuánto disfrutan tus hijos de tu trabajo como actor?
-Les encanta. Disfrutan mucho. Hay días mejores y otros peores. Esta vez los traje y el primer día les tocó grabar en un estacionamiento. No fue algo muy espectacular. Pero al segundo día fuimos a una sala de espera de un hospital y les gustó más. Preguntaban si los que estaban ahí estaban enfermos o no. Debe ser loco para ellos entrar en el umbral de la ficción. A mí me gusta ver cómo lo disfrutan. También los chiquitos (Magnolia y Amancio, frutos de su relación con la China Suárez) caminaron por la playa frente al hotel. Había huevos en la arena y preguntaban si eran de tortuga. Yo les dije que eran de tiburón, así que no se van a querer meter en el agua (risas).
-¿Cómo sos en tu rol de padre?
-Como puedo. Con todas las ganas y con mi propio pasado como hijo. Trato de dar mi mejor versión.
-¿Cómo te llevaste con Montevideo?
-Montevideo es un lugar espectacular para filmar. Es muy cómodo, agradable y nos tratan muy bien. La productora tiene un músculo audiovisual impresionante, pero además la gente de Montevideo es respetuosa y cariñosa. Tengo que decir que conocí el Montevideo más arisco y más rudo que es con frío. Yo había venido varias veces, pero con calor, como para ir a la ramblita. Estos días pasé un frío que era como estar en la cubierta de un barco. Yo vengo de la cordillera y llegué canchero de remerita, pero me cagué de frío. La pasamos mal, pero las últimas semanas mejoró mucho.
-Se te ha visto caminando por el Centro, ¿qué actividades has hecho durante tu tiempo libre en Uruguay?
-Los últimos días estuvimos grabando de noche, así que aproveché el día para recorrer. Salí a comer y comí muy rico. Un uruguayo con el que compartí un vuelo me recomendó ir a buscar la mejor torta catalana de Montevideo en El Italiano. Fui hoy a probarla. ¿Quién iba a decir que la iba encontrar en una marisquería? Después también me gusta hacer deporte: trotar, andar en bicicleta y caminar bastante.
-¿Cuánto te comenta el público uruguayo sobre tus personajes?
-Ayer conocí al ministro de turismo (Pablo Menoni) y me mencionó a Torcuato, el personaje que hice en Argentina Tierra de Amor y Venganza. Me llamó la atención. Me considero una persona muy querida y respetada. La gente se acerca con una palabra respetuosa y con cariño hacia mi carrera. Eso me hace feliz. Sigo muy atentamente todo lo que pasa en Uruguay con mis trabajos y quiero que lo que hago se estrene sí o sí acá.
-Hace dos semanas fue noticia el robo en la casa de tu expareja Carolina "Pampita" Ardohain, ¿estuviste en contacto con ella por este tema?
-No, lo vi a distancia. Tengo entendido que solo hubo pérdidas materiales. Lo importante es que mis hijos estaban conmigo en mi casa ese fin de semana. No hubo que lamentar nada grave. No tengo más información. Llegué hasta eso.
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