Fernando Marguery estrena nuevo rol y plataforma de streaming: "No hay chance de que vuelva a la polémica"

El periodista de 64 años se enfoca en una nueva etapa al frente de Campo TV y ahora de Lima, una nuevo canal y productora de streaming. Allí tiene un programa de entrevistas profundas.

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Fernando Marguery.
ESTEFANIA LEAL

Redacción El País.
El comunicador Fernando Marguery atraviesa por una nueva etapa en su carrera y en su vida a los 64 años. Luego de la compra del canal Campo TV, dio un nuevo paso recientemente con el estreno de Lima, una nueva plataforma de contenido para streaming. Allí puso al aire un programa diferente para una trayectoria de 40 años en el periodismo.

En Bajo la piel, Marguery recibe a diversos invitados para hablar de historias profundas, de superación. Aunque desde Sin vueltas (y en esta nota) da su contundente opinión política, ya no se ve de regreso en un programa de debate.

-Estás de estreno con la llegada del programa de entrevistas Bajo la piel en el canal de streaming Lima. ¿En qué consiste el proyecto?

-Lima es un proyecto con dos vertientes: por un lado un canal donde vamos a generar programación diversa. Empezamos con Bajo la piel, pero también vamos a tener programas de deporte, de cocina y de otros rubros a través de Lima Stream. Por otro lado, Lima Media es una productora de servicios de producción, arrendamiento de estudio y demás estructura para terceros que tengan una idea y quieran desarrollarla de forma audiovisual para emitir en la plataforma que ellos quieran. Brindamos todo el soporte. Con mi socio Nico Scioscia nos lanzamos a este proyecto más allá de lo que estamos haciendo ya hace casi un año en Campo TV.

-En cuanto a Bajo la piel, implica un perfil diferente para vos, de entrevistador.

-Sí, me gusta mucho. Estuvo Eunice Castro en el estreno y se vienen 12 entrevistas más con invitados de todo tipo, más o menos conocidos: estará Roberto Canessa, Miguel Cufós de Karibe con K o la empresaria Virginia Staricco. Todos tienen perfiles completamente distintos pero con un denominador común: en algún momento de su vida hicieron un quiebre. Se llama Bajo la piel porque la entrevista pasa por las emociones, los sentimientos y ese cambio de piel que debieron atravesar por diferentes razones. Hablamos de sus historias de vida y las vivencias internas. Es casi una terapia.

-¿Nada de política?

-Nada. Ni una palabra. No sé ni qué votan los entrevistados. El foco está en las situaciones límite que pasaron y cómo hicieron ese proceso para superar dificultades y para sobrellevar momentos difíciles. Todos en algún momento tuvimos que enfrentar adversidades y hacer transformaciones para seguir adelante. Me parece que hay una condición del ser humano que es capaz de alcanzar un nivel más alto de conciencia y frente a situaciones críticas, valora otras cosas que son mucho más importantes que el tener likes o views o comprar cosas. En este programa, me interesa hablar de esos procesos internos que de la polémica política diaria.

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Fernando Marguery en los estudios de Lima.
ESTEFANIA LEAL

-En las mañanas seguís con Sin vueltas, que va por Campo TV y por streaming.

-Sí, a fin de año 2024 nos levantaron el programa de radio en Radio Rural y tomamos la decisión de salir con Sin vueltas en formato de TV y streaming.

-¿Te echaron de Radio Rural se puede decir?

-Se puede decir. El año pasado empecé un proceso para la compra de Campo TV, que era CRTV en aquel momento. La mitad pertenecía a Radio Rural y el otro 50% a un grupo inversor. Nosotros compramos a las dos partes. En medio del proceso dejé la gerencia de la emisora, pero me mantuve con el programa. Una vez que se cerró el acuerdo, de la radio me echaron: primero me sacaron un sueldo que tenía y luego enviaron un telegrama de que levantaban el programa. Llevaba 40 años ahí.

-¿Qué suponés que pasó?

-Compré la señal a un precio quizás bastante inferior a lo que ellos imaginaban. Pero bueno, me pareció una oferta razonable después de todo el proceso de análisis del mercado. Por ejemplo, en medio de las negociaciones apareció otro jugador como VTV que ha comenzado a televisar remates rurales, que es el fuerte de Campo TV. Eso yo lo hice pesar. Se ve que no gustó, pero finalmente vendieron. Deberían estar enojados con ellos mismos, no conmigo.

-¿Qué te generó esa competencia de VTV?

-Yo tengo que decir que antes de comprar Campo TV tuve negociaciones con VTV - Tenfield. Presenté un proyecto para las transmisiones de los remates. Firmamos un contrato de confidencialidad y tuvimos varias instancias: llevé todos los números, el plan de negocios, todos los detalles… Todo les presenté. Cuando venció el contrato de confidencialidad, a los tres meses, me dijeron que no estaban en condiciones de hacerlo. A la semana, sin embargo, arrancaron ellos mismos a vender remates. No me dijeron ni gracias por la idea. Eso terminó de decidirme para comprar Campo TV y salir a competir, más allá de que ellos salieron a romper los precios.

-Para Campo TV y Lima se instalaron en un estudio nuevo, ¿cómo fue el proceso?

-Adaptamos un edificio que era estudio de grabación musical en la zona de Parque Rodó. Lo equipamos con lo último en materia tecnológica porque la era del streaming ya está entre nosotros. En nuestro caso tenemos una pata en lo tradicional con Campo TV, que va por DirecTV y los cables pero al mismo tiempo creemos que el streaming va a seguir creciendo, no se sabe cómo ni por cuánto tiempo. Pero es una realidad que la gente joven no consume televisión tradicional y tiene esa forma de ver lo que quiere y cuándo quiere en la modalidad on demand.

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Fernando Marguery y Nico Scioscia.
ESTEFANIA LEAL

-Hay muchas ofertas de streaming, ¿cómo se paran frente a ese escenario competitivo?

-Yo creo que son todas apuestas y en algún momento habrá un filtro: quedarán los que soporte el mercado. Nosotros queremos pararnos lo mejor posible en la cancha y por eso nos equipamos bien técnicamente y estamos trabajando los contenidos de la mejor manera. Hay mucha gente haciendo cosas y generando y todos estamos descubriendo un nuevo medio, viendo cuáles son los formatos y las mejores maneras de comunicar. Nadie sabe mucho cómo trabajar en este medio, ni siquiera las agencias de publicidad o las marcas.

-¿Cómo definirías Sin vueltas en ese contexto?

-Es un programa periodístico: un poco radio, un poco TV. Está adaptado el lenguaje al streaming. Hay actualidad y opinión, como siempre hice. Aunque empezó en Radio Rural, la marca es mía. La gente está recibiendo muy bien esta nueva etapa: hemos conseguido números muy importantes de audiencia. En redes sociales, que es otra pata fundamental, tenemos mucha llegada y retroalimentación con la gente. Para mí, que tengo 64 años y me formé en medios tradicionales, es un cambio brutal. Me tuve que rodear de gente más joven, como Nico o mis hijos Facundo y Federico, que se formaron los dos en comunicación.

-Venís de un tiempo de decisiones pesadas, empezando la que tomaste en 2023 al dejar Esta boca es mía y ahora, te convertiste en emprendedor de la comunicación. ¿Te arrepentís de algo?

-No. La renuncia a Esta boca es mía fue muy pensada. Soy un agradecido al programa, que me dio una exposición enorme. Hasta hoy la gente me lo recuerda y me pide que vuelva. Pero no hay chance. Las cosas tienen un ciclo y un límite. Ya no me quedaba con quién pelearme, desde la conductora hasta el resto de los panelistas y casi todos los invitados. Eso lleva un desgaste grande, incluso desde lo emocional y empieza a afectar en tu propia vida, porque al final estás todo el día enroscado en los dimes y diretes de la política, en lo que dijo o hizo Fernando Pereira o Juan Castillo… No me suma para nada eso.

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-Pero en Sin vueltas sos de dar opinión y firme…

-Sí, eso lo hago y lo seguiré haciendo. Ya no estoy para el debate y la pelea todos los días, pero lo que pienso lo digo al 100%. Este gobierno me parece de un descalabro generalizado y lo digo todos los días, desde los cambios de ministros, escándalos por no pago de impuestos, las idas y vueltas con el pasaporte, los dichos del ministro del Interior confesando que la lucha contra la droga está perdida o la compra de la estancia María Dolores… Todo me parece muy surrealista. No sabemos hacia dónde va el gobierno. ¿Cuál es el proyecto de ley que lo define? Tiene un nivel de improvisación absoluto; no hay plan de nada. Hay un presidente cuyas respuestas sobre temas centrales son la nada misma. No sabemos si gobierna Yamandú Orsi, Jorge Díaz o si gobierna el Pacha Sánchez. O ninguno de los tres.

-¿Y por qué ganó un gobierno surrealista?

-Yo creo que la elección la ganó el Frente Amplio por José Mujica. No hay que olvidarse que el 70% de los votos del Frente son del MPP y Mujica estaba vivo en las elecciones y fue parte de spots que apelaron a la emoción de los votantes porque él se estaba despidiendo de la vida. ¿Qué va a pasar ahora con el MPP sin su líder histórico? ¿Quién va capitalizar todos esos votos? Con todas las diferencias que yo pudo haber tenido con Mujica, era un líder, un gran comunicador, una persona con un carisma enorme. No hay muchos de esos líderes tampoco del otro lado. Solo Luis Lacalle y no participó en las elecciones pasadas. En las próximas va a estar seguramente, y en la izquierda está difícil de encontrar un posible candidato. Quedan cuatro años de gobierno y pueden pasar muchas cosas pero como vamos, me parece que el Frente Amplio no tiene mucha proyección.

-El tema ganadero ha estado en agenda en los últimos meses por los escándalos de Conexión Ganadera y otros fondos. ¿Se venía venir? ¿Era tan cantado?

-Yo creo que no. A Gustavo Basso yo lo conocí mucho. Era un tipo serio, muy inteligente, que cumplió durante 25 años. Un día se cortó la cadena y explotó. Se dio una corrida una vez que cayó República Ganadera y el Grupo Larrarte, que arrastró a todos y ahí nos desayunamos de cómo era. Para mí no empezó como Esquema Ponzi pero terminó en eso porque los números empezaron a no cerrar y todo se fue desvirtuando. De todos modos, mientras entraban inversores se cumplía, pagaba un buen interés y nadie sospechaba. Yo no soy de los que digo: “Vieron, yo sabía”. Es cierto que llamaba la atención la rentabilidad tan alta en un negocio que los propios ganaderos dicen que da el 3, 4 o 5% como máximo. Fallaron los controles también, ahora nos enteramos que hacía tres años que Conexión no presentaba balances. Tampoco se controló la trazabilidad.

-¿Afecta estos casos al negocio ganadero?

-No debería. Yo soy de los que piensan que “la vaca no se mancha”. Esto fue un negocio financiero que se cayó pero nada tiene que ver la ganadería, que es un motor productivo del país.

-En el comienzo hablabas de la importancia de los procesos de transformación en la vida. En tu caso, ¿cuáles fueron tus clicks?

-Hubo varios. Hace 38 años nació Sofía, mi hija, con una discapacidad. Eso te remueve. Hoy ella encontró su lugar en el Hogar Sarandí de Colonia Valdense. Allí tiene sus amigos y sus cosas, es un lugar extraordinario, del que siempre nos sorprendemos cada vez que vamos. Otro click se dio luego de haber conocido a Sandra (Devoto), mi pareja. Ella es psicóloga y fue inspiradora para que yo hiciera todo un proceso interior. Empecé a mirar mucho más hacia dentro, trabajar en terapia para descubrir quién era, cómo era y por qué reaccionaba de tal o cual manera. Por eso en este programa Bajo la piel me parece importante contar de estas historias. Yo puedo seguir discutiendo, pinchando, siendo duro en la opinión, pero eso no es lo fundamental.

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